viernes, 26 de agosto de 2011

Tierra del Fuego: Se aprobó la ley gaucho Rivero

 

 

De: Centro Cultural Alejandro Olmos [mailto:centroculturalalejandroolmos@gmail.com]
Enviado el: viernes, 26 de agosto de 2011 04:00 p.m.
Asunto: Tierra del Fuego: Se aprobó la ley gaucho Rivero

 

 

 

 

 

La Olmos

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Se aprobó la Ley gaucho Rivero


Por la tarde de hoy jueves 25, la legislatura de la provincia aprobó la ley "gaucho Rivero", prohibiendo el amarre a barcos de bandera británica o de conveniencia que contribuyan al saqueo de los recursos naturales de la Patria...
Ushuaia.- Tras un arduo debate que prevalecía sobre si se aprobaba como una simple declaración o como una ley, finalmente tras un cuarto intermedio, los diputados de la Provincia de Tierra del Fuego aprobaron el proyecto, que se transformó en algarabía para el puñado de patriotas que esperaba ansioso la aprobación de la ley que se ha denominado "Gaucho Rivero", héroe que en 1833 izó la bandera argentina por sobre la británica tras la usurpación de enero de aquel año.


LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE TIERRA DEL FUEGO, ANTÁRTIDA E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR SANCIONA CON FUERZA DE LEY:
Artículo 1º.- Reafirmanse los imprescriptibles derechos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes como parte integrante del territorio de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur conforme lo estipula la Ley nacional 26.552.
Artículo 2°.- Prohíbase la permanencia, amarre o abastecimiento u operaciones de logística en territorio provincial de buques de bandera británica o de conveniencia, que realicen tareas relacionadas con la exploración, explotación de recursos naturales, buques militares, dentro del ámbito de la cuenca de las Islas Malvinas sobre la plataforma continental argentina.
Artículo 3º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Provincial.

Libia OTAN y después/como los buitres

 

 

De: Centro Cultural Alejandro Olmos [mailto:centroculturalalejandroolmos@gmail.com]
Enviado el: jueves, 25 de agosto de 2011 06:42 p.m.
Asunto: Libia OTAN y después

 

 

 

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Libia OTAN y después

Las contradicciones de las protestas en el mundo árabe

por Guillermo Caviasca

Finalmente después de siete meses de guerra civil e intervención armada imperialista, el gobierno del coronel Kadafy se extingue. Lo hace después de 41 años de audaces e innovadores proyectos y virajes conservadores; de enfrentamientos con el imperio y asociación con él; de presentar un liderazgo dinámico y carismático o ser un original y extravagante señor del desierto. Si el coronel sobrevive a los combates por la capital del país podrá exiliarse, ser capturado y asesinado o replegarse con leales al interior a una lucha clandestina esperando que el caos y el tiempo le den una nueva oportunidad, aunque eso parece muy improbable. En cualquier caso el pueblo libio ingresa en una nueva, difícil e impredecible etapa de su historia. Donde dependerá de sus propias fuerzas e iniciativa para salir adelante y eludir las maniobras de occidente que pretenderá esclavizarlo nuevamente. La construcción de una fuerza que haga posible a los libios ser dueños de su futuro es algo que en este conflicto no aparece claro y que configura una de los principales desafíos de las protestas del mundo árabe.

Desde el mismo momento en que la OTAN definió el apoyo a la rebelión armada, el desenlace de la guerra se transformó en un juego de paciencia de ambas partes. La incapacidad de los rebeldes de estructurar una fuerza militar seria, unificada, que en poco tiempo se hiciera del gobierno, obligó a la OTAN a desnudar que “proteger a la población civil” era proteger a los rebeldes, frenando los ataques del ejército libio leal a Kadafy, que en varias ocasiones pareció estar a punto de aplastar la rebelión. Mientras que del lado del gobierno se lograba, superando el caos inicial, estructurar una base de apoyo, mostrando que conservaba apoyo popular (al menos de una parte del pueblo). Reordenando el control de una importante parte del país, (entre ella la capital que concentra la mitad de la población). Y buscando correr el eje del conflicto por reformas hacia una confrontación con el imperialismo. Si el tiempo provocaba que la OTAN relajara su intervención militar antes de que los rebeldes contaran con una fuerza eficiente como para imponer el control territorial, Kadafy se sostendría en el poder. Pero eso no sucedió. Finalmente los rebeldes ya mejor organizados y equipados entraron en  la capital. Es importante recordar que la situación social en Libia (país de solo cinco millones de habitantes con enormes recursos petroleros) era mejor que en el resto de la región, a pesar de que las reformas neoliberales de los últimos años deben haber provocado cierto deterioro y desigualdades notorias. Buenos servicios de salud, educación e infraestructura para la vida cotidiana subsistían desde la época en que la “revolución verde” era “árabe y socialista”. Por lo cual no debemos dudar de que Kadafy haya sostenido una base social de apoyo importante (combinado con el enorme peso de los recursos de un Estado petrolero en un país poco poblado).

Si bien esta clara la naturaleza imperialista de la intervención extranjera, no hay un análisis lo suficientemente satisfactorio para explicar los motivos efectivos de la misma. Se reclama que es el petróleo la principal razón de los occidentales para jugarse en esta partida. Sin embargo hace ya casi dos décadas que el gobierno libio comenzó un camino de apertura a occidente, que no debe ser ignorado al evaluar la actual situación. Detallemos algunas cuestiones: Se dieron generosas concesiones petroleras a multinacionales que operaban con absoluta libertad y garantía en suelo libio. Se privatizo la banca para garantizar el flujo de capitales y dividendos, tal es así que Libia fue considerada una nación que mejor había seguido los consejos del FMI en la región. Se entregaron las reservas a la banca extranjera, con la consecuencia de su robo por occidente con el inicio de la intervención y la negativa actual de devolverlas al nuevo gobierno sin antes “discutir” en que se van a usar. Políticamente se acusa a Kadafy de asesinar al fundador de Hezbollah. De expulsar  a 30000 palestinos del suelo libio. De acordar con Mubarak el aislamiento de la franja de Gaza. De desmantelar los campamentos y entregar  las listas de los guerrilleros del IRA que se habían entrenado en su territorio. También tuvo actitudes conciliadoras con occidente en la guerra con Irak, y se proclamó adalid de la lucha contra el terrorismo y el fundamentalismo, además que se propuso ante occidente como el hombre que podían utilizar para frenar a los migrantes.

Con toda esta lista de concesiones que Kadafy realizo a occidente después de la caída del muro de Berlín pareciera ilógico la actual intervención extranjera a favor de “rebeldes” poco seguros.  Pero no fue así. Hay varios elementos que pueden servir para explicar por qué. Si dudas hace años que Kadafy archivo sus ideas tercermundistas y socialistas del “Libro Verde”, pero eso no significa que haya pasado a ser solo un peón de occidente. Mantuvo la decisión política estratégica en sus manos, con negociaciones tanto con Europa accidental como con China y Rusia. De sus prioridades resultó que los EEUU tienen poca incidencia en Libia. Como podemos ver en el inicio del conflicto: fueron los franceses, ingleses, italianos y alemanes protagonistas centrales y los yanquis aparecieron casi como pares en las decisiones mas allá de la imprescindible necesidad del poder militar de estos últimos para las potencias europeas en estos tiempos de crisis. Esto no significa que los EEUU no se reserven un rol central en la “transición”, pero sí que no fueron los actores más importantes de principio. Las otras dos potencias, Rusia y China mantuvieron posiciones diferenciadas. Una lucha económica por recursos entre potencias en este momento de crisis mundial aparece detrás de estas diferencias.

Otro elemento explicativo en la necesidad de occidente de operar políticamente sobre el movimiento de las masas árabes. Estas a lo largo de toda la región aparecen como una ola sin liderazgos ni programas, pero que expresa una gran disconformidad popular. Este movimiento tomo de sorpresa no solo a los gobiernos de diferente signo de la región sino también a las potencias occidentales. Podemos proponer que se trata de un movimiento por reformas democráticas y nacionales que se produce en reacción a casi dos décadas de retrocesos, falta de proyectos hacia el futuro y reformas neoliberales.  No son temas de esta nota analizar Egipto o Túnez. Pero podemos afirmar que en todas las situaciones nacionales el imperialismo se introduce, opera y conspira para encontrar una resolución lo más favorable a sus intereses. Por ello en los regímenes satélites apoya abiertamente la represión sin preocuparse por los costos en vidas. Si la represión no basta, y el régimen se muestra débil y agotado, comienza a buscar salidas, amigos dentro de la oposición que sean un recambio favorable. Nadia protesta por las represiones en Arabia Saudita, Marruecos, Argelia, Yemen, Barhein. Creemos que la inestabilidad y movilización de las masas árabes abre un terreno de disputa en el que el imperialismo opera de acuerdo a como se presenta cada situación, poniendo en juego a los grupos pro-ccidentales “dormidos”, que desde años atrás viene siendo preparados en los EEUU. Pero esta certeza de intervención extranjera no debe negar la existencia de descontento popular.

Todos los argumentos usados para la intervención fueron insostenibles, y podrían ser usados como un calco para ser difundidos por la prensa occidental en la intención de legitimar cualquier intervención (el caso sirio merece atención). Mas allá de que nosotros rechazamos cualquier excusa para intervenir en los asuntos internos de otro país y que creemos que los pueblos deben resolver sus problemas ellos mismos. Las masacres no existieron, al menos no fueron mayores que en Egipto, y los cadáveres se fueron amontonando con el estallido de la guerra civil y de la intervención extranjera. Las tremendas violaciones a los DDHH, tampoco fueron mayores que en los países árabes amigos de occidente, seguro menores que las de Israel y las del propio EEUU. Y si el régimen era tan asesino como para obligar a una intervención, no se entiende como hasta principios de este año Kadafy era recibido en los países occidentales con honores y amistad sorprendente. Sin dudas se fue definiendo una estrategia sobre la marcha, sacar partido donde más conveniente sea. Libia a pesar del giro de los últimos años, seguía siendo, bajo el gobierno de Kadafy, un socio incomodo, con pretensiones de juego propio, con el cual se debía negociar y que podía cambiar de posición. En cambio una rebelión triunfante gracias al apoyo extranjero, dividida en fracciones políticas de ideología y objetivos diferentes,  en un país desbastado y dependiente de acuerdos con el extranjero, en el peor de los casos, sería más manipulable. Y sin dudas, a través de alguna de sus fracciones, permitiría a occidente controlar directamente los recursos y establecer una base geoestratégica en la región. Ese parece ser el razonamiento de occidente, acosado por la crisis y necesitado de cotos de saqueo. Recordemos además que los EEUU si bien siguen siendo una potencia económica de primer orden, no basan hoy su hegemonía solo en su potencia económica. Por el contrario su poder militar es el más importante argumento para intentar un comportamiento de única superpotencia. Por lo tanto la opción militar aparece siempre entre las más rápidamente utilizadas.

Un tema aparte es el tratamiento del conflicto libio por la izquierda. De un lado un cierto optimismo romántico hace pensar a una parte de la misma que cualquier atisbo de levantamiento popular es, en sí mismo una “revolución”. Que cualquier régimen nacionalista, ex nacionalista, o ex comunista será derrocado por masas que luchan conscientes por llevar a término los ideales traicionados. Creemos que para que las rebeliones árabes sean catalogadas de revoluciones no será suficiente, solo, que se produzcan cambios de gobierno. Debemos ver si en un plazo más largo se ve un cambio de políticas, y de ruptura de la dependencia y el atraso económico. Un cambio de las clases sociales que se beneficiaban con el régimen derrocado por otras más amplias. Si no sería como pensar que la transición democrática argentina o chilena fue una revolución. La movilización de las masas populares abre un abanico de posibilidades. En las movilizaciones  no se ve una dirección política, ni programas mínimos, mas allá de  lo que intuimos como expectativas de las masas. Por lo tanto los que resuelvan a nivel estatal la cuestión serán los que le pongan la orientación a la revuelta (aunque también tengan que responder a ese espíritu de las masas movilizadas). Sin  embargo, muchos aferrados a no aprender nada de la historia, insisten en un excesivo optimismo en la espontaneidad popular.

Otros, principalmente desde la usina ideológica que hoy representa Venezuela. Se colocaron en la vereda de la defensa irrestricta del líder libio. Una posición que admitimos posible de ser aceptada si sabemos que debemos estar siempre en frente de la vereda del imperialismo. Pero esto es así con sus matices. La información de Telesur era tan apologética del régimen que generaba dudas, ya que chocaba con las imágenes que el mismo canal transmitía y con una evolución de los hechos contraria. Tal es así que se ponían en dudas afirmaciones inmediatas anteriores de los mismos periodistas del canal. La agresión extranjera no transforma automáticamente a Kadafy en un líder antiimperialista después de veinte años de agachadas. También es difícil creer que el poder en Libia fuera ejercido por el pueblo en forma directa y que por ello no había constitución, ni instituciones y se estuviera disolviendo el ejército. Casi una utopía anarquista. Si el pueblo ejercía el poder directamente ¿cómo no derroto a algunas bandas de mercenarios extranjeros pagados por Al Qaeda? (afirmación también muy dudosa propalada por el gobierno, sin dudas para confundir a occidente).  Mucha de la información transmitida parecía más bien una forma de estructurar una contrainformación entendida esta como dar vuelta, decir lo contrario que los yanquis.  Entonces, es difícil entender como los rebeldes parecen muchas veces gente común, o las mezquitas instan a la rebelión, o hay manifestaciones de apoyo a los rebeldes. Pueden estar equivocados y podemos nosotros creer que lo mejor es que siga Kadafy antes que se instaure una semi-colonia de la OTAN. Pero no podemos inventar historias como forma de propaganda y buscar teorías conspirativas para salvar las anomalías evidentes de nuestros  planteos. La contrainformación es algo más complejo que “decir lo contrario” que las cadenas noticiosas occidentales. Igualmente es un hecho positivo de que un canal de acceso libre en América Latina transmitiera la versión kadafista de la historia.

Vamos a hacer un paralelismo válido, no por ser equivalente,  sino por ser de sentido común. Saddam Hussein no enfrento ninguna rebelión popular significativa. Los mercenarios y fuerzas preparadas por occidente para dividirle el frente interno no contaron con apoyos suficientes ni siquiera en la última invasión, donde no hubo disidencias hasta después de la toma de Bagdad. Esta fue obra exclusiva de fuerzas extranjeras y después de 10 años de bloqueo salvaje y  bombardeos periódicos. El partido dirigente e inclusive una buena parte de la oposición se unieron ante la agresión imperialista, tampoco hubo disidencias significativas en esos 10 años. Y los basistas fueron la cabeza de la resistencia durante años. Cuando las fuerzas aliadas se retiraban de una zona, inmediatamente resurgían las viejas autoridades basistas, y aun cuando se intentó armar una nueva fuerza iraquí satélite los oficiales demostraron continuar con las antiguas lealtades como en el caso de Falluja. Se necesitaron varios años mas de incentivar conflictos sectarios y masacrar la población para desarmar a l antiguo régimen del Baas. Indudablemente Saddam era más sólido que Kadafy, el cual sufrió disidencias notables desde el primer día.  Hoy Iraq es una semi-colonia, y el país más pobre de la región, cuando solía ser reconocido como uno de los de más alto nivel de vida y de progreso. Esto último es lo único que emparienta los dos países, los libios deben mirar en Iraq su futuro si no logran salvar su independencia y su Estado nacional.

Entonces, tenemos en Libia un actor que no conocemos. Los “rebeldes”. Que son estos rebeldes apoyados por la OTAN. No basta, como  se esperanzan los ingenuos, pensar que son “la juventud de la primavera árabe que pelea por libertad y democracia”. Una visión muy occidental, twitera, de izquierda o derecha. Más bien pensamos que debemos recurrir a la historia. Allí tenemos tres ejemplos. Las revoluciones de colores. La intervención de mercenarios contra Jacobo Arbenz en Guatemala. Y los rebeldes afganos contra el gobierno pro soviético. Quizás en Libia haya un poco de las tres. El régimen libio esta desgastado y estancado como los antiguos gobiernos de Europa oriental y una parte de las masas buscan nuevos horizontes.  Hay apoyo militar directo logístico y aéreo como en Guatemala. Y existe una base local de heterogéneos grupos dispuestos a tomar las armas como en Afganistán. Pero en Guatemala el gobierno instalado fue una monolítica dictadura bananera. Y en Europa oriental la caída del comunismo instauro democracias liberales que empobrecieron y volvieron más injustos aún los antiguos países “comunistas”. En Afganistán en cambio el incomprensible tablero político del país resulto incontrolable para los EEUU, tal es así que después de un romance inicial el país volvió a ser invadido en una guerra que se prolonga hasta hoy. Aunque Afganistán un país muy atrasado es un ejemplo poco auspicioso para la mucho más moderna  y culta Libia.

Pero creemos que estos ejemplos dan cuenta principalmente de algunas formas de intervención imperialista y solo en menos medida de las condiciones internas de los países intervenidos. Para nosotros los sucesos libios se originan en la misma ola de movilización popular que tiene lugar en el mundo árabe. Que, a diferencia de lo que muchos piensan, no son agitaciones de jóvenes que buscan una democracia occidental y las formas de vida de occidente (aunque en occidente se esfuercen por potenciar a los grupos de elite pro-occidentales). Por el contrario, visto desde una perspectiva regional e histórica, están movilizaciones se vienen incubando hace más de diez años, desde la invasión a Iraq, con el pasaje de todos los gobiernos del mundo árabe-islámico al campo del imperialismo (salvo el caso sirio parcialmente, y el iraní, y de las monarquías del golfo que siempre fueron pro-occidentales). Esta derrota iraquí coincidió con la caída del bloque soviético y el auge del neoliberalismo. Y con ello el ataque a la identidad colectiva y las expectativas populares en proyectos nacionales. Con la crisis mundial y las consecuencias de la penetración occidental en la estructura de estas naciones, los viejos regímenes esclerosados no tienen capacidad de respuesta. Y entonces a nivel “sociedad civil” se manifiesta la agitación, en una situación en la que años de gobierno fuertes destruyeron a toda oposición política que representara un desafío. Por eso estos movimientos tienen una forma tumultuaria y sin referencias (y son “operables” por el imperialismo).

Según se dice en el conglomerado rebelde libio hay nacionalistas, basistas, marxistas diversos, islamistas de diferentes tendencias, pro-occidentales, liberales, kadafistas disidentes,  monárquicos, mercenarios, jóvenes rebeldes. Se habla de treintaiuna fuerzas y en ese análisis no debe ignorarse una importante presencia de tribus de estructura  clánica, con intereses contrapuestos, ligazones diversas con el Estado, las empresas y el imperio. Conglomerado que  Kadafy logro unir en su contra con algunas muy desacertadas políticas de sus últimos años como la ejecución de unos 1200 presos políticos comunistas e islamistas a los que acuso de terroristas, las privatizaciones y quita de subsidios, o el apoyo a los regímenes de Ben Alí y Mubarak durante las rebeliones inmediatamente anteriores a la guerra civil libia, el arresto del abogado de DDHH defensor de los familiares de los presos ejecutados en 1996 y la amenaza por los medios masivos de que iba a matar a cualquier opositor (acompañada de represiones concretas, aunque mucho menores de las difundidas en occidente y de las que Kadafy amenazaba). Pero esa unidad no sobrevivirá a la caída del régimen.  Sin dudas occidente estará trabajando para lograr que el nuevo gobierno libio esté en manos de alguien muy dócil. No será preocupación de occidente ni la unidad nacional, ni el progreso social ni la libertad (para un espejo podemos ver que estos tres ítems retrocedieron enormemente en Iraq). Mientras que Libia sea una base segura  para las empresas extranjeras, mientras no tenga ningún juego propio significativo, mientras la recolonización del país sirva para ayudar a rescatar al capitalismo occidental en crisis. Occidente habrá triunfado. Pero nosotros guardamos esperanzas de que los libios sepan sacar fuerzas para seguir adelante y vuelvan sus armas contra las potencias que pretenden valerse de este momento de guerra civil para apropiarse del país. El capítulo final de esta historia aún no se ha escrito.


 

Como los buitres

Pugnan empresas europeas por reparto de recursos libios

Cinco meses después del inicio de la agresión de la OTAN contra Libia, empresas europeas pugnan por el reparto de los recursos energéticos y petrolíferos del país norafricano.

Según diversos analistas en el Viejo Continente, la corporación italiana Eni y la francesa Total podrían estar entre las más beneficiadas por un eventual gobierno del autodenominado Consejo Nacional de Transición (CNT).

 

Para el consejero delegado de la Eni, Paolo Scaroni, el futuro de su compañía en Libia está garantizado y agrega que desde el pasado 3 de abril mantienen contactos casi diarios con el CNT.

 

"Hemos sido la primera empresa internacional en reunirse con el CNT", dijo Scaroni y añadió que ayudan a los opositores a cubrir sus necesidades.

 

Eni, la compañía italiana con mayor presencia en territorio libio, envió a un equipo técnico para reactivar sus instalaciones en el país árabe, donde aún continúan las agresiones de la OTAN.

 

Mientras, las diplomacias italiana y francesa ya negocian con los opositores priorizar a petroleras y empresas de construcción en futuras inversiones, según informó el diario español La Vanguardia en su sitio digital.

 

"Francia e Italia pugnarán por repartirse el tesoro libio", es el título del artículo, que denuncia el trasfondo económico de la agresión.

 

Recuerda que el Ministerio de Economía francés organizó en junio una misión comercial en Bengasi, donde participaron 10 empresas, entre ellas Total, mientras que el presidente de ese país, Nicolas Sarkozy, ha recibido en tres ocasiones a un representante del CNT.

 

Si las agresiones de la OTAN logran desplazar del poder al gobierno de Muamar el Gadafi, Francia y otros países entre ellos Italia, que dominó Libia como colonia, reclamarán su parte en el pastel energético y petrolero, señala La Vanguardia.

 

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, declaró la víspera que las agresiones contra Libia constituyen un atropello a ese país y una amenaza al mundo.

 

"Lo que quiere el imperio yanqui y las potencias europeas que han agredido Libia es el petróleo", denunció Chávez.

 

Antes de la agresión, el país árabe extraía un millón 600 mil barriles de petróleo diario y se ubicaba en el lugar 17 de los mayores productores mundiales.

 

 

martes, 23 de agosto de 2011

Comunicado contra la extranjerización de la tierra en la Argentina
17/08/11

Saludamos la iniciativa presidencial de impulsar el debate en el Congreso Nacional del proyecto de ley contra la extranjerización de la tierra, manifestada en la conferencia de prensa ofrecida por la presidenta CFK con motivo del triunfo electoral en las internas abiertas y obligatorias obtenido el domingo 14.

En tanto entendemos imprescindible, la creación de dicho instrumento legal que ponga freno al proceso extranjerizador, en virtud de la voracidad de los capitales extranjeros, que ante la profundización de la crisis global del sistema capitalista, no dudarán en intentar descargarla sobre las espaldas de los pueblos de la región, en especial utilizando como moneda de cambio la presión de compra de comodities agrarios a cambio de tierras. Desde hace mucho tiempo y hasta nuestros días intentan apropiarse de las mejores tierras de patrimonio nacional, con destino a la extracción de ganancias y posicionamiento dominante estratégico, tanto mediante la agriculturización intensiva como la extracción de recursos naturales estratégicos con lo que afectan profundamente nuestra soberanía nacional.

Dicha iniciativa abre la posibilidad de instalar en nuestro país un debate que aspiramos, se profundice en dos direcciones principalmente, uno orientado hacia la imprescindible discusión sobre el uso y tenencia de la tierra, y el otro hacia explotación de los recursos naturales con independencia y soberanía.

Al mismo tiempo convocamos a las organizaciones de la mesa coordinadora nacional de organizaciones campesina, de agric. familiares y pueblos originarios, a los dirigentes y organizaciones de base de la FAA, que se acaban de manifestar abiertamente enfrentados a la conducción claudicante de Eduardo Buzzi, con el noble objetivo de que la entidad retome las banderas históricas del Grito de Alcorta, así como a la corriente agraria CANPO, todas fuerzas que necesariamente deberemos actuar en forma articulada para lograr la sanción de dicho proyecto.

Rescatamos este momento de derrota electoral contundente, a las fuerzas de la derecha destituyente, como oportunidad histórica que no debemos desperdiciar, para avanzar en la profundización de cambios estructurales que garanticen la soberanía e independencia nacional del pueblo Argentino. www.ecoportal.net

José Luis Livolti

Movimiento Campesino Liberación

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¿De qué se trata la ley de propiedad de tierras que impulsa el Gobierno?
15/08/11


La Presidenta anunció en conferencia de prensa que espera que “las fuerzas políticas apoyen” el tratamiento de la iniciativa que propone limitar la venta a extranjeros y crear un registro de propietarios. El proyecto fue presentado el 27 de abril.


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner llamó hoy a que “las fuerzas políticas apoyen un proyecto de ley de de la propiedad de la tierra en la República Argentina”, que fue adelantado por ella en el inicio de sesiones del actual año legislativo, el pasado 1 de marzo, y enviado al recinto para su tratamiento el 27 de abril.

"Es un punto muy importante demostrar a la sociedad, a los sectores productivos y al mundo la idea que las fuerzas políticas tenemos sobre un recurso estrtégico y vital como es la tierra", dijo en una conferencia de prensa que brindó en el Salón Sur de la Casa de Gobierno. “Los acuerdos tiene que traducirse en políticas”, subrayó.

“El tratamiento de este tema que va a tener mucho que ver con la situación actual en materia de capitales”, agregó la primera mandataria.

Cristina Fernández de Kirchner presentó el 27 de abril un proyecto de ley que limita la venta de tierra a extranjeros. Entre los principales puntos de la iniciativa, se establece que los titulares de otra nacionalidad no podrán tener más del 20 por ciento del total de tierras rurales a nivel nacional, que una persona física o jurídica no podrá adquirir más de 1000 hectáreas en la zona núcleo o su equivalente en otras regiones del país y que se creará un registro nacional de propietarios.

“Esta es una ley que tiene por objeto conservar en el dominio nacional, no estatal, una cuestión que es de todos los argentinos y fundamentalmente de aquellos que tienen capacidad de producir e invertir en esa tierra que tiene beneficios para todos”, dijo la Presidenta al presentar el proyecto.

Para redactar el proyecto de ley, se atendió a las reformas planteadas por Francia, Italia, Canadá, Brasil, Australia y Bolivia. “Con esto procuramos efectivizar el derecho irrenunciable del gobierno nacional al ejercicio de su soberanía y la preservación de la titularidad de los pueblos sobre sus recursos y riquezas naturales”, consideró el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez .


Elargentino.com


Etiquetas: argentina


lunes, 22 de agosto de 2011

Los negocios de Monsanto

 

 

De: Centro Cultural Alejandro Olmos [mailto:centroculturalalejandroolmos@gmail.com]
Enviado el: jueves, 18 de agosto de 2011 03:35 p.m.
Asunto: Los negocios de Monsanto

 

 

 

La Olmos

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Los negocios de Monsanto


por Carlos del Frade

 

El hambre es un negocio.

Las proyecciones de los investigadores dicen que la población mundial duplicará hacia 2050 la demanda de alimentos.

 

Este dato, una verdadera vergüenza para la humanidad es leído, sin embargo, como una oportunidad para los que hacen negocios en estas pampas ubérrimas.

 

Según el profesor de política agropecuaria de la Universidad de Illinois Bob Thompson: “El rol de América del Sur y de la Argentina es muy importante porque tienen más potencial de productividad que otras regiones, tienen los mejores suelos del mundo y el mundo los necesita. En los próximos 40 años se va a incorporar una población equivalente a dos veces China para alimentar. A lo que se suman las perspectivas de reducción mundial de la pobreza y el incremento de gente con mejores ingresos que accederá a una dieta balanceada”, indicó en diálogo con diferentes medios de comunicación. Para los estudiosos, en la primera mitad de este siglo la demanda mundial de alimentos podría duplicarse por el crecimiento de la población mundial, mientras que la otra mitad responde al incremento de los ingresos de cada vez más personas en los países de bajos recursos.

 

Esta es una reflexión por lo menos curiosa porque el sistema genera una repetición de su propia lógica: los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres.

 

Quizás esta interpretación es una máscara de falsa conciencia para aplacar el verdadero espíritu del negocio floreciente. El hambre termina siendo una ocasión inmejorable para ciertas empresas que manejan, a nivel mundial, el comercio de granos y derivados.

 

Y una de las multinacionales que se anotan en la línea de largada de este fenomenal paquete de dinero a costa de las necesidades alimentarias de millones en Monsanto, la firma que factura 10 mil millones de dólares anuales, mil de los cuales los vende en la Argentina donde además cuenta con 50 mil hectáreas de tierras en la provincia de Buenos Aires, en la zona de Rojas.

 

Según el vicepresidente ejecutivo de sustentabilidad de Monsanto, Jerry Steiner, la biotecnología “será una parte importante de la solución, al abrir nuevas fronteras para mejorar el contenido nutricional de los granos, aumentar su tolerancia a la sequía o altas temperaturas y reducir el uso de pesticidas”. Agrega que “esta realidad plantea un contexto favorable para la Argentina, que por tener similares condiciones agroecológicas a Estados Unidos, pero en el hemisferio sur, puede nutrirse de las nuevas tecnologías e investigaciones de forma más rápida que Brasil”, sostuvo el funcionario de la multinacional que produce semillas y agroquímicos de cuestionables efectos en la salud humana.

 

Lo cierto es que ante el avance de las urgencias humanas, las grandes multinacionales se frotan las manos celebrando el dinero que harán a costillas de los saqueados permanentes. El capitalismo, envuelto en las crisis financieras que genera, planifica el futuro. Diagrama el escenario de los próximos cuarenta años y ratifica la continuidad de la devastación del medio ambiente, la irracional explotación de los recursos no renovables y la pauperización de la vida de los que son millones. Y, al mismo tiempo, vende productos para saciar el hambre que impulsa y multiplica. La perversión llevada al extremo. La creación de masas de empobrecidos para que luego sean los estados nacionales los clientes que compren productos para responder a esas demandas mínimas. Entre los que piensan el futuro y los negocios del mañana a partir del hambre de los que son más en esta cápsula espacial llamada Tierra, están las grandes multinacionales de la semillas y los agroquímicos, como Monsanto.

Una verdadera filántropa de la humanidad.

 

sábado, 20 de agosto de 2011

Entrevista a Agustín López Tobajas. La tradición perenne

Entrevista a Agustín López Tobajas. La tradición perenne

19/08/11


«Tomando elementos dispersos de aquí y de allá, se fabrica un yoga que ignora el hinduismo, un zen que no tiene nada que ver con el budismo o un sufismo escindido radicalmente del islam». El yoga es como gimnasia; el sufismo, poco más que una danza (mal ejecutada); el taoísmo, artes marciales… El tantra se utiliza para incrementar el placer sexual… Pero nadie se detiene a orar, ni se bendicen los alimentos (ni siquiera los ecológicos) y, mientras se utilizan tecnologías solares, nadie agradece al astro rey su luz cada mañana… Es la cultura del sucedáneo…

 

"La capacidad de seducción de la técnica es muy fuerte. La modernidad, dando la espalda a la transcendencia, ha creado un gran vacío en el interior de los hombres, un hueco que sentimos la necesidad de llenar como sea y con lo que sea. La ciencia y la técnica ofrecen la ilusión de colmar ese vacío con algo tan inmediatamente constatable como el poder sobre la materia; al margen de sus consecuencias ulteriores, la ciencia y la técnica tienen una eficacia a nivel inmediato: aparentemente «funcionan»; de ahí su poder de convicción."

Fecha de publicación: 1-10-2005-Revista: The Ecologist para España y Latinoamérica


Traemos a nuestras páginas a Agustín López Tobajas. No es doctor, ni aficionado a la naturopatía ni nada parecido. Es un experto en la Tradición Primordial. En esta entrevista nos explica que nuestro mundo está enfermo. Físicamente, sí, pero, sobre todo, nuestro mundo está enfermo espiritualmente...

Agustín López Tobajas es uno de los más lúcidos introductores en España de lo que se conoce por Tradición Perenne. Podríamos definirla, como dice el propio Tobajas, como "el legado procedente de una revelación primordial que las diversas culturas y civilizaciones han ido transmitiendo a sus descendientes a lo largo de la
historia; legado que se articula en una serie de doctrinas, métodos y pautas para la realización espiritual que, adaptándose a las particulares circunstancias de cada cultura son, sin embargo, idénticos en lo esencial
como expresiones diversas de una Verdad única". 

 

López Tobajas es traductor especializado en tradiciones espirituales y ciencias de las religiones. Fue codirector de la revista Axis Mundi (1994-2000) y de la colección «Orientalia» (Editorial Paidós). En la actualidad, coordina el Círculo de Estudios Espirituales Comparados. Ha publicado recientemente Manifiesto contra el progreso (José J. de Olañeta, Editor), un contundente volumen en el que el autor explica muy bien por qué el mundo actual camina hacia su destrucción, si bien, para López Tobajas, «la catástrofe, en definitiva, no es que Occidente se hunda, sino que subsista», pues «que el mundo moderno se desmorone es, en todo caso, la única esperanza para quienes mantienen viva alguna fe en la humanidad». Tal vez algún lector se sorprenda de que no traigamos a nuestras páginas a un doctor, sino a un especialista en la Tradición Primordial. Pero, ¿cómo puede vivir saludablemente un mundo corrompido espiritualmente hasta el tuétano? ¿Existe la salud en un mundo enfermo? Tal vez el camino esté en escapar a Oriente, sí, pero, como muy bien dice Agustín López, «un Oriente que no se encuentra, ciertamente, en los mapas, y al que los pueblos de todos los tiempos han nombrado de formas diversas: Ítaca, Hiperbóreas, Avalon, Shambala, Thule, Salem, Aztlán, Hurqalyá... Ese «Oriente, que nada tiene que ver con nuestra geografía física, es el lugar por donde despunta, en el alma extranjera capaz todavía de nostalgia, la luz del dios que le ha de salvar».


-Creo que, como muy bien dice, los mayores problemas que hoy asuelan a nuestro planeta y a la Humanidad no son la energía nuclear, los alimentos transgénicos, la polución química o un sistema sanitario basado en el fraude de las empresas farmacéuticas, sino los paradigmas que nos han conducido hasta aquí. ¿Cuándo y cómo surge una sociedad que está arrastrando al planeta y a todos sus habitantes a la destrucción?

 
-Es difícil responder a esa pregunta de forma muy concreta. Tal vez la historia de la humanidad sea la historia de una continuada decadencia desde sus orígenes hasta la actualidad. Ya sé que esta tesis será inaceptable o ridícula para muchos, pero nuestra visión de la historia puede estar llena de prejuicios, empezando por la generalizada idea de que el nivel de desarrollo tecnológico es una medida del nivel de inteligencia. Acaso sea más bien lo contrario. De cualquier modo, parece claro que el Renacimiento supuso una ruptura con lo que podríamos llamar el «mundo tradicional». El Renacimiento fue una época brillante en ciertos aspectos, pero su «humanismo» llevaba implícita una gran dosis de orgullo y arrogancia, un cierto titanismo que ha marcado decisivamente toda la historia posterior de Occidente. La Ilustración, afirmando los derechos absolutos de la razón, fue un peldaño más en la caída. Otro salto se produciría con la Revolución Industrial; ahí comienza el imperio de la máquina y se consuma un cambio radical en la forma de vida. Es decir, limitándonos a los últimos siglos, más que un momento decisivo, habría ―yo creo― un hundimiento progresivo con saltos más o menos significativos. Cabría preguntarse por qué la conciencia occidental decidió emprender ese camino frente al resto de civilizaciones y culturas, pero yo, por supuesto, no tengo respuesta para eso... No lo sé. En todo caso, ni la modernidad es el Mal absoluto, ni las culturas premodernas son el Bien absoluto. Para mí la cuestión es que el progreso nos ha arrebatado un mundo que, con todas sus limitaciones, era cien veces preferible a éste con todos sus «avances». De hecho, aquel mundo permitía o hacía posible el acceso al sentido, a la plenitud espiritual, y el que ahora vivimos parece empeñado en impedirlo. Ésa es la diferencia.

CAMINO DE LA ENFERMEDAD

En el contexto de lo sanitario, como en tantos otros, parece que el desarrollo económico nos conduce a vivir cada día menos y peor. Se multiplican las pandemias, crece el número de pobres, las hambrunas azotan a los países empobrecidos, la sequía amenaza a miles de millones de personas, somos más estériles, se disparan las tasas de enfermedades degenerativas y las enfermedades mentales devastan a la población. Todos estos problemas tienen un claro origen antropogénico. Usted señala que «hablando en términos generales, la riqueza no genera más que estupidez y perversión». ¿Y decadencia y enfermedad?

-También, por supuesto. Pero yo no pretendo decir que sólo el ansia de riquezas tenga la culpa de todo; ésa sería una tesis propia de un marxismo moralizante. Quiero decir, más bien, que la obsesión por el desarrollo económico genera, junto con otras circunstancias, el olvido de lo esencial, y eso acarrea «perversión», pero no sólo en un sentido moral sino, más bien, metafísico; perversión como voluntad de quebrantamiento de las leyes que regulan la relación del ser humano con el cosmos y con el Espíritu. La «estupidez» a que me refiero en el Manifiesto es básicamente el olvido por parte del ser humano de lo esencial de sí mismo, de su origen y su destino. De esas actitudes mentales básicas nacen, en última instancia, todas las miserias que aquejan a los hombres. 


–Usted afirma que «la ciencia asume actualmente el papel que antaño desempeñó el aspecto exotérico de las religiones en el campo de las creencias». Es decir, que los dogmas de la Iglesia han sido sustituidos por dogmas tecnocientícos. Y, al fin y al cabo, el pueblo sigue sumergido en el mundo de las supersticiones.

-Sí, pero hay algo que cambia: al margen de las diferencias en el contenido entre unos dogmas y otros ―asunto en absoluto desdeñable―, los dogmas de la Iglesia eran reconocidos como tales; nadie pretendía que fueran razonables o evidentes. Eso establecía una distancia entre el individuo y el dogma, distancia que garantizaba la libertad interior de cada cual para aceptarlo o no, al margen, claro está, de las posibles imposiciones autoritarias de la Iglesia en el marco social. En la modernidad, esa distancia ha desaparecido, los dogmas científicos se introducen en las conciencias como si de verdades demostradas y evidentes se tratase. Pensemos, por ejemplo, en el evolucionismo. Casi nadie sabe nada de las teorías evolucionistas, pero todo el mundo las acepta con una fe inquebrantable. Al margen de su verdad o falsedad, el evolucionismo es, por encima de todo, una creencia, un dogma del que se ignora su carácter de tal. Podríamos analizar otros muchos. «Científico» se ha convertido en sinónimo de «verdadero», cuando curiosamente las teorías científicas cambian cada dos por tres. La sociedad contemporánea se cree intelectualmente libre, pero en realidad está más imbuida de creencias y prejuicios que cualquier otra sociedad de tiempos pasados. A la inversa, se consideran supersticiones conocimientos que hoy no son operativos, sin pensar que pudieron serlo en el pasado. Por ejemplo, la utilización de fuerzas sutiles o suprafísicas con fines curativos. Es muy probable que ciertas prácticas terapéuticas que hoy se ven como supersticiones funcionaran realmente en su momento, aunque, debido a eso que René Guénon llamó la «solidificación», es decir, la progresiva insensibilidad de la materia a las energías suprafísicas, puedan ahora no ser eficaces. Y, dicho sea de paso, habría que prevenir contra ciertos embaucadores que pretenden desenterrar prácticas curativas de tiempos pasados o incluso de culturas desaparecidas y se atribuyen poderes de los que carecen por completo. Naturalmente no estoy diciendo que todos los métodos de curación tradicional hayan perdido su antigua eficacia, ni mucho menos, pero no habría que ser tan crédulos como para ponerse en manos del primer «sanador alternativo» que se cruce en el camino.


LA SEDUCCIÓN DE LA MENTIRA


-¿Cómo el mundo puede vivir tan engañado? Los medios de información vomitan a cada instante cantos de sirena sobre los supuestos avances de la ciencia y la tecnología. Pero la epidemia de cáncer se dispara. Dos de cada tres estadounidenses padecerán cáncer a lo largo de su vida. Y esto es sólo un ejemplo. ¿Es el equivalente a las promesas del faraón de que se habla en el islam?

-La capacidad de seducción de la técnica es muy fuerte. La modernidad, dando la espalda a la transcendencia, ha creado un gran vacío en el interior de los hombres, un hueco que sentimos la necesidad de llenar como sea y con lo que sea. La ciencia y la técnica ofrecen la ilusión de colmar ese vacío con algo tan inmediatamente constatable como el poder sobre la materia; al margen de sus consecuencias ulteriores, la ciencia y la técnica tienen una eficacia a nivel inmediato: aparentemente «funcionan»; de ahí su poder de convicción. Por ejemplo, es indiscutible que se inventan remedios para ciertas enfermedades; otra cosa es que el sistema que hace posible esos remedios genere continuamente males mucho mayores que los que consigue ir evitando. Pero la relación del sistema con los males que provoca no es nunca tan perceptible como la relación con los remedios que inventa. Los «efectos colaterales» se presentan siempre como anomalías evitables, cuando en realidad son parte ineludible del proceso de producción de los «remedios». Ahora bien, no habría que deformar las cosas para ajustarlas más fácilmente a nuestro esquema; los métodos de la medicina oficial pueden ser brutales, pero no nos engañemos: a su manera funcionan y, en algunos casos, puede incluso ocurrir que sean los únicos que funcionan, pues el ser humano puede haberse «solidificado» hasta tal punto que sólo responda a estímulos particularmente violentos. Con esto no estoy defendiendo necesariamente la utilización de tales métodos. Por ejemplo, pueden no gustarnos los trasplantes de órganos; de hecho, yo creo que los trasplantes deberían hacer estremecerse a cualquier mente normal al mismo nivel que las prácticas de una tribu de antropófagos, pero, a nivel inmediato y al margen de sus repercusiones a nivel social (mercado de órganos, etc.), funcionan. La cuestión es que no todo lo que «funciona» es legítimo. Hay quienes se empeñan en que sólo los métodos alternativos son eficaces y que los oficiales son ineficaces. Me parece que ésa es una forma de seguir practicando el culto a la eficacia, que es uno de los pilares de la barbarie tecnológica. Hay que entender que hay cosas en la modernidad que son eficaces, pero no por ello son admisibles. La eficacia no puede ser nunca el criterio supremo, ni siquiera en medicina. Volviendo a la seducción, hay otro hecho importante: la mayor parte de los seres humanos ven lo que la ciencia, la tecnología o el llamado progreso, en general, nos da, sea bueno o malo, pero no pueden ver lo que nos quita. Y no lo ven por la sencilla razón de que lo que se nos ha quitado ya no está ahí, y lo que no está ahí no puede verse; se podría, en todo caso, recordar (con una memoria más ontológica que psicológica), pero los mecanismos sociales, con su permanente tensión hacia el futuro, se ocupan de borrar todo recuerdo que supere el nivel del dato. El pasado está muerto, se nos repite hasta la saciedad, cuando, en realidad, todo lo que somos es pasado.

LA RAZÓN DE SER DE LA ENFERMEDAD

-Además, la absoluta medicalización de la enfermedad hace que se pierda, en cierto sentido, parte de su razón de ser. De igual manera, la muerte desaparece del mapa. Es como si no existiera. Es como si fuéramos a tener una vida eterna. Pero la enfermedad y la muerte también cumplen una función, al menos desde el punto de vista de la Tradición.


-Naturalmente. Hay enfermedades que podríamos llamar «artificiales», es decir, que están generadas por las transgresiones del orden cósmico, pero hay otras «naturales», provocadas por el desgaste natural de los organismos o, sencillamente, por el destino de cada ser vivo. Por supuesto, es lógico y natural que si uno está enfermo trate de curarse y de evitar la enfermedad mediante unos métodos proporcionados a nuestra naturaleza; pero tratar de esquivar la enfermedad y la muerte a toda costa, a cualquier precio y por cualquier método, se ha convertido en una obsesión tan delirante como inútil. Nos guste o no, ser hombre implica de forma necesaria la enfermedad y la muerte. Esto es una obviedad, pero a veces parece que se olvida. En consecuencia, tendríamos que aprender a aceptarlas. Hay limitaciones que no podemos superar; se trataría entonces de orientarlas en la dirección adecuada. Hay que recuperar para la enfermedad y la muerte el sentido que la modernidad les ha expropiado.

-Le cito: «Tomando elementos dispersos de aquí y de allá, se fabrica un yoga que ignora el hinduismo, un zen que no tiene nada que ver con el budismo o un sufismo escindido radicalmente del islam». El yoga es como gimnasia; el sufismo, poco más que una danza (mal ejecutada); el taoísmo, artes marciales… El tantra se utiliza para incrementar el placer sexual… Pero nadie se detiene a orar, ni se bendicen los alimentos (ni siquiera los ecológicos) y, mientras se utilizan tecnologías solares, nadie agradece al astro rey su luz cada mañana… Es la cultura del sucedáneo…

-Sí. Socialmente, vivimos en una falsificación perpetua. Y los movimientos alternativos, ecologistas, espiritualistas y similares no están libres de ello. Yo hago bastante hincapié en esto, y tal vez quienes lean mi Manifiesto contra el progreso piensen que la tengo tomada con los ecologistas, pero no es así. Lo que ocurre es que la perversión del «sistema» o la locura de Bush son más o menos evidentes, y, frente a eso, se tiende a pensar que todo lo que en apariencia se opone al sistema es bueno. Pero eso es simplificar las cosas. La espiritualidad New Age es un perfecto ejemplo de falsificación. Y los movimientos «alternativos» de diversa índole lo son también en gran medida, aunque, naturalmente, está claro que hay ecologistas y ecologistas… El caso es que se ha perdido de vista lo esencial y se han absolutizado elementos tal vez importantes pero secundarios. Todo el mundo se preocupa por la salud del cuerpo, y no es que eso esté mal, pero el cuerpo absorbe toda la atención y no queda espacio para la salud del alma. Nos preocupamos por la estricta pureza biológica de lo que comemos y luego alimentamos el espíritu con basuras. Recogiendo lo que usted decía: ¿qué es más sano, comer los productos de cualquier supermercado con una conciencia de humildad y agradecimiento a Dios o comer productos de herbolario, con certificado biológico, con una conciencia meramente «química» de los procesos biológicos de la alimentación? Se podrá responder que las dos cosas juntas. Vale. Pero la cuestión es dónde ponemos el énfasis. Y, en la situación actual, yo pondría el énfasis en lo primero. Buda se alimentaba con lo que las gentes le echaban en su cuenco; no creo que su dieta fuera muy equilibrada. Pero llegó a la iluminación. De nada sirve cambiar las energías contaminantes por energías limpias si el hombre no empieza por limpiar su alma. Una actitud espiritual correcta da lugar (en términos generales y dentro de ciertos límites) a una relación correcta con el mundo físico, pero no está tan claro que lo inverso sea siempre tan cierto. No me parece descabellada la posibilidad de que un mundo técnicamente limpio sea espiritualmente un infierno. Habría que tenerlo en cuenta...

EL TEMPLO…


–En general, ¿cómo ve la salud y la enfermedad en el mundo de la Tradición? ¿Debería ser vista a la luz de la idea de que lo orgánico y el no visto forman una unidad? Si todo lo orgánico que existe sobre la faz del Universo, forma parte del Templo… no es ético profanarlo, ¿no?

-Particularmente, no creo que se pueda hablar del «mundo de la Tradición» como una unidad monolítica, aunque muchos así lo pretendan. En consecuencia tampoco la salud y la enfermedad me parece que tengan un significado unívoco en todas las culturas. Supongo que en general se ha buscado un equilibrio entre cuerpo y espíritu, pero eso tendría sus matices y, desde luego, no implica ponerlos en un mismo plano. Piense que también hay tradiciones para las que la materia, y por tanto el cuerpo, no dejan de ser algo más o menos irreal; e incluso otras que lo satanizan. Yo no diría que eso está ni bien ni mal. Cada cultura es un complicado entramado de compensaciones y de sutiles equilibrios, y lo importante es que la resultante global tienda hacia arriba, por decirlo de algún modo. Extraer de ese entramado pautas o actitudes concretas, ya sea respecto a la salud o a cualquier otra cosa, para juzgarlas desde nuestros particulares criterios culturales, me parece un disparate. Ahora bien, sea cual sea la actitud de unas u otras sociedades tradicionales respecto de la salud, todas, sin excepción, parecen haber tenido muy claro algo que ahora se olvida: que hay un orden de prioridades y que la salud física está siempre subordinada a la salud espiritual.


–En Occidente, que, como Oriente, tampoco es una zona geográfica, sino, más bien, un estado mental… hay muchos hospitales y ambulatorios, también muchos asilos y guarderías. Las personas viven cada vez más aisladas. Las familias se descomponen. En la historia de nuestra especie, parece evidente que jamás se vivió una época tan lúgubre. Los psicólogos señalan que divorciarse es reforzar la autoestima. ¿Es la propia sociedad la que está enferma?


-En efecto: tenemos muchos hospitales, muchos ambulatorios, muchos asilos, muchas guarderías... tenemos mucho de todo. Y cuanto más tenemos, menos somos. Pensamos que todo se arregla con más medios, más desarrollo, más técnica, más información... «Más» parece la palabra mágica de nuestra cultura, con la que creemos poder hacer todo tipo de milagros. Es el delirio de la acumulación. Pero esa acumulación, aparte de estar construida sobre el expolio y la esquilmación del llamado Tercer Mundo, es decir, sobre el hambre, la miseria y la muerte de millones de personas, no es fuente de soluciones sino de nuevos problemas. Y, sobre todo, hemos olvidado algo fundamental: que la dignidad humana no se mide por lo que el hombre es capaz de acumular sino, justamente al contrario, por aquello de lo que es capaz de prescindir, por todas las cosas inútiles o superfluas a las que sabe renunciar para poder centrarse en lo esencial. Una sociedad sana sería una sociedad que reduciría al mínimo sus necesidades materiales y, por tanto, sus medios técnicos; sería una sociedad capaz de conformarse con lo estrictamente necesario. Parece que ahora hay mucha preocupación por hacer compatible el equilibrio ecológico con el desarrollo y la riqueza. Yo creo que con lo que habría que hacer compatible el equilibrio natural es con la sencillez y la austeridad; y eso, por cierto, no plantea ningún problema ni exige ningún esfuerzo; no requiere ningún «más»; en realidad, ni siquiera requiere ningún «hacer»: se hace por sí solo. Me parece que estaríamos física, mental y espiritualmente más sanos si, en lugar de plantearnos siempre lo que tenemos que hacer, nos planteáramos también lo que tenemos que dejar de hacer.

–En definitiva, ¿puede haber salud orgánica sin salud espiritual? Y ¿cómo «orientarse» espiritualmente en un mundo en el que han saltado por los aires los cuatro puntos cardinales del alma? ¿Qué necesitamos? ¿Hospitales o, con perdón, verdaderos maestros (nada que ver con los gurus sectarios, of course, de los que ya he conocido algunos, ja ja)?

-En cuanto a lo primero, supongo que algunos pensarán ―¿tal vez un poco mecánicamente?― que no, que no puede haber salud orgánica sin salud espiritual. Sin embargo, yo no estoy tan seguro de que sea necesariamente así. Ya hablé antes de la posibilidad de que el mundo moderno llegue a crear una sociedad físicamente limpia, aunque espiritualmente muerta. ¿Por qué no? Hay una relación entre el mundo físico y el espiritual, por supuesto, pero si entendemos esa relación como un automatismo rígido corremos el riesgo de entender que una persona espiritualmente sana no puede estar nunca enferma, que un enfermo crónico está destinado al infierno o que un individuo perverso tiene que pasarse la vida en la cama. La ausencia de esa correlación automática es molesta porque dificulta y complica nuestra comprensión de la realidad, pero es así. No podemos negarle a priori a la ciencia y la tecnología la posibilidad de crear un mundo de energías limpias, un mundo saludable e higiénico, en el que todos sean zombis satisfechos contemplando la televisión y saliendo los fines de semana en coches no contaminantes a hacer «turismo verde». ¿Y qué pasa si un mundo espiritualmente muerto es capaz de generar un cierto nivel de salud física? Ése, si se alcanza, será ―yo creo― el más diabólico de los mundos, pues su capacidad de fascinación será máxima. De forma paradójica podríamos decir que, mientras haya contaminación hay esperanza. No estoy diciendo que esté a favor de la contaminación, claro está; estoy diciendo que, peor todavía que un mundo contaminado sería un mundo feliz, higiénico, sin disfuncionalidades, formado por seres «humanos» sin alma, pero cívicos y pulcros, cuyas aspiraciones se reduzcan a lo que el sistema pueda proporcionarles y sin motivo ninguno para lamentarse. Quiero decir, en definitiva, que hay una escala de prioridades y que me parece un error fatídico ―y extremadamente extendido en la actualidad― conceder más importancia a unos pulmones limpios que a un alma limpia. Vivimos ahora una obsesión por la salud que me parece lo menos saludable que pueda imaginarse y que genera actitudes paranoicas, como, por ejemplo, la actual obsesión antitabaquista (y quede claro que yo no fumo). Tampoco me parece que sea muy acertado buscar la salud espiritual para poder tener salud física, porque eso es convertir el fin en medio y el medio en fin. Hay que tener claro qué es lo esencial y qué lo secundario. En cuanto a cómo orientarse espiritualmente en nuestro mundo, no puedo responder a eso, pues no tengo ni idea. Habría que preguntárselo a un maestro espiritual, supongo. Vivimos en un caos absoluto y nuestra «espiritualidad» es una muestra patente de ello. Entre unas tradiciones espirituales cada vez más entregadas, por un lado, a la modernización y el racionalismo o, por el lado contrario, al integrismo, y una Nueva Era carente del más mínimo discernimiento, vivimos ya una auténtica inversión de la espiritualidad. No podemos esperar que en una sociedad en la que ni siquiera existen «verdaderos discípulos» vayan a surgir «verdaderos maestros». Tal vez sólo quede recurrir a la interioridad de cada uno, pero ahí está el ego perpetuamente al acecho...

ESCAPAR DE BABILONIA


–Todo parece indicar que nos encontramos, desde hace tiempo ya, en el Final de los Tiempos. Usted reconoce que escapar de Babilonia es difícil porque, citando a Hölderlin, manifiesta que «cercano y difícil de captar es el dios; pero donde abunda el peligro, crece también aquello que salva». ¿Es nuestra gran oportunidad? ¿La enfermedad del mundo y nuestras enfermedades pueden ser una metáfora para huir de una vez por todas?

-Para no dar pie a equívocos, aclararé que, como digo en el Manifiesto, no se trata de huir de la realidad, sino de huir a la realidad, pues este mundo es la expresión misma de lo irreal. Parece, ciertamente, que la Providencia no nos abandona del todo y siempre, en alguna parte, crece aquello que salva, como decía Hölderlin. Es verdad. Pero hay que encontrarlo. ¿Dónde? Como afirma el dicho sufí nos empeñamos en buscar fuera de casa lo que hemos perdido dentro porque fuera «hay más luz». A mí me da la impresión de que no hay más lugar de búsqueda que el alma, por oscuro que ahí esté el panorama. El problema de Occidente no es que haya perdido la salud sino que ha perdido su alma. Algunos psicólogos postjunguianos hablan de making soul, literalmente «hacer alma». No es una expresión que me guste, pero creo que apunta a una necesidad muy real: nos hemos convertido en seres desarraigados, que no sabemos de dónde venimos ni adónde vamos y, lo que es mucho peor, que ni siquiera nos preocupa no saberlo. Ésa es la enfermedad fundamental: hemos perdido el alma, la hemos vendido, como Fausto, al demonio del «progreso» a cambio de un espejismo de felicidad que no nos proporciona más que frustración y desesperanza, vaciedad y depresión. Reintegrar nuestra vida, curar y reconstruir nuestra alma agonizante: ésa es, a mi entender, la única urgencia verdadera; lo demás, con todos los respetos, me parecen poco más que nimiedades.


Pedro Burruezo

http://www.theecologist.net/files/articulos/23_art6.asp

(Fuente: Blog Islam en Mar del Plata)

viernes, 19 de agosto de 2011

Justicia prepotente y discriminadora

 

 

De: Centro Cultural Alejandro Olmos [mailto:centroculturalalejandroolmos@gmail.com]
Enviado el: viernes, 19 de agosto de 2011 03:46 p.m.
Asunto: Justicia prepotente y discriminadora

 

 

 

 

 

 

La Olmos

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Justicia prepotente y discriminadora




 


La Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal dejó sin efecto los sobreseimientos que beneficiaban a Roberto Martino y sus compañeros, acusados de  ‘prepotencia ideológica’ y de violar la ley antidiscriminación. Se apelará la decisión ante la Corte Suprema para que los militantes no lleguen a juicio oral.




(Fabiana Arencibia-Red Eco) Argentina - La Justicia tomó esta decisión luego de que la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) apelara la resolución del Tribunal Oral Federal Nº 1 de la ciudad de La Plata que, en junio de este año, desestimó los cargos políticos de ‘prepotencia ideológica’ y de violación a la ley antidiscriminatoria, dictando la excarcelación de los militantes.
“Ante este nuevo procesamiento, asistimos a un avance claro en la tónica represiva. Expresarse, manifestarse en contra de las políticas genocidas de un Estado, plantear públicamente posiciones políticas, ahora es considerado un delito grave por el máximo tribunal penal del país; y además si es contra el Estado de Israel se lo considera una expresión antisemita”, dice la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo (CADEP) en un comunicado.
Recordamos los hechos. El 19 de mayo de 2009, militantes de las FAR (Frente de Acción Revolucionaria) realizaron una manifestación en el marco de la celebración del 61º aniversario de la creación del Estado de Israel. El objetivo fue repudiar la política criminal de invasión y asesinatos que dicho Estado desplegaba contra el pueblo palestino.
En ese acto se produjeron incidentes y la policía detuvo a 5 integrantes de dicha agrupación. Entonces se abrió una causa judicial que “persiguió a la organización política, allanó irregularmente uno de sus  locales, e intentó acusar a todos sus miembros y a su entonces máximo dirigente (Roberto Martino) de pertenecer a una agrupación cuasi-terrorista y antisemita”, denuncia CADEP.
En esa persecución detuvieron a 15 de sus militantes, algunos de los cuales estuvieron presos por dos meses. Martino fue también detenido por más de un año en el penal de Marcos Paz.
El dirigente junto a cuatro compañeros fueron acusados de ‘prepotencia ideológica’ y de violar la ley antidiscriminación.
Gracias a un amplísimo arco de solidaridad y de la defensa asumida desde CADEP, lograron liberar a todos ellos y hacer caer ante la justicia las acusaciones más graves, entre ellas las de ‘prepotencia ideológica’.
“Con ese delito se intenta criminalizar las ideas”, afirmó Martín Alderete, abogado de CADEP en una entrevista realizada por el programa Al Oeste de FM En Tránsito. 
“Esto es así porque la ‘prepotencia ideológica’ (art. 213 bis del Código Penal) castiga el hecho de querer ‘imponer ideas por la fuerza o el temor’ y esta imposición solo puede considerarse delito si se realiza a través de un delito determinado, no por una manifestación”, agregó.
Por otra parte son los jueces quienes establecen qué es “imponer las ideas por la fuerza o el temor” por eso la “prepotencia” es un delito a la medida de la protesta social.
“Los fundamentos del fallo son absurdos porque sólo se pueden remitir a esta actividad de repudio, a este incidente”, afirmó el abogado.
Cuando la Cámara dice que este no fue el único hecho, tiene que dar cuenta de otras manifestaciones de protestas que fueron masivas y de las que por entonces - en el marco de la movilización internacional que repudiaba los actos terroristas del Estado de Israel contra el pueblo palestino – participaron diversas organizaciones, como la CTA, la comunidad Árabe en Argentina, organizaciones políticas diversas, etc. Y a esas organizaciones no se las ha acusado de “prepotencia” ni de violar la ley antidiscriminación.
“El fallo es gravísimo porque por un lado está criminalizando a una organización por decir lo que piensa en una actividad pública. Y por el otro, es el primer caso en democracia donde una acusación tan grave como esta puede quedar firme y llevar compañeros a juicio”, señaló Alderete.
Además, el abogado recordó que durante el menemismo se pretendió imponer este delito a la organización Quebracho por incidentes en una marcha de los jubilados. La Cámara Federal, que entonces respondía al menemismo, dijo que no se podía aplicar esta figura porque tendía a criminalizar las ideas.
“Hoy, en el marco del gobierno de los Derechos Humanos, la Cámara de Casación Penal termina imponiendo esta figura por un acto absolutamente menor, donde existieron incidentes absolutamente menores”, afirmó Alderete.
Lo que se pone en discusión es la aplicación de un delito, que como dijo el abogado es la hermana menor de la asociación ilícita o de la ley antiterrorista, por el solo hecho de repartir volantes en un acto.
“Esto sentaría un precedente donde los jueces no tienen ningún problema en criminalizar ideas y establecer delitos en hechos como éstos por los cuales los compañeros podrían quedar detenidos”, agregó.
De ahora en más lo que se hará es apelar esta decisión ante la Corte Suprema de Justicia por lo absurdo de la resolución y porque siempre se planteó la inconstitucionalidad de este artículo del Código Penal.
Si la Corte no lo trata, cosa que está habilitada para hacer, entonces se llegaría a la instancia de un juicio oral y público por estas acusaciones contra los militantes del FAR.
Pero lo fundamental, y así lo dijo Alderete en la entrevista, es instalar la gravedad de este tema. De llegar al juicio con esta calificación no solo podrían ir presos sino que además se sentaría un grave precedente.

 

domingo, 7 de agosto de 2011

Mercenarios israelíes: así aprenden a matar dentro de una colonia ilegal




Mercenarios israelíes: así aprenden a matar dentro de una colonia ilegal
escrito por Alberto PRADILLA


Los sionistas se preparan militarmente para seguir asesinando palestinos: una clara demostración de lo que es el Estado Terrorista de Israel.



Sharon Gat lució el uniforme del Ejército israelí durante dos décadas. Ahora gestiona la empresa Caliber 3, un campo de entrenamiento para todo tipo de uniformados ubicado en la colonia ilegal de Efrat, a escasos kilómetros de Belén, en el corazón de la Cisjordania ocupada. Cada vez son más los ex soldados israelíes que convierten su experiencia represiva en un lucrativo negocio.



La primera regla impuesta para poder acceder al campo de entrenamiento de la empresa Caliber 3 es «no hablar de política». Sharon Gat, su responsable, lo deja claro por teléfono antes de permitir la visita. Este hombre con pinta de marine en traje de sport, pelo rapado, gafas de sherif texano y pistola al cinto tiene el mérito de haber convertido en negocio todo lo aprendido durante sus «más de dos décadas» en el Ejército israelí. Caliber 3 (se puede visitar su web en www.caliber3range.com) es ya una de las empresas punteras del Estado hebreo en entrenamiento militar, que viene a significar adiestramiento de mercenarios en una escala que va desde el guardia de seguridad que revisa los bolsos en los McDonalds de Ben Yehuda hasta los cuerpos de élite que custodian el aeropuerto de Ben Gurion, en Tel Aviv. También a policías o unidades de élite, aunque éstas vienen por mandato de sus superiores. Incluso, a uniformados procedentes de otros países, como soldados estadounidenses. La regla es bien clara: «no hablar de política». Aunque resulta difícil no discutir sobre el conflicto en un campo de tiro donde diariamente se entrenan decenas de uniformados israelíes y que, además, está ubicado en la colonia ilegal de Efrat, dentro de los territorios palestinos ocupados y a escasos kilómetros de la localidad de Belén.

«Esto no es Suecia, donde todos son rubios y blancos y es fácil determinar quién es el malo», asegura Gat, de edad indeterminada y que pasó buena parte de sus años con el uniforme del Tsahal (Ejército israelí) en los servicios secretos. «Todavía estoy en la reserva», asegura orgulloso nada más arrancar su furgoneta. Los galones en Israel son un elemento de exhibicionismo. Los tres años de servicio militar obligatorio (dos en el caso de las mujeres), se llegan a exigir para acceder a trabajos de baja cualificación. Aunque también es una excusa para apartar a los árabes, que no son llamados a filas.

Primera parada: plaza principal de Efrat. Tras saludar al soldado que custodia el acceso a la colonia, Gat se apea para que suban algunos de sus reclutas. El primer pelotón, un low profile de la seguridad, está compuesto por cuarentones que aspiran a ascender de rango en las subcontratas con las que el Ejército hebreo tapona el déficit que supone movilizar a miles de soldados para mantener la ocupación. José es uno de ellos. Judío nacido en Melilla, sirvió «en el glorioso Ejército del generalísimo Franco» antes de emigrar a Israel. Ahora vive con su mujer en una de las colonias ilegales que agujerean las colinas del sur de Cisjordania. Aunque ni siquiera quiere especificar cuál. «El gancho de la poligamia es lo que utiliza el Islam para captar adeptos», asegura, riéndose, José, que luce kippá y recita, orgulloso, lemas que conjugan la retórica antiárabe con el mesianismo ultrarreligioso. «Tengo amigos árabes, pero no hablamos de política. Dios nos eligió a nosotros, a los judíos, no a los chinos ni a nadie». Obviamente, José no pasará de segurata. Y aunque sus opiniones son preocupantes, probablemente sea más peligroso cuando ejerce como colono armado que cuando revisa bolsos en el centro comercial de Mamilla, en Jerusalén.

En el campo de tiro

Segunda parada: Tras un recorrido de alrededor de un kilómetro a través de un perímetro vallado que rodea la colonia, Sharon Gat se detiene ante el gran portón de metal que custodia el campo de tiro. También aquí hay reglas: «Tengo que comprobar todas las fotografías que se hagan. En este lugar existen elementos secretos que no se pueden mostrar». Tras el pequeño aparcamiento, una decena de jóvenes ensayan sus posiciones de tiros. Éstos ya no son como el pelotón low profile comandado por José el melillita, sino que está compuesto por personas que prácticamente acaban de terminar su servicio militar y aspiran a entrar en los cuerpos de élite de la Policía de Fronteras. Predominan las kippás de lana y la estética neohippy, símbolo de los colonos y los nacional-religiosos, el sector más extremista de la sociedad israelí. Por el momento, el grupo se dedica únicamente a apuntar. Pero no aprieta el gatillo. «El entrenamiento de tiro es por la tarde», explica Ran Soffer, socio de Gat y miembro en activo de una unidad de élite del Ejército israelí.

Tras la comida, llega el momento de la pólvora. Una joven, que no quiere dar su nombre, prueba su puntería contra blancos de cartón. Entre ellos se distinguen la imagen de una anciana asustada, un militante de las Brigadas Ezzedim El Qassam (brazo armado de Hamas) y un agricultor palestino ataviado con la tradicional kuffiya y hablando por el móvil. «Éstos son los chicos malos», señala otro de los alumnos. No queda claro hacia cuál de los últimos dos personajes apunta su dedo. Los alumnos de Sharon Gat y Ran Soffer se entrenan con todo el arsenal del que dispone el Ejército israelí, desdel rifle micro Taibot, con el que los oficiales hebreos quieren sustituir su ya tradicional M-16 de fabricación estadounidense hasta la Uzi o la pistola Ghalil. Todas ellas armas con denominación de origen de Tel Aviv y ensayadas durante las seis décadas de conflicto y ocupación de los territorios palestinos.

El menú que ofrece Caliber 3 es variado: mucho ejercicio, ensayos en técnicas de «detección de terroristas», prácticas de tiro con munición real (una de las ofertas estrella de la compañía y que atrae incluso a turistas extranjeros) y preparación en un arte marcial conocido como Krav Maga y que fue diseñado por los propios expertos del Ejército israelí. Cada alumno paga entre 8.000 y 9.000 dólares por un mes de prácticas. Durante todo este tiempo, los mercenarios no salen de la colonia de Efrat. Duermen en alguno de los barracones prefabricados que la empresa ha instalado en el acceso al campo de tiro o, si tienen suerte, en el hotel de Efrat, la colonia ilegal más cercana. Por el contrario, los miembros del Ejército, la Policía o miembros de cuerpos militares extranjeros pagan a parte. Son sus oficiales los que acuerdan el precio, aunque ésta suele ser la principal fuente de ingresos de empresas como Caliber 3.

«Seamos sinceros, éste es un trabajo de acción, no de pensar». Paradójicamente, un tipo como Gat, entrenado en los servicios de inteligencia, apuesta más por el músculo y el gatillo fácil. Aunque en su programa sí que se aportan algunas clases teóricas. Por la mañana, bien temprano, primera sesión de ejercicios. A lo largo del día, e intercalado con flexiones, abdominales y carreras bajo un sol abrasador, cuatro horas de prácticas de tiro, tanto simuladas como con fuego real. En el interior del perímetro de seguridad, Gat muestra otro de los entrenamientos base. Varios jóvenes simulan un tiroteo mientras se cubren tras las paredes simuladas de una estructura de metal. Parece que jugasen al paintball, pero esto es más serio.

El campo de tiro de Efrat es un microcosmos que refleja la deriva de la sociedad israelí. Cada vez más encerrados, cada vez más militarizados, los reclutas expresan sus opiniones sobre los palestinos sin ambages. «Es difícil convivir con los árabes. Causan disturbios y roban», asegura Ram, un judío mexicano de 25 años que llegó a Israel con 12 y que ya ha adoptado el discurso del mainstream sionista, abogando incluso por la segregación racial. «Para un palestino al que se le permite ir a la universidad, se inmola en el interior. Y si no les dejamos, nos acusan de racismo», asegura. Las armas y la represión, disfrazada de obsesión securócrata, han encontrado en el belicoso Israel el filón para un lucrativo negocio: enseñar a matar con la garantía que ofrece la experiencia de seis décadas de guerra.

«Combinamos los valores sionistas con la diversión de disparar»
«Combinamos los valores del sionismo con la diversión de disparar un arma». Éste es, a juicio de Sharon Gat, uno de los atractivos de Caliber 3, una de las «diez empresas punteras en entrenamiento militar», según asegura su fundador. A los cursos para mercenarios, policías y militares, la compañía añade programas específicos para turistas e incluso para familias. Como señalan en su página web, los uniformados ofrecen desde dos horas en las que se combinan tácticas represivas con 40 minutos de prácticas de tiro hasta una jornada familiar con paintball incluído.

El negocio de la seguridad, es decir, el entrenamiento militar basado en el aprendizaje obtenido durante seis décadas de guerra y ocupación, es uno de los más importantes del Estado de Israel. De hecho, existen más de 300 empresas dedicadas a este concepto, diversificadas tanto en el entrenamiento de mercenarios como en otros servicios entre los que se incluye la instalación de cámaras.

Los clientes no sólo proceden del Estado de Israel. De hecho, existen informes que hablan de adiestramiento a diferentes cuerpos de seguridad del Estado español como Policía española, Guardia Civil e incluso Ertzaintza. Aunque éste no es el caso de Caliber 3, gestores de otras empresas como David Mizda, de International Security Academy, sí que reconoce contar con uniformados procedentes del otro lado del Mediterráneo.

Quienes sí trabajan con Caliber 3 son diversos grupos de colonos (como los de la vecina Efrat), Policía y Ejército israelíes (la página web muestra la recomendación de uno de los oficiales que actúan en Gaza) e incluso los militares de Estados Unidos.

(Fuente: Resumen Latinoamericano )