jueves, 3 de enero de 2013

RV: Agente sionista del Mossad y del Comando sur del Ejército norteamericano, es el nuevo Ministro de Defensa chileno

 
MUY GRAVE!!! Esto hay que relacionarlo con el proyecto de hace décadas de la creación del estado sionista en la Patagonia y no nos olvidemos de las declaraciones recientes de Henry Kissinger de que el Estado de Israel dejará de existir en 10 años. Se trasladará el Estado de Israel a la Patagonia?????
Sugiero su lectura aunque no me adhiero a campañas alarmistas es un dato de la realidad y viene de larga data subsistiendo los mismos problemas y las mismas carencias y deficiencias en nuestras defensas soberanas.
 
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De: Leopoldo Markus [mailto:leopoldo.markus@gmail.com]
Enviado el: jueves, 03 de enero de 2013 01:20 a.m.
Asunto: Agente sionista del Mossad y del Comando sur del Ejército norteamericano, es el nuevo Ministro de Defensa chileno
 

Agente sionista del Mossad y del Comando sur del Ejército norteamericano, es el nuevo Ministro de Defensa chileno

El cro. Andrés Soliz Rada de Bolivia, ex Ministro de Hidrocarburos de aquel país, nos ha hecho llegar un documento que se adjunta por separado, titulado “Defensa Chilena se cuadra con triada EUA-Colombia-Israel”, que fué publicado por el periódico chileno El Ciudadano, en su edición Nº 136 de la 2ª quincena de noviembre de 2012.

En el artículo mencionado, se describe la personalidad de Rodrigo Hinzpeter, nuevo Ministro de Defensa del país trasandino, así como la política oficial del Estado Chileno, a cargo del Presidente Sebastián Piñeira. La designación de Hinzpeter –ex titular del Ministro del Interior-, fué efectuada el 5 de noviembre pasado. La llegada del mencionado ministro y la orientación del gobierno chileno, de estrecha alianza con los EEUU, el Reino Unido, Israel y Colombia, debe llamarnos a alarma a argentinos, bolivianos y peruanos.

La Doctrina Oficial de las FFAA, de neto corte pinochetista, pone el acento en tener a las mismas, dedicadas a combatir la insurgencia, la delincuencia y el narcotráfico, como en México y Colombia. A ello el artículo agrega que, “…Hay indicios de que Hinzpeter, de la mano del Presidente Piñera, hará lo posible por sacar adelante la denominada ‘Primera Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa’ que, en concreto, abre la puerta a que las Fuerzas Armadas puedan participar en operaciones dentro del territorio nacional y frente a ciudadanos del país, al asumir tareas relacionadas con el combate a la delincuencia en sus distintas expresiones…”
Por  otra parte, los antecedentes de Hinzpeter, caracterizados por estrechos vínculos con el estado sionista –realizó el servicio militar de tres años en el Estado de Israel y se supone que está ligado al servicio secreto israelí Mosssad- además de hablar de una doble lealtad por parte del mismo, también están indicando la total continuidad del anti argentinismo pro británico de las FFAA chilenas y del Presidente Piñeira. Los argentinos no olvidamos la colaboración que las FFAA chilenas y el asesino Pinochet prestaron a Gran Bretaña en el conflicto de 1982, cuando el envío de la flota colonialista inglesa. Entre otros servicios prestados,  estuvieron la entrega de información a los ingleses, sobre los movimientos de la FAA y la Aviación Naval. Además de ello, Chile prestó refugio a pilotos de helicópteros ingleses derribados por la artillería antiaérea argentina, en la Isla de Tierra del Fuego.
No es nueva la colaboración chilena con Gran Bretaña. Desde la época del Presidente Bulnes en el siglo XIX, la oligarquía chilena, en función de su escaso territorio, siempre tuvo una política antiargentina y de apetitos territoriales por la Patagonia argentina, con el objeto de alcanzar el Océano Atlántico y apoderarse de parte de nuestro territorio. Esa geopolítica es dictada anualmente en los colegios militares y navales chilenos y forma parte de su doctrina militar. Apañada por Gran Bretaña y en calidad de  sub imperio, la oligarquía chilena, durante todo el siglo XX ha desarrollado una política antiargentina. En esa línea de pensamiento geopolítico, Chile en 1879, en una guerra por encargo, agredió a las repúblicas de Perú y Bolivia, inducida por capitalistas ingleses,  con el objeto de efectuar el pillaje del guano y del salitre localizados -hasta ese momento-, en territorio de la República de Bolivia. El resultado final de esa guerra, por encargo inglés, es que Chile cercenó territorio a Bolivia  y su salida al mar.
Los peligros actuales de las FFAA y del Estado chileno, tanto de la designación de Hinzpeter como de la doctrina oficial de aquellas, es que es funcional con los intereses del Comando Sur de los EEUU y del Estado sionista. A juicio de los socialistas de la Izquierda Nacional de la República Argentina, es que, más allá de los argumentos justificatorios de la intervención interna de las FFAA en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, en rigor de verdad una mentira piadosa para reprimir a posibles alzamientos futuros de la clase trabajadora chilena, el otro propósito es la intervención rápida a la República Argentina, a Bolivia o a la República del Perú, en caso de revoluciones nacionales y/o populares que enfrenten al imperialismo y a sus agentes nativos. Esta hipótesis no es tan descabellada como pueda suponerse, si se piensa en la política desmalvinizatoria que se ha venido efectuado en la Argentina, destinada a dejarla totalmente indefensa. Mientras que Chile ha modernizado sus FFAA de aire, mar y tierra, con el beneplácito de los EEUU y de su Comando Sur, la Argentina bajo la presión norteamericana e inglesa ha reducido sus FFAA –debido a las políticas de sabotaje presupuestario, desde Alfonsín en adelante y que el kirchnerismo potenció en su odio antimilitarista-, de los 280.000 efectivos que tenía en 1975 (con 25.000.000 de habitantes) a los menos de 80.000 en la actualidad (con 40.000.000. de habitantes). La flota de mar, obsolescente por falta de renovación del material, no puede navegar por falta de mantenimiento, de combustibles y de repuestos. Ello permite la depredación de nuestro Mar Argentino y que los colonialistas ingleses –armados hasta los dientes en la Fortaleza Falckland-, pueden depredar la pesca, iniciar la exploración de nuestro petróleo y avanzar hacia el Atlántico Sur, burlándose en nuestras propias narices. Lo mismo que ocurre con la Armada, pasa con la FAA, que no puede volar con sus unidades sin mantenimiento ni combustible. El estado argentino, colaboracionista de hecho con el ocupante colonialista, no se ha preocupado en reponer las unidades perdidas en el conflicto del 82. El Ejército Argentino (EA), está en iguales o peores condiciones que la Armada y la FAA. Muchos de sus integrantes más antiguos, son vejados y descalificados y llevados a prisión sin procesamiento, por supuestas conexiones con el Terrorismo de Estado de la Dictadura colonial del 76. Pero el EA, sus funciones de Defensa Territorial no las puede cumplir por falta de doctrina militar e hipótesis de conflicto –cuando tenemos no una hipótesis sino una ocupación cierta de las Islas Malvinas-, entrenamiento de oficiales, suboficiales y enganchados y sin soldados, debido a la absurda supresión del Servicio Militar Obligatorio.  En toda esta etapa de ataques a las FFAA de carácter desmalvinizadora, la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), fué reducida, deliberadamente, a la mínima expresión. La DGFM, era el organismo que proveía al Ejército Argentino de todos los elementos que requiere un ejército, como vestuario, calzado, armamento, material de comunicaciones y los elementos que hacen a la guerra moderna como blindados, artillería, misilística, etc. Al igual que con la DGFM, la tarea siniestra de dejar sin los elementos logísticos al EA, las fuerzas de la contrarrevolución imperantes después del 83 y continuadoras del Proceso –aunque se llamen derechohumanistas-, achicaron al Area Material Córdoba que proyectaba y producía aviones civiles y militares y se la entregó la firma imperialista Lockeed para hacer mantenimiento de material aéreo y todavía se le pagaba un canon por el uso de nuestros elementos. No se hace mantenimiento de las naves de superficie y bajo superficie, que integran nuestra Marina de Guerra, debido a la reducción al mínimo minimorum de las instalaciones de los astilleros de Río Santiago (PBA) y Almirante Storni (ex Domeq García) (CF). El rompehielos Almirante Irizar, después del incendio en alta mar, sus arreglos están sin terminar y no se tiene fecha de su conclusión, habiéndose pagado millones por los mismos y por los alquileres de rompehielos rusos, que deben abastecer a nuestras bases antárticas. En pocas palabras, nuestra Armada esta en virtual terapia intensiva.
La hipocresía del imperialismo respecto de las FFAA chilenas y argentinas, puede verse en que las primeras que tuvieron una participación decisiva en el derrocamiento del Gobierno Popular del presidente Salvador Allende y que muchos de sus miembros participaron en actos aberrantes de torturas y asesinatos en el Estadio Nacional de Santiago de Chile y con la dictadura de Augusto Pinochet. Sin embargo muy pocos de sus miembros ha sido juzgado y mucho menos encarcelado y las mismas se han fortalecido ya bajo la dictadura colonial de la Concertación –con la complicidad de socialistas y comunistas-, tanto en la formación de las mismas, como en la producción de armamentos y los propios países imperialistas (EEUU, Gran Bretaña y Francia), los han provisto de material aéreo y naval de última generación. Obviamente todo ello apunta hacia la República Argentina. A diferencia de lo que ocurre con las FFA chilenas, la prensa comercial y la partidocracia han vejado a todos los miembros de las FFAA, hayan participado o no de la dictadura procesista y con diferentes argumentos se descalifica la profesión militar y todos los gobiernos desde Alfonsín en adelante, -sobretodo el kirchnerismo y Cristina Fernández en particular-, han puesto énfasis en rebajar año a año el presupuesto de Defensa, lo cual debe tomarse objetivamente, como de colaboración con el ocupante colonialista y funcional con el plan de neocolonización de la República Argentina.
En síntesis, la designación de Rodrigo Hinzpeter como Ministro de Defensa de Chile, nos indica que los EEUU y el Estado de Israel, han actualizado su intervención decisiva en la formulación de las políticas agresivas de la oligarquía chilena para reprimir internamente al pueblo chileno y a la clase obrera chilena, en caso de alzamientos contra el orden colonial que impusieran Pinochet y el imperialismo en 1973 y 2º, contra las Repúblicas Argentina, Boliviana y Peruana, para ahogar en sangre cualquier revolución nacional que enfrente al imperialismo y pretenda terminar con el Proceso iniciado en 1976.  Por eso es que el imperialismo, “necesita” un país inerme y desarmado. Esa política es coherente desde el punto de vista del Comando Sur y los ingleses –a los que se han agregado los sionistas, de destruir a  las FFAA argentinas, las que deben “pagar” por el delito de haber recuperado las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982. Debemos denunciar el armamentismo chileno, funcional con los intereses del imperialismo y el colonialismo y que está protegido por la siniestra alianza del Comando Sur, Gran Bretaña y el estado sionista, que, en otra escala, se parece mucho al rearme alemán ocurrido con el ascenso de Hitler en Alemania (01/01/1933) y que denunciara, el entonces Cnel. del Ejército Francés, Charles De Gaulle, en defensa del interés estratégico de la burguesía y de la Nación francesa. Desde el punto de vista de los intereses de la URSS y de la clase obrera europea, igual denuncia efectuó León Trotsky, ex Comandante en jefe del Ejército Rojo, quién sostuvo en 1933, que si él estuviese a cargo del mismo, movilizaría de inmediato las reservas sobre la frontera polaca e invadiría Alemania, por los peligros que significaría para la URSS y para la paz mundial, el ascenso del nazismo.  Nadie escuchó en aquellos años ni al Cnel. De Gaulle ni a Trotsky y ya sabemos lo que ocurrió con la conflagración de 1939 – 1945, que le costó a la humanidad, 50.000.000 de muertos en la guerra y miles de ciudades destruidas. No dejemos los argentinos que se repita una situación similar, si dejamos avanzar el rearme chileno y la República Argentina esté totalmente inerme e indefensa.
Como argentinos, debemos luchar por recuperar la Patria y reconstruir a nuestras FFAA, las que sin duda vamos a necesitar para sostener nuestra soberanía territorial y nuestros recursos naturales, hoy saqueados por el imperialismo y el colonialismo. No podemos confiar en los políticos partidocráticos, serviles frente al colonialismo, el imperialismo y con un respeto reverencial por el capital financiero. Por eso son ciegos, ante esta realidad patente.
Frente al armamentismo chileno, impulsado por la siniestra tríada del Comando Sur de los EEUU, del sionismo y Gran Bretaña, los argentinos debemos armarnos en Defensa de la Patria, antes de que sea demasiado tarde. Por ello, es que hay que realizar la Revolución Nacional, inconclusa desde el 24 de marzo de 1976.
Leopoldo Markus
Sec. Prensa y Propaganda
Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN 2ª época)
Buenos Aires, 3 de enero de 2013
 

http://www.elciudadano.cl/2012/12/23/62059/defensa-chilena-se-cuadra-con-triada-eua-colombia-israel/

Defensa chilena se cuadra con triada EUA-Colombia-Israel

Interrogantes provoca la llegada de Rodrigo Hinzpeter a estratégica cartera
Rodrigo Hinzpeter, ministro de Defensa, saluda a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas chilenas
Todo apunta a que el ex ministro del Interior continuará una línea doctrinaria copiada de Colombia y que asumirá los objetivos del Comando Sur de Estados Unidos, establecidos para la base que construyeron en Concón. En tanto, en el contexto de la nueva crisis en Gaza (Palestina) parecería oportuno que el nuevo ministro precise sus vínculos con Israel. Y que quede claro si seguirá con el plan piñerista de tener a las FF.AA. dedicadas a combatir la insurgencia, la delincuencia y el narcotráfico, como en México y Colombia.
Uno de los ministros peor evaluados y más cuestionados, Rodrigo Hinzpeter, el pasado 5 de noviembre fue designado por Sebastián Piñera como titular en la cartera de Defensa. La llegada del personero, conocido su perfil político/doctrinario y proclive a gestiones basadas en tesis represivas y autoritarias, levantó una serie de dudas e incertidumbres respecto al camino que tomará el Ministerio de Defensa. Ya con su antecesor, el también derechista Andrés Allamand, este órgano traía una cola de suspicacias y críticas, por las claras muestras de subordinación a políticas extranjeras para aplicar en Chile, que podrían considerarse violatorias de la soberanía nacional.
Hay indicios de que Hinzpeter, de la mano del Presidente Piñera, hará lo posible por sacar adelante la denominada ‘Primera Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa’ que, en concreto, abre la puerta a que las Fuerzas Armadas puedan participar en operaciones dentro del territorio nacional y frente a ciudadanos del país, al asumir tareas relacionadas con el combate a la delincuencia en sus distintas expresiones.
También se tienen noticias de que el ex titular de Interior terminará respaldando al subsecretario de Defensa, Oscar Izurieta (ex comandante en jefe del Ejército, quien resultó ser un hombre de la derecha política y por ello aceptó trabajar en la administración piñerista), en su intención de generar una instancia de Inteligencia a partir del denominado Plan de Alerta Temprana, que estaría por encima de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) y de los organismos que cumplen esa función dentro del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea. Esto significa que se estaría dando prioridad a un suprapoder de Defensa.
Está instalada la idea de crear la figura de un Consejero Nacional de Seguridad, que algunos consideran prácticamente como un ‘ministro’ o ‘zar’ de esa área, que en los hechos estaría por arriba de autoridades civiles de Gobierno y oficiales de las FF.AA.
El ex ministro de defensa, Andrés Allamand saludando al jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, general Martin E. Dempsey
A todo eso se suma el alto gasto en el presupuesto de las instituciones militares, las permanentes amenazas veladas a países fronterizos, las consideraciones especiales a los estamentos militares y la coincidencia ideológica de los altos mandos castrenses con la derecha, como lo demuestra el destino político de prácticamente todos los comandantes en jefe del Ejército, Armada y Fach cuando terminan su misión en el cargo. Esto, obviamente, acomoda a Rodrigo Hinzpeter.
Una imagen reciente muestra a dónde podría llegar el personero de militancia en Renovación Nacional, en su gestión a la cabeza del Ministerio de Defensa. A poco de asumir aceptó recibir de Carabineros la medalla “Honor al Mérito” por “su destacado aporte al desarrollo de la institución” como ministro del Interior y Seguridad Pública.
El respaldo que le negó la ciudadanía -vistos los sondeos y su decisión de no apostar a una candidatura al Congreso que con cierta seguridad podría perder- se lo dieron los policías. El pasado 15 de noviembre la PDI también le rindió un homenaje, en donde le regalaron una réplica de la placa de servicio usada por los detectives.
Hinzpeter volvió a mostrar su rostro, el que mantendrá inalterable en Defensa. Pasó por encima de las denuncias periodísticas, las preocupaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de los informes del INDH y del último estudio del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, en cuanto a la represión, abusos y crímenes cometidos por integrantes de Carabineros (documentados ante tribunales y que llevó a varios uniformados a ser procesados).
Afirmó, ante la tropa policial formada frente a él: “Ustedes actuaron con estoicismo y responsabilidad, respondiendo y aceptando muchas veces con mansedumbre y con hidalguía ese maltrato que se les brinda… Yo me rebelé y me voy a rebelar, me indigné y me voy a indignar”.
Todo presagia que ése será el tono de cercanía y trabajo en Defensa y con los generales y almirantes.
VÍNCULOS CON ISRAEL
“Un judío será el próximo ministro del Interior y jefe de gabinete del presidente electo Piñera”, tituló en la ocasión la Agencia Judía de Noticias. En estas semanas, en círculos israelitas, en la embajada de Israel y en Tel Aviv la designación de Rodrigo Hinzpeter no pasó desapercibida.
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, junto a Barak Obama, presidente de EUA / Haaretz.com
Diversos medios difundieron hace tiempo que el ahora titular de Defensa es cercano al American Jewisch Committe (Comité Judío Americano), poderoso grupo de influencia en Estados Unidos y América Latina. Una nota sobre su perfil publicada en la revista Qué Pasa señaló que Hinzpeter “es judío creyente… Estudia el judaísmo y asiste con regularidad a una sinagoga ortodoxa”.
En agosto del año pasado El Ciudadano publicó una nota de Matías Rojas donde se indicó: “En marzo de 2011, mientras el Presidente Sebastián Piñera efectuaba su gira por Medio Oriente, una delegación del Comité Judío-Americano, conformada por 18 miembros, fue recibida silenciosamente en La Moneda por el ministro Hinzpeter y los embajadores de Estados Unidos, Inglaterra e Israel. Aunque la visita se extendió por tres días, la prensa nacional no hizo cobertura alguna sobre qué se discutió, quiénes asistieron y a qué acuerdos se llegaron… Hinzpeter también figura como participante de un congreso realizado entre comunidades judías latinoamericanas en noviembre de 2006, organizado por el Comité Judío-Americano en Miami. La declaración final disponible en el sitio del Comité afirma que los representantes de las diversas comunidades involucradas “ratifican su solidaridad con el Estado de Israel en su legitimidad histórica”.
El dirigente del sector derechista de la comunidad hebrea en Chile, Gabriel Zaliasnik escribió en Palabra Israelita, que el ministro de Defensa es de “las personas con inclinaciones políticas y con interés de que la causa de Israel” deba ser escuchada. El parlamentario Eugenio Tuma declaró en su momento que Hinzpeter “es un militante de la causa israelí”.
Causó escozor cuando El Ciudadano, en su cuenta de Facebook, publicó el pasado 5 de noviembre un cartel donde se afirmaba que Rodrigo Hinzpeter había hecho el servicio militar en Israel y lo inconveniente de que alguien con esos supuestos antecedentes pudiera asumir la jefatura del Ministerio de Defensa chileno (lo que causó la ira de la Comunidad Judía de Chile y una posterior respuesta de este medio a través de un comunicado público colocado en su página web). Ignacio James escribió que el personero “se fue a Israel a hacer su servicio militar al terminar su enseñanza media, el que normalmente dura dos años y tres para los que siguen su formación en el siniestro aparato de Inteligencia del Mossad”. En la nota referida en Qué Pasa, Andrés Jana, amigo personal de Hinzpeter, contó que juntos fueron de “viaje de estudios a Israel” en la época de estudiantes. Hay quienes colocaron en Twitter que “Hinzpeter es un agente del Mossad”. Nunca Hinzpeter ha aclarado qué fue a Israel, si en efecto hizo el servicio militar o si recibió algún tipo de instrucción armada, ni ha negado ligas con el Mossad.
Hay cosas extrañas. En cuanto asumió como Ministro de Defensa, en la página Web de la cartera, se publicó su reseña biográfica y se señaló: “Rodrigo Hinzpeter egresó del Liceo A67 Alexander Fleming” y no se hizo alusión alguna a su paso por el Instituto Hebreo
Nadie preocupado del tema, por lo demás, podría obviar el papel clave que jugó Hinzpeter, siendo ministro del Interior, en el caso de la detención del ciudadano pakistaní Saif Khan, en donde se armó una trama que involucró a la CIA, un servicio de seguridad privado de la Embajada de Estados Unidos en Chile, el FBI y la PDI.
El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, estrecha la mano de su homólogo de Colombia, Juan Manuel Santos, durante la firma de acuerdos y declaración conjunta de ambos mandatarios, el martes 16 de agosto de 2011, en el Palacio de La Moneda. (EFE/Felipe Trueba)
LAS LIGAS COLOMBIANAS
Hay otro tema que no puede soslayarse. ¿Seguirá Rodrigo Hinzpeter la línea de Andrés Allamand en Defensa de asimilar las políticas militares, de seguridad e Inteligencia de Colombia, asumidas en el encuentro de Sebastián Piñera, Alberto Espina y el propio Allamand con los altos mandos castrenses y agentes colombianos?
El diseño ideado por el ultraderechista ex presidente Álvaro Uribe, se materializó en el documento Política de Seguridad Democrática (PSD) del cual se sacan tesis y visiones que el gobierno de Piñera introdujo en el texto de la Primera Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa presentada por Allamand y que ahora intentaría retomar e imponer Hinzpeter.
Básicamente, como en Colombia, se trata de que las Fuerzas Armadas se inmiscuyan en tareas de seguridad interna, combate a la delincuencia y el crimen organizado interno, y en la lucha contra grupos violentos o subversivos. Eso incluye la figura del Consejero Nacional de Seguridad, similar al Consejo de Seguridad de Colombia, instancia que recibió a Piñera, Espina y Allamand, manteniéndose hasta hoy en secreto lo que allí se habló e informó. En la publicación Cambio21 se mencionó que este proyecto “en el mundo académico se le relacionó con el Plan Colombia”, la punta de lanza legal y financiera de Estados Unidos en esa nación para combatir a la guerrilla, al narco y dirigir a los militares colombianos. En entrevista con CNN, el experto Eduardo Santos dijo que todo este plan está “mal copiado de la realidad norteamericana”.
Piñera fue más que claro sobre el plan que quieren implementar y que, hasta ahora, fue detenido por el Congreso. “El contexto global -indicó el Mandatario- de la seguridad de todos los países ha cambiado; hoy trasciende el ámbito tradicional de la Defensa, que es el resguardo de la soberanía, el territorio y el mar de nuestro país; conforme al surgimiento de nuevas amenazas es que se amplía y se extiende hacia temas que no eran parte tradicional de lo que se entendía por el concepto de Defensa y, entre estas nuevas amenazas, cabe destacar el tráfico de armas, el tráfico de drogas, el crimen organizado, la piratería y muchas más”.
Almirante González recibe el saludo del jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, John F. Kelly, durante su reciente visita a Chile (18 al 20 de diciembre). / Foto: Comunicaciones de la Armada.
Las Fuerzas Armadas metidas en esas batallas. Como en México y en Colombia, donde hoy todas las ramas castrenses aparecen ligadas a oscuros y dramáticos casos de corrupción y crímenes al participar en “la guerra contra el narco” y el crimen organizado.
El Plan de Seguridad Democrática de Uribe radica su poder y accionar en el Ministerio de Defensa y en la Presidencia; la Primera Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa de Piñera radica en el Ministerio de Defensa y en la Presidencia.
Ambos, por cierto, incluyen el aumento del presupuesto, y ya los congresistas chilenos plantearon su objeción a que los dineros de Defensa vayan a subir de 325 millones de dólares a casi 700 millones de la moneda norteamericana, después de la derogación de la Ley Reservada del Cobre.
HINZPETER FRENTE A REPAROS
Todo el plan diseñado por el Ministerio de Defensa tiene reparos que Rodrigo Hinzpeter tendrá que encarar, empezando por los cuestionamientos a tonos beligerantes ante Bolivia y Perú salidos de la actual administración piñerista cuando Jaime Ravinet y Andrés Allamand ocuparon la silla de ministros en Defensa.
El diputado Patricio Hales planteó claramente la necesidad de “despejar una confusión entre tarea policial y tarea militar” que asumirían las FF.AA. Añadió tajante: “Chile tiene que cuidar no militarizar la lucha contra la delincuencia”. El también diputado Ricardo Rincón manifestó que “las Fuerzas Armadas tienen su rol definido en la Constitución Política de la República, y en ningún artículo se les asignan funciones en relación al narcotráfico, trata de personas o seguridad interna”.
En cuanto al Plan de Alerta Temprana auspiciado por el ex jefe del Ejército y actual subsecretario de Defensa, Oscar Izurieta, la directora de “Aainteligencia”, Andrea Lodeiro, escribió que “ha surgido una competencia por controlar el flujo de información entre la cartera de Defensa y la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), servicio que por ley es el único encargado de ejercer un rol coordinador del Sistema Nacional de Inteligencia (SIN)”. En la misma línea del proyecto de Allamand, en este caso, según la especialista, se abre “el camino para que avance un plan que tendería a militarizar el sistema y a radicar en Defensa la administración de información altamente sensible”.
Hay un tópico que cuestiona Andera Lodeiro, pero que está en sintonía con la doctrina Hinzpeter. “Dentro de los puntos cuestionados estaba la tendencia a sobredimensionar la seguridad declarando la estrategia como ‘la política de las políticas’ y, en este contexto, proponer la figura de un Consejero de Seguridad con amplio acceso y control sobre el área de inteligencia”. No vaya a ser que el ministro nombre al ex fiscal Alejandro Peña en ese cargo…
BASE EN CONCÓN Y DAVID PETRAEUS
Seguramente algo que Rodrigo Hinzpeter no revisará y rubricará sin más, es la permanencia de la base militar de Estados Unidos en la localidad de Concón. Como se informó en el reportaje de Mauricio Becerra en estas páginas (Nº123, abril 2012), la unidad militar está en el Fuerte Aguayo, y a pesar de estar formalmente asignada a tareas de Fuerzas de Paz de Naciones Unidas, la dependencia de mando y operación responde al Comando Sur del Ejército de Estados Unidos. Todo fue afinado y finiquitado con un apretón de manos del ex ministro de Defensa Andrés Allamand y el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta.
El Presidente Sebastian Pinera saluda al secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, durante una reunión en La Moneda, el 26 de abril de 2012. (Foto: AFP/Martin Bernetti).
El analista político uruguayo Raúl Zibechi indicó que el 8 de octubre en Punta del Este, en la décima Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, Panetta “Se enfrentó con varios ministros de Defensa de la Unasur, aunque contó con el apoyo entusiasta de Chile–que se encargó de elevar las propuestas previamente negociadas con el Pentágono– y de Colombia, sus aliados sudamericanos. No pudo impedir que Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Surinam y Venezuela se negaran a aceptar un sistema de “asistencia humanitaria” coordinado por militares, mientras que Guyana y Uruguay se abstuvieron”. Este rol de ‘portavoz de los intereses norteamericanos en Latinoamérica’, ya quedó de manifiesto en la entrevista que El Ciudadano le realizó en agosto de 2010 a Juan Emilio Cheyre, ex comandante en jefe del Ejército chileno (2002-2006). El ahora director del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, afirmó que “La Unasur, hasta el momento, es una declaración de intenciones. Para que tenga éxito necesita […] algo muy importante, no tener una visión de confrontación con otros organismos relevantes. La Unasur yo no la veo para reemplazar a la OEA. La OEA es el único foro en América donde nos sentamos con Estados Unidos y con Canadá. Considero ilegítimo tener pactos sin Estados Unidos y Canadá.”
Hay una coincidencia clave con lo que sería la doctrina que seguiría Rodrigo Hinzpeter en Defensa y la política que quiere imponer Sebastián Piñera. En la base de Concón está instalado un comando MOUT, la sigla traducida al español de Operaciones Militares en Territorios Urbanos. Es decir, fuerzas militares actuando en ciudades, localidades, zonas urbanas, con mucha movilidad, versatilidad, uso de armamento para esas acciones, y que en realidad apunta más a enfrentamientos internos que guerras externas.
Esto tiene que ver con lo que David Rohde escribió en The New York Times en cuanto a nuevas armas cruciales “en las operaciones contrainsurgentes”.
David Petraeus, el jefe de la CIA que acaba de dimitir por un escándalo de infidelidad, es nada más y nada menos que uno de los firmantes de un manual -junto al general James Amos- que explica doctrinariamente la existencia de bases como la que está en Concón y que parece tener sin cuidado al gobierno de Piñera, a Hinzpeter y a muchos ciudadanos. “Se espera que soldados y marinos sean constructores de naciones lo mismo que guerreros. Ellos deben estar preparados para ayudar a restablecer instituciones y fuerzas locales de seguridad y asistir en la reconstrucción de los servicios básicos. Ellos deben ser capaces de facilitar el establecimiento de la gobernabilidad local y el imperio de la ley”.
Lo que viene es sintomático: “La lista de tareas (de esas fuerzas, como el MOUT) es larga; hacerlas involucra una cooperación y coordinación con muchas agencias intergubernamentales, de la nación huésped (en este caso Chile) y del ámbito internacional. Conducir una campaña de contrainsurgencia exitosa requiere de una fuerza flexible, adaptable, dirigida por líderes ágiles, bien informados y astutos culturalmente”.
Todo se acomoda y se parece mucho a la doctrina y voluntad del ministro de Defensa de Chile, expresado en su proyecto Ley de Fortalecimiento del Orden Público, conocida como Ley Hinzpeter, destinada a inhibir y reprimir las expresiones de manifestación y protesta de ciudadanos, cuidar las instituciones y al personal policial.
Esa será una de las tareas de Rodrigo Hinzpeter mientras esté en Chile la base MOUT y sobre todo si se produce una situación de desastre natural que requiera “la reconstrucción de servicios básicos” o una explosión social o insurgente que reclame “restablecer instituciones”.
Y es que a pesar del abultado presupuesto asignado a la Defensa chilena, el accionar de nuestras Fuerzas Armadas ha mostrado una serie de errores, irregularidades y descuidos fatales, tal como fue evidenciado en el reportaje de El Ciudadano Nº127 (junio 2012): “Las debilidades de las FFAA para socorrer a la población”. Allí se cuestiona el actuar de cada una de las ramas de la Defensa en situaciones como la muerte de 44 conscriptos en Antuco (2005), el terremoto y tsunami de 2010, y el accidente que costó la vida de 21 personas (entre ellas Felipe Camiroaga) en 2011.
Seguramente que Rodrigo Hinzpeter intentará que mucho de todo esto pase desapercibido, levantará el argumento mediático de que son elucubraciones afiebradas, que se trata -como ya lo dijo- de bullying de “periodistas de izquierda” o relativizará todo. Pero que hay temas sensibles en sus manos y que pueden influir en la realidad de chilenas y chilenos, es algo tangible. Si en Defensa es mal evaluado y sale mal parado como de Interior, habrá, quizá, una afectación para el país.
Por Equipo El Ciudadano
El Ciudadano Nº136, segunda quincena noviembre 2012

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