domingo, 28 de diciembre de 2014

La importancia de Jesús en la vida de Ibn Arabi

Umbrales: Nº 4, diciembre 2014


La importancia de Jesús en la vida de Ibn Arabi

por Jaume Flaquer,  jesuita. Doctorado en Estudios Islámicos por el EPHE (Sorbona de París) con una tesis sobre el místico sufí Ibn Arabi. Colabora con Migra Studium.

Jesús, a pesar de ser la figura de referencia del cristianismo, no es patrimonio exclusivo de los cristianos. Si cualquier maestro espiritual es un don para toda la humanidad como revelador de una perspectiva única de Dios, Jesús mantiene unos estrechos lazos con el judaísmo y con el islam; como judío, por un lado, y como profeta del islam, por otro.

El místico andaluz Ibn Arabi (1165-1240 d. C.) se sintió toda la vida bajo la protección amorosa de Jesús sin considerar a este profeta como ajeno a su propia religión. Por el contrario, Jesús es para él un enviado que recibe de Dios la misión de confirmar en la fe en el Dios Único del pueblo de Israel, aportando una nueva legislación para la nueva comunidad. Esta revelación lo constituye «exteriormente» (o exotéricamente) como cristiano. Sin embargo, teniendo en cuenta que el Muhammad Primordial (la haqiqa muhammadiyya) es la fuente de todas las revelaciones según el pensamiento sufí, Jesús es «interiormente» (o esotéricamente) un seguidor de Muhammad. Es por ello que Ibn Arabi rechaza cualquier interpretación que le “cristianice” cuando afirma haber recibido la herencia espiritual de Jesús. Por eso dice: «Hay algunos a los que, en el momento de la muerte, se les aparece el Enviado del que son herederos [...] y dicen "Jesús" o "Mesías", tal como Dios lo ha llamado [en el Corán], que es el caso más frecuente. Los que están presentes oyen a este santo pronunciar este nombre y se equivocan pensando que se ha convertido en cristiano en el momento de la muerte, abandonando el islam» (Fut. II, 296)1.

El sufí crístico ('Isawa, literalmente 'jesuánico') hereda de Jesús lo que de este profeta está recogido en la revelación de Muhammad y, por tanto, sigue siendo plenamente musulmán. Algunos sufíes mueren habiendo heredado de Jesús, otros de Moisés o de algún otro profeta. Una minoría alcanza la plenitud sintética de Muhammad y hereda la sabiduría de todos los profetas, Muhammad incluido. Se sitúan en la posición del Absoluto divino desde la que pueden disfrutar de todas las revelaciones de Dios. Ibn Arabi se considera la plenitud de este último tipo de santos.

La relación de Ibn Arabi con Jesús es comparable a la huella que deja en toda persona el recuerdo del primer gran amor de juventud. El descubrimiento de nuevos caminos hace de esa persona alguien irrepetible, aunque luego pueda haber otros amores. Ibn Arabi parece expresar estos sentimientos cuando afirma que Jesús fue su primer maestro, a pesar de haber recibido después la sabiduría de los otros profetas:

Cuando (los profetas) están presentes
y mis hermanos (sufíes) están de pie para servirlos,
yo siento nostalgia por el Mesías
porque me convertí entre sus manos
y me ayudó a matar al (falso) mesías. 
(Fut. III, 49)

La imagen que describe el poema es la de un encuentro de todos los profetas, donde cada uno es servido por el sufí heredero de su sabiduría. La relación profeta-discípulo no es sólo la de maestro-servidor. El primero «vive» también en constante preocupación por el discípulo. Las palabras de afecto de Ibn Arabi son cautivadoras: «Jesús fue mi primer maestro, aquel con quien retorné a Dios; Él tiene para mí un inmenso cuidado y no me olvida en ningún momento. Espero ver el tiempo de su (segundo) descenso, si Dios quiere» (Fut. III, 341).

 

"Según el sufí, Jesús es «exteriormente» cristiano e «interiormente» un seguidor de Muhammad"

Ibn Arabi vivió la mitad de su vida en al Ándalus pero, tras recibir unas profundas «Revelaciones en la Meca», acabó instalándose en Damasco, donde pasó sus últimos años de vida. No es una mera hipótesis pensar que Ibn Arabi escoge Damasco como lugar de residencia definitivo porque quiere esperar el descenso de Jesús precisamente allí donde la tradición musulmana le ha situado: el minarete blanco de la Gran Mezquita Omeya.

La relación personal entre Ibn Arabi y Jesús es tan cercana que en una visión mística oye que Muhammad dice a Jesús señalando a Ibn Arabi: «Este es tu semejante, tu hijo y tu amigo» (Fut. I, 3). Es semejante porque los dos comparten, según la propia confesión del maestro sufí, la función de cerrar el ciclo de la santidad: Ibn Arabi es el último de los santos sintetizadores de toda la sabiduría de Muhammad y Jesús, el último de los santos antes el fin del mundo. Es hijo en el sentido de engendramiento espiritual, y es amigo por la relación personal entre los dos.

Ibn Arabi va aún más lejos en su confesión: «Él ha orado por mí para que yo persista en la Religión, en este mundo y en el otro, y me ha llamado "estimado" [Habib]. Me ha ordenado practicar la ascesis y el desprendimiento» (Fut. II, 49). La relación no es, pues, simplemente definida como amistad sino como una verdadera relación amorosa de identificación. Una parte de la maestría de Jesús sobre Ibn Arabi consiste en vivir una vida de desprendimiento y desapego respecto a las cosas de este mundo. Este místico no fue propiamente un asceta ni vivió en la pobreza material, pero sí vivió una desposesión tal, que se sintió siempre un instrumento en las manos de Dios, como el cuerpo muerto en manos de quien lo lava y lo prepara para la sepultura. El ser humano necesita esencialmente a Dios, necesita que el Creador esté constantemente sosteniéndolo en la existencia para que no se disuelva en la nada. Esto, que Ibn Arabi desarrolla filosóficamente a través de la teoría de la recreación y aniquilamiento de toda la creación en cada instante, lo vive como la experiencia vital de necesidad radical de Dios.

Después de tener a Jesús como maestro espiritual viviente y no sólo como figura modélica del pasado, Ibn Arabi establece relaciones personales como discípulo de cada uno de los otros profetas, según su confesión. Finalmente recibió el don de la totalidad muhammadiana, pero sin atribuirse nunca el grado de la profecía. Muchos juristas lo han situado fuera de la comunión de la umma debido a estas afirmaciones. No pocos, sin embargo, han defendido su ortodoxia. Lo que está fuera de duda es que él se sintió en el corazón de la comunidad islámica, que no sintió demasiada estima por los cristianos históricos de su tiempo, que todas las referencias de su inmensa obra las toma de la tradición islámica, y que el Corán es su Libro de inspiración fundamental.


1 Traducción propia de la edición árabe del Futuh al-Makiyya (ed. Bulaq, 1329 h. / 1911 d. C.). Es la obra más importante del autor andaluz.


Publicado en Dialogal número 38 (verano 2011).

- See more at: http://dialogales.org/index.php/22-secciones/umbrales/117-la-importancia-de-jesus-en-la-vida-de-ibn-arabi#sthash.cr01VY3u.dpuf

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Muere la científica que nos alertó del riesgo de las sustancias que enloquecen nuestras hormonas

Muere la científica que nos alertó del riesgo de las sustancias que enloquecen nuestras hormonas: Theo Colborn

17/12/2014 | 10:26 H.

THEO COLBORN HORMONAS CIENTÍFICA

Theo Colborn.

Las generaciones venideras, una vez que la Humanidad se haya librado (esperemos) de la tóxica frivolidad que hoy la narcotiza, y que es la mayor peste que la azota, deberán tener muy en cuenta el nombre de Theo Colborn.

Esta científica norteamericana, que ha fallecido estos días a los 87 años de edad, pasará a los anales como una pionera que, de forma contundente, intentó abrir los ojos de unas masas humanas durmientes acerca de uno de los mayores retos ambientales y sanitarios a los que hoy nos enfrentamos. El de unas sustancias que todos tenemos ya en nuestros cuerpos y que pueden estar comprometiendo seriamente nuestra salud y la de la Naturaleza. Estas sustancias son los llamados disruptores endocrinos, sustancias capaces de alterar, con frecuencia a concentraciones bajísimas, nuestro sistema hormonal, induciendo o favoreciendo así las más variadas alteraciones, desde infertilidad a cánceres, pasando por diabetes, obesidad, malformaciones, reducción de la inteligencia....

Hoy, décadas después de aquella alerta pionera de Theo Colborn, decenas de miles de estudios científicos han desvelado más y más datos sobre esta preocupante amenaza que está muy lejos de ser una hipótesis sino que es una realidad sobradamente confirmada.

Uno de los mayores logros divulgativos de Theo Colborn, fue el libro Nuestro Futuro Robado

No en balde, en estos momentos, por ejemplo, se libra una monumental batalla en la Unión Europea, ya que se intenta que ese conocimiento científico sirva para establecer unas normas que reduzcan o eliminen nuestra exposición a los centenares de sustancias que hasta ahora se sabe que pueden tener capacidad de alterar nuestro equilibrio hormonal. Pero claro, la industria química (en especial la dedicada a fabricar pesticidas) se opone. Incluso, en estos momentos, hay abierta una consulta pública para que participen los ciudadanos de la UE y puedan así mostrar que este es un tema que les preocupa.

Lamentablemente, es probable que si fuese una encuesta sobre qué futbolista merece ganar el balón de oro más gente se hubiese enterado. Cuanto más frívolo es un asunto tanto más eco se hacen del él los medios y con más fruición lo acogen las masas.

Poca gente se ha enterado de la existencia de tal consulta, a pesar de que a lo mejor el tema tiene que ver con que cada vez haya más mujeres con cáncer de mama o que, entre otras cosas, cada vez los hombres tengan menos espermatozoides. Debe ser que es más importante el fútbol o la Pantoja que el que pueda llegar el caso de que un día aquí no haya apenas quien pueda tener hijos sin reproducción asistida (o ni incluso con ella ).

Aquí todo el mundo sabe quíen es Belén Esteban pero casi nadie Theo Colborn. Y en ese tipo de pecados está la penitencia que representan muchos de los males que sufrimos.

Casi nadie se ha enterado, decía, de esa encuesta europea, en la que veremos cuantos españolitos participan. Probablemente no sean tantos como los que participaron en la designación del Chiquilicuatre para participar en el festival de Eurovisión.

Aunque, todo hay que decirlo, las autoridades de la UE tampoco es que se hayan esforzado en divulgarlo demasiado y además han elaborado un tipo de encuesta enrevesada que casi era imposible de rellenar por un ciudadano de a pie. Por ello una serie de organizaciones han creadouna plataforma más sencilla e inteligible, para que la voz de los ciudadanos se pueda hacer oir. Para que a Europa llegue la voz de la calle diciendo: "este es un tema que preocupa a los ciudadanos, así que escuchen lo que dice la Ciencia y no solo a unas cuantas grandes empresas".

Lamentablemente, Theo Colborn, que estaba muy al tanto de todas estas cosas, no podrá ya saber qué se decidirá en Europa y si, como ella quería, se hará caso o no de la voz de la ciencia, anteponiendo la defensa de la salud al dinero (o si será al contrario).

Al menos, sí que vio, por ejemplo, como la Organización Mundial de la Salud se sumó al clamor científico sobre los riesgos de estas sustancias con unos importantes informes que presentó hace menos de dos años, instando a los gobiernos a actuar reduciendo la exposición humana a estos compuestos químicos.

Con independencia de lo que hagan finalmente los gobiernos, mucho de lo que hoy está pasando en este tema, que ha merecido una enorme atención por parte de la comunidad científica, forma parte del legado de científicos pioneros como esta zoóloga presidenta y fundadora de The Endocrine Disruption Exchange (TEDX), entidad que hace un seguimiento de estas cuestiones desde su base en Paonia, un pueblo de las Montañas Rocosas, no lejos del río Colorado.

Se han realizado millares de estudios sobre los efectos de los disruptores endocrinos

Uno de los mayores logros divulgativos de Theo Colborn, fue el libro Nuestro Futuro Robado que realizó en colaboración con otro científico, Pete Myers, y una periodista, Dianne Dumanosky. Un hito en la difusión de estos asuntos.

En Nuestro Futuro Robado, que pude leer hacia mediados de los años noventa, antes de que se publicara su edición en castellano, el lector hace un viaje alucinante al mundo de los horrores que la química sintética está produciendo en la Naturaleza. Se siente uno ante algo verdaderamente revelador e inquietante. Un poco como Neo, en la parte primera de Matrix, cuando elige la pastilla roja.

El libro nos cuenta con todo lujo de detalles como la comunidad científica comenzó a ver cosas que nunca antes habían sido vistas. Como si fuese una especie de novela policiaca, pero con todo el rigor científico, hace un repaso de muchos de los hallazgos que conmovieron a los investigadores, poniéndonos sobre la pista de los riesgos de la alteración hormonal que podían inducir las sustancias contaminantes. Una pista que, partiendo de las especies silvestres, acabaría llevándoles al descubrimiento de efectos similares en la especie humana. Porque las especies silvestres, no dejan de ser, al fin y al cabo, sino "centinelas" de la salud humana.

Nuestro Futuro Robado nos habla del asombro con el que los científicos comenzaron a ver aquellas extrañas alteraciones nunca antes vistas, en la Naturaleza. Como aquellos investigadores que vieron como las gaviotas de los contaminados Grandes Lagos, tenían pollos con graves malformaciones, nidos cuyos huevos nadie incubaba, parejas homosexuales... De modo parecido, en California, hallaron gaviotas macho que tenían oviducto, esto es, el canal por el que las hembras ponen los huevos. En Florida, los científicos que estudiaban los caimanes de un lago vieron que el 40% de ellos no eran ni hembras ni machos, sino mixtos. También, buena parte de las tortugas de orejas rojas de la misma masa de agua se habían convertido en hermafroditas. Incluso las panteras de Florida arrostraban problemas: machos feminizados, con abundantes criptorquidias, con  espermatozoides venidos a menos, con un sistema inmunológico trastocado... En los ríos británicos, por su parte, también se daban casos de hermafroditismo y un alto porcentaje de feminización en los machos. Y en el Río San Lorenzo (Canadá) las belugas, además de casos de hermafroditismo, tenían el sistema inmunológico devastado. Infecciones generalizadas, neumonía, úlceras intestinales, estomacales, esofágicas y bucales, se cebaban en ellas. Además sufrían una alta tasa de cánceres de mama y de trastornos endocrinos, como el hipertiroidismo. En el Ártico, los osos polares sufrían problemas reproductivos. Y tras estas y otras muchas cosas de las relatadas en Nuestro Futuro Robado, aparecían siempre una serie de sustancias contaminantes: los llamados disruptores endocrinos

Sustancias procedentes de pesticidas, transformadores eléctricos, detergentes, plásticos, tejidos... e infinidad de otros productos y artículos de nuestra vida cotidiana. Mayoritariamente, sustancias sintéticas, a las que estamos expuestos de continuo los seres humanos.

Muchos informes de Theo Colborn estaban inaugurando una línea de investigación que sería muy fértil

Fue a finales de los años 80 del pasado siglo cuando Theo Colborn, que trabajaba entonces para el World Wildlife Fund y The Conservation Foundation en Washington, DC, elaboró un informe sobre lo que estaba pasando con la fauna a causa de la polución química en los Grandes Lagos, alertando sobre los horribles efectos vistos en algunas especies, y sobre el hecho de que estos eran compatibles con efectos que se estaban viendo también en los humanos. Aquel informe y otros posteriores de Theo Colborn estaban inaugurando una línea de investigación que sería muy fértil y que hoy en día es fundamental a la hora de evaluar los efectos de las sustancias que pueden afectar a la salud humana. No mucho después, en 1991, esta científica convocaría el mítico encuentro científico de Wingspread, en Wisconsin, a partir del cual comenzó a usarse el término de disruptores endocrinos. De aquella reunión emanaría una famosa declaración científica que serviría para alertar a la comunidad internacional acerca de este problema.

La "Declaración de Consenso de Wingspread sobre las alteraciones químicamente inducidas en el desarrollo sexual y funcional: la conexión fauna salvaje/seres humanos", afirmaba que "muchas poblaciones de animales salvajes están ya afectadas por estos compuestos químicos. Los impactos incluyen disfunción tiroidea en aves y peces, pérdida de fertilidad en aves, peces, mariscos y mamíferos; descenso del éxito reproductor en aves, peces y tortugas; graves malformaciones congénitas en aves, peces y tortugas; anomalías metabólicas en aves, peces y mamíferos; alteraciones de la conducta en aves; desmasculinización y feminización en machos de peces, aves y mamíferos; defeminización y masculinización de hembras de peces y aves; y daños en los sistemas inmunológicos de aves y mamíferos"

Y consideraban que estaba claro que "algunos de los efectos adversos que se ven en humanos hoy son vistos en adultos que nacieron de padres expuestos a disruptores hormonales sintéticos (agonistas y antagonistas) liberados en el medio ambiente. Las concentraciones de una serie de agonistas y antagonistas sintéticos de la hormona sexual presentes en la población humana de los Estados Unidos hoy están en el rango y la dosis a la cual se dan efectos en la fauna salvaje. De hecho, se han visto efectos a los niveles más bajos de las actuales concentraciones ambientales de estas sustancias"

Y concluían que: "a menos que la carga ambiental de disruptores hormonales sintéticos sea disminuida y controlada, es posible que se produzca una disfunción de gran escala a nivel poblacional. El alcance y el riesgo potencial para la vida silvestre y los seres humanos son grandes debido a la probabilidad de la exposición repetida o constante a numerosos productos químicos sintéticos que son conocidos por ser disruptores endocrinos".

El crecimiento del conocimiento científico que siguió a esta declaración ha sido tremendo. Se han realizado millares de estudios sobre los efectos de los disruptores endocrinos. En parte, no cabe duda, es algo que hay que agradecer a esta mujer ya que jugó un papel muy importante en el origen de todo.

Alguien que, en mi opinión, habría merecido un premio Nobel mucho más que algunos de sus receptores, en algún caso, incluso, personas que contribuyeron a algunos de los problemas que Colborn denunció (como por ejemplo, el que descubrió el uso como insecticida del DDT).

Colborn hizo un notable esfuerzo por alertar acerca de los riesgos de los productos químicos empleados en el "fracking" 

Nacida en 1927 en una localidad de New Jersey Theo Colborn manifestó pronto un amor por las aves y la naturaleza salvaje que le acompañaría toda la vida. Durante unos años se dedicaría profesionalmente a la Farmacia, que es lo que había estudiado inicialmente, en New Jersey, hasta que en los años 60 se trasladó al oeste, a espacios más salvajes. Allí, acabaría introduciéndose cada vez más en el mundo de la ciencia y el activismo ambiental, especialmente a partir de mediados de los 70. Su espíritu me recuerda, en alguna medida, al de ésa otra gran científica norteamericana, Rachel Carson, la autora de Primavera silenciosa a la que, por cierto, Theo admiraba.

Colborn establecería contacto y colaboraría con entidades como la Estación Biológica de las Montañas Rocosas en el estudio de la contaminación de las aguas. Finalmente, a finales de esa década, tras muchas actividades realizadas, decidió volver a estudiar para convertirse en una experta en asuntos de contaminación de las aguas, obteniendo después además, entre otras cosas, un doctorado, a los 58 años de edad, en zoología. Estudiaría los más diversos aspectos de epidemiología, toxicología, química del agua... Como manifestaría posteriormente, necesitaba esos títulos para que se le prestase la debida atención. Trabajaría en la Oficina de Asistencia Tecnológica de Washington sobre asuntos de polución atmosférica y, posteriormente con World Wildlife Fund y The Conservation Foundation momento en el que estudiaría las consecuencias de la contaminación de los Grandes Lagos, realizando diversos informes para organismos oficiales. Esos y otros trabajos acabarían llevándola al desarrollo de una nueva visión acerca de los efectos de los contaminantes químicos sobre la salud humana y de los ecosistemas que abrirían la puerta a todo lo que hoy se sabe acerca de los disruptores endocrinos, esas sustancias que, en especial cuando nos exponemos a ellas cuando estamos en el seno materno pueden tener efectos tan sutiles como graves.

Es imposible sintetizar en un artículo breve como este todo lo que hizo y ha representado Theo Colborn que, en sus últimos años, aparte de seguir publicando en revistas científicas, hizo un notable esfuerzo por alertar, por ejemplo, acerca de los riesgos de los productos químicos empleados en el "fracking" o fractura hidráulica, polémico método de obtención de gas del subsuelo.

 El mayor honor que podría hacérsele es que alguna vez los ciudadanos y en especial los políticos estuviesen a la altura del reto que estos contaminantes, asociados por la comunidad científica a una parte del auge de importantes problemas sanitarios, se tomasen en serio lo que se sabe sobre ellos y se actuase, sin plegarse a las dudas artificialmente creadas por la industria para crear la coartada de que hay una falsa "controversia" científica que realmente no hay.

Los diseñadores químicos en su fiebre creadora al servicio de los negocios industriales, pensando solo en las aplicaciones utilitarias concretas, y desde una óptica reduccionista que no contemplaba debidamente los posibles efectos que podían causar estas sustancias en la trama viviente, han generado decenas de miles de sustancias sintéticas que se producen anualmente en órdenes de cientos de millones de toneladas.

Una parte de esta química sintética son disruptores endocrinos

La química de la Biosfera y la química de la "tecnosfera" como comento en mi libro "La Epidemia Química", que no es más que un intento periodístico de divulgar los hallazgos de científicos como Colborn, han entrado en colisión.

Si el hombre producía en 1930 un millón de toneladas de química sintética, en la actualidad pueden ser cerca de 800 millones de toneladas anuales. Una parte de esta química sintética son disruptores endocrinos. Sustancias que pueden actuar a bajísimas concentraciones, causando alteraciones en la trama de la vida, especialmente cuando el ser que se expone a ellas es una criatura en desarrollo, como un embrión o un feto dentro de su madre.

Theo Colborn dedicó su vida a abrirnos los ojos sobre este problema.

Hagamos caso de lo que nos dice la comunidad científica. Miremos a nuestro alrededor y veamos como de unas décadas a esta parte crecen una serie de desarreglos metabólicos, problemas en el desarrollo neuronal de los niños,  problemas reproductivos, cánceres hormono-dependientes (como los de mama, próstata o testículos)... y otros problemas. E intentemos saber un poco acerca de la relación que todo esto puede tener, en mayor o menor medida, con nuestra exposición cotidiana a una serie de sustancias. Si se llega un día a que una parte de la población sepa de esto solo la centésima parte de lo que sabe de ciertos personajillos de la prensa rosa, de los futbolistas y otras tantas intrascendencias, es probable que  todavía quepa una esperanza.

(Fuente: http://www.estrelladigital.es/)

sábado, 20 de diciembre de 2014

RAMÒN CARRILLO

UN DÍA COMO HOY DE 1956 MUERE RAMÒN CARRILLO EN BELÉN DO PARANÁ (BRASIL). 

 


Prestigioso médico neurólogo comprometido desde sus orígenes con el peronismo, primer ministro de Salud Pública de la Nación, creó un revolucionario y eficiente sistema de salud pública lamentablemente destruido por los gobiernos posteriores y que jamás pudo reconstruirse. Fue autor de una valiosa y perdurable obra titulada Teoría del hospital
Había nacido en Santiago del Estero.

CARTA DE CARRILLO A SU AMIGO SEGUNDO PONZIO GODOY DONDE RELATA SUS PENURIAS EN EL EXILIO POCOS DÍAS ANTES DE MORIR

“Mi querido Ponzio:
Yo no sé cuánto tiempo más voy a vivir, posiblemente poco, salvo un milagro. También puedo quedar inutilizado y sólo vivir algo más. Ahora estoy con todas mis facultades mentales claras y lúcidas y quiero nombrarte el albacea de mi
buen nombre y honor. Quiero que no dudes de mi honradez, pues puedes poner las manos en el fuego por mí. He vivido galgueando y si examinas mi declaración de bienes y mi presentación a la Comisión Investigadora, encontrarás la clave de muchas cosas. Vos mismo intuiste con certeza lo que pasaba en mí y me ofreciste unos pesos. Por pudor siempre oculté mis angustias económicas, pero nunca recurrí a ningún procedimiento ilícito, que estaba a mi alcance y no lo hice por congénita configuración moral y mental.
Eran cosas que mi espíritu no podía superar. Ahora vivo en la mayor pobreza, mayor de la que nadie puede imaginar, y sobrevivo gracias a la caridad de un
amigo. Por orgullo no puedo exhibir mi miseria a nadie, ni a mi familia, pero sí a un hermano como vos, que quizás (conociéndome) puedas comprenderme.
No tengo la certeza de que algún día alcance a defenderme solo, pero en todo caso si yo desaparezco, queda mi obra y queda la verdad sobre mi gigantesco esfuerzo donde dejé mi vida.
Esta obra debe ser reconocida y yo no puedo pasar a la historia como un malversador y ladrón de nafta. Mis ex colaboradores conocen la verdad y la severidad con que manejé las cosas dentro de un tremendo mundo de angustias e infamias.
Ellos pueden ayudarte.
Mi capacidad de trabajo está muy reducida; vivo como médico rural en una aldea. Ahora de nuevo me quedé sin puesto, pues la Compañía donde actuaba levantó campamento.
A mí, poco a poco, se me han cerrado las puertas y no pasa un día que no reciba un golpe. Poco a poco mi organismo ha comenzado a desintegrarse definitivamente. He aceptado todo con la resignación que me es característica. No tengo odios y he juzgado y tratado a los hombres siempre por su lado bueno, buscando el rincón que en cada uno de nosotros alberga el soplo divino.
El tiempo y solo el implacable tiempo, dirá si tuve razón o no al escribirte esta carta, ya que en el horizonte de mis afectos, no veo a nadie más capaz que vos de tomar esta tarea cuando llegue el momento, que llegará, cuando las pasiones encuentren su justo nivel.
Belém do Pará, 6 de septiembre de 1956.
Ramón”

 

sábado, 22 de noviembre de 2014

MÉDICOS EN EL ISLAM.

viernes, 21 de noviembre de 2014

MÉDICOS EN EL ISLAM.

CURIOSIDADES:

 

 

MINIATURA DE UN CODICE DEL SIGLO XIV

 

En el año 958, Sancho I de León fue depuesto por nobles rebeldes, que esgrimieron como excusa para su actuación el hecho de que el monarca no podíacumplir con dignidad las funciones regias debido a su extrema gordura. Su abuela, la reina Toda de Navarra, buscó ayuda en la corte califal de Córdoba: pidió a Abderramán III cura para la obesidad mórbida de su nieto y apoyo militar para que pudiera recuperar el trono. En la capital andalusí, el médico Hasday ibn Shaprut, judío jiennense, sometió a un estricto régimen al monarca leonés y logró rebajar su peso. De este modo el soberano pudo cabalgar como era debido, y el auxilio de tropas cordobesas le permitió recuperar la corona perdida.

 

 

La anécdota ilustra el amplio y justificado reconocimiento de que gozaban los médicos de países islámicos en la Edad Media. Ibn Shaprut no era el único facultativo que sobresalía en la corte de Abderramán; en ella destacaba, por ejemplo, la sabiduría del cirujano Abul-Qasim al-Zahrawi, a quien los cristianos conocieron como Abulcasis. La excelente formación de todos estos personajes y la amplitud de los conocimientos que tenían a su disposición, y que compartían con sabios del norte de África o de los confines de Irán, se explica por la construcción de una vasta comunidad científica merced al empleo de un mismo idioma, el árabe, en los inmensos territorios unidos por la fulgurante expansión del Islam.

 

 

Antes de que el mensaje de Mahoma se extendiera más allá de la península Arábiga, los árabes ya contaban con una primera cultura médica, llamada «islámica o profética» por ser su protagonista Mahoma, el Profeta. Arcaica y piadosa, abunda en exhortaciones genéricas. Dice, por ejemplo: «Haced uso de tratamientos médicos, pues Dios no ha creado enfermedad ninguna sin disponer un remedio para ella, con la excepción de una sola enfermedad, la vejez». Muchos de sus recursos, como el uso de la miel, del aceite de oliva o de la succión con ventosas (hijama), forman parte de prácticas curativas o profilácticas –preventivas– que se remontan a la Arabia antigua y poseen rasgos babilónicos, de modo que sus raíces se extienden hasta el III milenio a.C. Todavía hoy se recurre a ellas en muchos países islámicos.

 

 

En un campo paralelo se sitúa la «interpretación de los sueños» (tabir al-anam), a los que el mismo Profeta concedía gran importancia. Ya en el siglo VIII, Ibn Sirin compuso la primera gran obra árabe en esta materia, que tenía como fuente principal la Onirocrítica del autor griego Artemidoro de Éfeso, escrita ocho siglos antes. Sin duda, la extremada atención de los árabes por la vida psicológica nace ahí. Por otra parte, el socorro a la sanación espiritual es más común de lo que se piensa. Son muchas las medicinas paracientíficas y astrológicas: en los tratados de medicina aflora a veces todo un mundo de rituales, repleto de sellos y talismanes. El Islam no lo rechaza en bloque, y la magia «blanca» es lícita dentro de ciertas normas.

 

 

Pero los límites de la medicina árabe se ampliaron infinitamente después de que, en el año 622, Mahoma proclamara su mensaje a las tribus árabes. Los califas, sus sucesores, extendieron sus dominios desde la India hasta el sur de Francia en apenas dos siglos. Las élites del Islam pronto comprendieron la importancia de adoptar los rasgos más brillantes de la cultura grecorromana, preservada en Egipto y el Oriente Próximo, y quisieron para sí todos los saberes y tecnologías que llamaban «ciencias de los antiguos», entre las que se contaba la medicina.

 

Con la expansión del Islam cayeron bajo dominio musulmán las ciudades donde se cultivaba la ciencia griega que había irradiado desde el foco de Alejandría: Edesa y Nisibis, en la Siria bizantina, y Gundishapur, en la Persia sasánida. A esta última ciudad se habían dirigido los médicos griegos después de que, en el año 529, el emperador Justiniano cerrase la academia de Atenas. Y también se instalaron allí médicos cristianos de credo nestoriano, a quien los bizantinos habían expulsado de Edesa porque su fe era contraria a la ortodoxia religiosa.  

 

 

La ciencia griega preservada en esos territorios se convirtió en la base para el desarrollo de la medicina árabe, gracias a la labor de médicos políglotas que, entre los siglos IX y X, ejercieron como maestros y traductores. Entre ellos figuran Yuhanna ibn Masawaih, conocido en Occidente como Ioannis Mesuae, nacido en  el seno de una cultivada familia de Gundishapur, y su discípulo Hunayn ibn Ishaq, llamado Iohannitius en latín, responsable de unas cincuenta traducciones de gran calidad. Ambos eran cristianos nestorianos, comunidad de habla siríaca cuya lengua era muy parecida al árabe, lo que facilitaba la traducción de textos griegos. Esta labor gozó de un amplio mecenazgo, que tuvo su máximo exponente en la fundación de la famosa Casa de la Ciencia o Bayt al-Hikma en Bagdad por el califa al-Mamún; el soberano puso a Ibn Ishaq al frente de los traductores. Con la traducción de obras en griego, persa y sánscrito, la medicina árabe se convirtió en la más informada y diversa del planeta en los albores del siglo X.  Sabios paganos, cristianos, judíos, hindúes y muchos otros adoptaron el árabe como lengua científica. Es decir, médicos de distintas creencias trabajaron juntos, discutiendo y estudiando en árabe, como hoy se hace en inglés. Por esta razón hablamos aquí de «medicina árabe»: no nos referimos a una etnia «árabe», sino a una comunidad intelectual que compartió el idioma del Corán, convertido en lengua común de ciencia y cultura.

 

 

Este fenómeno también fructificó en al-Andalus, la España musulmana, durante el siglo X. Allí fue traducido un clásico, la Materia médica de Dioscórides, para el califa Abderramán III, en cuya corte figuró, como ya hemos dicho, Abulcasis, cirujano eminente cuyo Libro de la disposición (que bebía de la obra de un médico bizantino, Pablo de Egina) gozó de extraordinario prestigio. Córdoba, la capital de al-Andalus, rivalizaba con los nuevos centros de enseñanza islámicos del Mediterráneo: Cairuán, en Túnez; Fez, en Marruecos, y El Cairo, en Egipto. Conocemos más de un centenar de obras médicas árabes anteriores al año Mil; la transmisión del pasado era una realidad, y una ciencia propia empezaba a ver la luz.

 

 

Gracias al prestigio del saber y a cierta libertad intelectual, durante el período de esplendor del califato abbasí de Bagdad –entre los siglos X y XI– la compilación de grandes obras sistemáticas fue el distintivo de sabios de talla universal, que ejercían la medicina junto a la filosofía, las ciencias y las tareas políticas.  

 

 

De entre todos ellos brillaron tres. Uno es al-Razi (Rhazes para los latinos), iraní polifacético y experto farmacólogo, que vivió en la corte, dirigió el gran hospital de Bagdad y escribió casi doscientas obras. El segundo es al-Majusi, cuya compilación, el Libro total sobre el arte de la medicina, es una obra maestra por su equilibrio entre teoría y práctica. Sin embargo, este texto quedó oscurecido por la obra del tercer gran nombre de la época: Ibn Sina, al que conocemos como Avicena.

Este extraordinario filósofo ya era médico a los dieciocho años. En aquel entonces, la curación de un emir llevaba a dirigir un ministerio, como fue su caso. Escribió extensamente sobre todas las ciencias, y su Canon (o «norma») de medicina es una de las obras más célebres de la medicina de todos los tiempos. Su éxito se debe a su fuerza teórica y su esfuerzo de racionalización; para Avicena, sistemático y claro, la lógica es la base del diagnóstico.

 

 

En Occidente, la ciencia árabe brilló en la obra de dos famosos filósofos y médicos cordobeses del siglo XII: Averroes, ibn Rushd, cuya Kulliyat o Totalidad se convirtió en el Colliget de los latinos; y el judío Maimónides, Musa ibn Maimón, que llegó a ser médico personal del campeón musulmán de las cruzadas: Saladino, sultán de Egipto. Su caso no es único: la medicina judía brilló al implicarse con la dominación islámica; de hecho, el árabe fue la lengua de cultura judía durante toda la Edad Media.

 

a base teórica de la medicina árabe no difiere esencialmente de la griega y romana. En su base se encuentra la medicina humoral, atribuida a Hipócrates –que vivió en el siglo IV a.C.–, la cual divide en cuatro los fluidos humanos básicos: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra; la salud y la enfermedad dependen del equilibrio entre ellos. Así, quienes sufren exceso de bilis negra son personas tristes, diciéndose que tienen «humor negro», pues eso es lo que significa «melancólico» en griego. De igual modo, los temperamentos «sanguíneos», «flemáticos» y «coléricos» padecen algún desequilibrio de los otros humores. La salud se obtiene restableciendo el balance entre ellos con dietas y purgas; de ahí la importancia que en la medicina árabe tienen la higiene y la dieta.

 

 

Pese al predominio de esta medicina «teórica» se desarrollaron terapias y observaciones anatómicas nuevas. En especial, destaca la oftalmología. La utilización de una jeringuilla hueca para succionar las «cataratas» constituye una notable innovación debida a Ammar ibn Alí , en el siglo X, quien desarrolló, además, un método para diagnosticar las cataratas operables basado en la reacción de la pupila ante la luz. Con todo, el mayor especialista en cirugía fue el andalusí Abulcasis, que empleó un instrumental variadísimo: tenazas, pinzas, trépanos, bisturíes, sondas, cauterios, lancetas o espéculos, cuyos dibujos ilustran su Libro de la disposición. Durante el siglo XVI, los cirujanos de Occidente seguían estudiando esta auténtica enciclopedia del saber médico, que otorga tanta importancia a las técnicas para combatir el dolor (con frío o con esponjas soporíferas) como a las suturas y los vendajes.

Mención aparte merecen los cirujanos prácticos o médicos empíricos, expertos en el tratamiento de inflamaciones y tumores, así como en la extracción de flechas y curación de heridas, fracturas y luxaciones. Por su parte, la farmacología y la toxicología evolucionaron con la alquimia, a la cual debemos los alambiques, el amoníaco y el alcohol, entre otras aportaciones.

 

Un trazo distintivo de la cultura islámica fue la construcción de centros de estudio, las madrasas, y de hospitales públicos, los bimaristanes, mantenidos por medio de donaciones, aunque no deben ser vistos como una novedad respecto del mundo cristiano o budista. Cada gran ciudad rivalizó para albergar ambas instituciones, entre las cuales hubo un tránsito constante de profesores y libros. Los hospitales permitían a los más pobres beneficiarse del saber de médicos tan notables como al-Razi, director del hospital de Bagdad. El bimaristán más conocido es el que el sultán al-Qalaun edificó en El Cairo, en 1285:  podía atender a ocho mil enfermos en cuatro pabellones destinados a diferentes patologías y dispuestos alrededor de un patio climatizado con fuentes. Algunos de estos establecimientos siguen funcionando, como el bimaristán fundado por Nur al-Din en Damasco, en 1154. También había hospitales que acogían a enfermos mentales, algo desconocido en Occidente. En el siglo XII, el viajero judío Benjamín de Tudela describió el de Bagdad: «En él detienen a todos los dementes que se encuentran en la ciudad durante el verano, que han perdido la razón por el calor excesivo, sujetando a cado uno de ellos con cadenas de hierro; todo el tiempo que permanecen allí son alimentados por la casa real y cuando recobran la razón los despiden y cada cual vuelve a su casa y a su hogar. [...] Cada mes los interrogan los oficiales del rey para observar si algunos han recobrado la razón».

 

 

Aunque la medicina árabe brilla por sí sola, en el Occidente cristiano sólo se supo de unos cuarenta textos sobre un millar de escritos médicos censados. Los últimos autores conocidos fueron los andalusíes Ibn Zuhr (Avenzoar), que mejoró la traqueotomía y descubrió la causa de la sarna y la pericarditis, y Averroes. Pero del gran botanista Ibn al-Baytar y del epidemiólogo Ibn al-Jatib (que dejó testimonio de la peste negra) ya nada se supo, aunque también eran andalusíes y vivían en la frontera misma de la Cristiandad. De ahí que sea exagerado pensar, como se había creído, que la medicina islámica se estancó después del siglo XIII;  aún desconocemos muchísimos escritos tardíos.

 

 

 

FUENTE- Víctor Pallejà de Bustinza. Instituto de Estudios Medievales.

 

viernes, 14 de noviembre de 2014

14/11/14

La Patagonia Argentina agredida

Escribo con honda preocupación sobre los sucesos que están ocurriendo en nuestra patagonia argentina y también del lado chileno, como sabrán en los últimos días un grupo fundamentalista indigenista que se declara de origen étnico mapuche ha realizado una serie de acciones violentas que nos deben llamar fuertemente la atención y tomar una posición sobre este gravísimo problema antes de que se desmadre la situación (Llamada: agrupación Resistencia Ancestral Mapuche aseguró que es la responsable por los ataques al refugio Neumeyer, el Consulado de Chile y la Iglesia Catedral. Piden crear una nueva nación)http://www.infobae.com/2014/11/13/1608502-grupo-mapuche-se-adjudico-incendios-bariloche-y-declaro-la-guerra-chile-y-argentina

 

 

 

El refugio andino “Juan Javier Neumeyer” incendiado por el “Movimiento Mapuche Autónomo Puel Mapu” Rio Negro

 

A mi entender como analista geopolitico comenzaron los movimientos en el sur de Argentina y Chile. Era lo esperado, una pregunta que nos surge en primer lugar es: Porque el sistema de inteligencia nacional (?) No alertó al estado Nacional y Provincial sobre estos elementos desestabilizadores

Segundo: Nuestro Sur es cada día más rico, nuevos recursos naturales se descubrirán desde el 2015 y por supuesto entramos en conflicto. Como todos los países que tienen Gas y Petróleo y no están subordinados a USA y las finanzas de Wall Street y Londres, o que en la zona están operando China y Rusia, todo lo demás es cháchara !!!!!!

Recordemos que luego de la nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Bolivianos, el gobierno de Evo Morales tuvo que enfrentar una división regional de la media luna boliviana (Tarija-Beni-Santa Cruz de la Sierra) y también a grupos de indios organizados por la embajada de EEUU y los separatistas también para dar un ejemplo cercano y limítrofe que necesito de la intervención de las FFAA Bolivianas y también de un despliegue de tropas de Brasil (para asegurar las vidas y las inversiones empresariales brasileñas)

Tercero: a mi entender son dos (2) las tenazas geopolíticas que nos están condicionando: Una los financistas (Buitres) que quieren “garantía” con las reservas petroleras (para occidente) y por otro lado los fundamentalismos indigenistas. Simplemente navegando por internet se puede visitar el sitio de la Nación Mapuche con su sede en Bristol, Gran Bretaña (?) Ver: http://mapuche-nation.org/espanol/nosotros.htm , donde tambien se fagocita el Reino de la Araucania http://mapuche-nation.org/espanol/html/reino/inicio.html , solo para entender que no estamos a salvarguardia de ninguna accion desestabilizadora y tambien recuerdo cuando unos “extranos”  gremialistas los “Dragones” que ocuparon con capacidad casi de comando militar instalaciones petroliferas y desarmaron a un escuadron de Gendarmeria Nacional enviados para disolverlos, luego desaparecieron y nunca mas se hablo del tema.

Y recordemos que la argentina es un país inerte en tema de defensa y seguridad (fronteras abiertas, carteles de narcos y zonas sin protección ni control aeroespacial y marítimo).

Debemos prepararnos para tiempos difíciles, yo sé que lo urgente relega siempre lo importante. Quisiera hacerles llegar estas reflexiones y preocupaciones que se irán seguramente profundizando y agravando, si no sabemos montar un medio defensivo concreto. Y tambien les recuerdo a los lectores, que la Hipótesis de Conflicto que se incorporó a los ejércitos de Suramerica deben prepararse para enfrentar el desafío de defender NUESTROS Recurso Naturales.

Y recordemos nuevamente que extrañamente los países poseedores de recurso naturales: fundamentalmente energéticos están monitoreados y siendo en muchos casos agredidos con conflictos socio-políticos que deriva en conflictos bélicos de media intensidad: Libia (petroleo), Irak (petróleo), Afganistán (Gas y paso de oleoductos hacia China), Ucrania (paso de los gasoductos hacia Europa), Nigeriadonde operan el grupo Boko Haram para expulsar a China o Siria (Gas) donde operan los auto titulados Califatos islámico todos en regiones donde EEUU y sus socios tratan de impedir que la “competencia” China y Rusa hagan pie. En nuestro continente como Venezuela trata de salir de ser dependiente sólo del mercado norteamericano deribando parte de su producción a China se le instaló un conflicto de baja intensidad y es notable cómo la prensa occidental trata al presidente Maduro cuasi-dictador para esa prensa y a Peña Nieto de México como líder democrático que se le “desaparecieron” 43 estudiantes hoy sabido que fueron cruelmente asesinados a lo que le sumaremos las consecuencia de la guerra contra los narcos que ya causó 85000 muertos y 22000 desaparecidos, eso si Mexicovende petroleo a USA y a sus socios; si nos damos cuenta de cómo funciona el sistema mundo. Donde hemos afirmado reiterada veces que el siglo XXI es la lucha por los grandes espacios geoeconómicos y por el control de los Recursos Naturales. También recuerdo que nuestra visión del nuevo orden mundial en formación se conformará con grandes remezones conflictivos y por ello el pueblo argentino y suramericano deben estar alertas y preparados para hacer frente a estos desafíos

Carlos Pereyra Mele

Director de Dossier Geopolitico

 

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

Licenciado en Ciencia Política , Analista Político, especialista en Geopolítica Suramericana, Prof. invitado Cátedra Libre del Pensamiento Nacional Unv. de la Patagonia; CEES, y CIVIS.

 

 

sábado, 25 de octubre de 2014

EL 56% DE LOS ARGENTINOS TIENE ANTEPASADO INDÍGENA

EL 56% DE LOS ARGENTINOS TIENE ANTEPASADO INDÍGENA

 

 

  Posted on 06/10/2014  ciseiargentina

La noticia es antigua, pero es interesante recordarlo:

LO REVELA EL MAPA GENETICO DE ARGENTINA, UN ESTUDIO DE EXPERTOS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (UBA).

Lo determinaron mediante análisis genéticos. El resto de la población es de origen mayoritariamente europeo. Entre las personas que poseen huellas aborígenes en su ADN, sólo el 10% es indígena puro.

Sin saberlo y tallado en el ADN, los argentinos portan un mensaje de sus antepasados. Y en el 56% de los casos el que lo legó dejó escrito simplemente un solo dato: su origen amerindio. De la población actual, el 44% desciende sobre todo de ancestros europeos, pero el resto —la mayoría— tiene un linaje parcial o totalmente indígena. Así lo determinó un estudio realizado por el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Buenos Aires, a partir del análisis de casos en 11 provincias. “Lo que queda al descubierto es que no somos tan europeos como creemos ser”, dice Daniel Corach, director del Servicio, profesor en la cátedra de Genética y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del Conicet. En una segunda etapa —junto a Andrea Sala, investigadora del Conicet, y Miguel Marino, becario de esa institución— analizaron comunidades aborígenes puras.

A partir de 1992, y tomando muestras de ADN al azar de un total de 12 mil personas, los científicos pudieron ir tirando del hilo de la madeja de los genes para reconstruir la historia de la población que vive en nuestro país. Querían saber cuánto había aportado la población originaria en la formación de la actual Argentina. Ahora, con el estudio terminado, parece que fue mucho.

El análisis implicó leer los códigos inscriptos en el ADN mitocondrial, que aportan todas las madres, y en el Cromosoma Y, que sólo tienen los hombres y que les legan los padres. Y, que al no combinarse durante la unión para crear un nuevo ser, permanecen inalterables en las distintas generaciones.

Infografía del estudio

Los investigadores argentinos, a cargo del estudio, sabían dónde buscar en ese rompecabezas de códigos genéticos. El método aplicado no es nuevo. Se usa desde mediados de los años 90 y se reduce a una célula. En realidad a su núcleo y a las mitocondrias, dos sitios donde se encuentran moléculas de ADN. Porque, finalmente, todo se centra en esa sigla que designa a una molécula compuesta por dos cadenas de unidades químicas (Adenina, Timina, Guanina y Citocina). De dónde ellas se ubiquen depende el mensaje. Habría que pensarlo como un abecedario de cuatro letras que forman palabras. El mensaje da cuenta del organismo.

En esa larga hilera de combinaciones que forman al Cromosoma Y, hay un marcador conocido con siglas y números: DYS199. En ese lugar, en el caso de los amerindios, aparece una característica típica —y científicamente comprobada— que portan todos los miembros de esa comunidad y que se verificó en gran parte de los hombres argentinos. Pero esa característica genética, explican los científicos, no necesariamente se manifiesta con algún rasgo físico visible. “De ahí que se haya podido sostener tanto tiempo la creencia de que la mayoría de la población argentina es de origen europeo”, dice Corach.

Después el equipo buscó en un área determinada de las mitocondrias, también en una región que se mantiene inalterable y que se identifica como HVR I. El resultado fue el esperado: la mayoría de la muestra tenía ascendente materno no amerindio. Es decir, había mayoritariamente madres europeas (53,3%).

La combinación de ambos datos dio que hubo cruzamiento y que en el 56% de los casos había un legado indígena en algún lugar del ADN. De este segmento de la población, sólo el 10% era amerindio puro, sin ningún componente europeo.

La sorpresa para Corach se explica así: “Se cree que las dos grandes matanzas de población aborigen terminaron con 30.000 personas. Se supone que había más población. Seguramente lo que sucedió es que ellos tuvieron descendencia que está presente todavía. Creo que se sobreestima el componente europeo”.

El científico sostiene que “la muestra del estudio es representativa porque incluye a la población urbana pero no sólo de la Capital Federal”, explica. “Si analizamos a la población de Barrio Norte nos dará un alto porcentaje de origen europeo”.

El método partió de un avance científico: desde hace unos años se sabe que parte de la historia queda registrada en el material genético que acarrean los humanos. Y tal novedad permite reconstruir el famoso “de dónde venimos” de la humanidad.

En un comienzo sólo pudo hacerse con el material aportado por las mujeres, que está en las mitocondrias. De ahí la polémica revelación de que las madres de todos los hombres era la “Eva mitocondrial”, una mujer africana. A mitad de los años noventa, se pudo analizar el componente masculino, inscripto en el Cromosoma Y.

Ahora, Corach y compañía quieren averiguar cómo se movió esta población. Mientras tanto el mito fundacional está cuestionado. ¿Habrá que borrar esa parte de las guías de viaje y enciclopedias que dicen que más del 85% de la población argentina es de origen europeo.

Silvina Heguy

Fuente: http://cronicasinmal.blogspot.com.ar/2011/05/el-56-de-los-argentinos-tiene.html?spref=fb

 

domingo, 5 de octubre de 2014

Federico Verdet: «Los moriscos que fueron expulsados eran los descendientes de la población autóctona»

Federico Verdet: «Los moriscos que fueron expulsados eran los descendientes de la población autóctona»

El historiador Federico Verdet. tc.c

m. a. pallás
Chiva
Coincidiendo con la Feria del Libro de Chiva, acaba de ver la luz el último trabajo del historiador, profesor y colaborador de
 tucomarca.com, Federico Verdet. Los mudéjares y moriscos en La Hoya de Buñol-Chiva es el título del último premio Otoño Villa de Chiva 2009 de ensayo, cuyos secretos el propio autor nos desvela en esta entrevista.
— ¿Por qué eligió esta temática para concurrir a los premios Otoño de Chiva?
— Bueno, justo en 2009 se cumplía el cuarto centenario de la expulsión de los moriscos, y es un motivo lo suficientemente importante como para elegirlo. A
veces el tema no es algo que dependa de la voluntad, sino también de la documentación. Yo me encontraba haciendo un libro sobre la historia de Macastre y los mudéjares y los moriscos era un capítulo, por lo que encontré una documentación muy importante sobre los moriscos en el siglo XVI y eso me animó a hacer este tema. Aunque abandoné otros que estaban más avanzados, como el de la escuela laica y la escuela racionalista.
— ¿Quienes son los mudéjares y los moriscos de los que usted habla en su libro?
— Los moriscos eran los pobladores de esta zona. Lo que está claro es que a partir del siglo VIII, cuando se produce la invasión musulmana de la Hispania visigoda, la población autóctona, en su mayor parte, se islamizó. Y por lo tanto los moriscos que fueron expulsados de la península en 1609 eran los descendientes de la población autóctona.
— ¿Se puede decir que eran los verdaderos pobladores de estas tierras? ¿Los de toda la vida?
— Sí, sí no hay una ruptura a nivel etnográfico, sino que la mayoría de los pobladores eran lo que se llamó muladíes, es decir, la población autóctona convertida al Islam.
— Una población autóctona que centurias antes fue romanizada y, posteriormente, se mezcló con los visigodos, ¿no?
— Exactamente, el origen de la población hispano-romana por un lado está formada por legionarios que se casan con mujeres hispanas; y posteriormente ocurre lo mismo: hay una fusión entre la población de origen hispano-romano y la población de origen visigótico. Después vuelve a ocurrir: hay una fusión entre la población de origen visigótico y la población llegada de otras partes como de Marruecos, Arabia, Siria o Irak.
— Un historiador de la talla de Federico Verdet, ¿qué opinión tiene de lo que ha quedado en el inconsciente colectivo: que aquellas personas eran algo ajeno a nosotros?
— Bueno, en la sociedad española sí que hay conciencia de que la Inquisición fue algo negativo; que fue una muestra de la intolerancia y del fanatismo religioso. Pero no existe esa misma conciencia respecto al problema de los moriscos. Los moriscos no llegaron nunca; estaban aquí. Simplemente se expulsó a la población autóctona. Pero es que en el peor de los casos, aún asumiendo la interpretación mítica del origen de los reinos hispánicos, de aquí en doscientos años a nosotros nos podrían expulsar los musulmanes porque nosotros conquistamos un territorio que fue un día musulmán: Al Andalus.
— ¿En qué capítulos se divide su libro?
— En el libro hay dos partes claramente definidas: una es la época mudéjar y otra la época morisca. La ruptura se produce a partir de 1520 cuando obligatoriamente se bautiza a la población mudéjar, por lo tanto está estructurado cronológicamente.
— ¿Qué aspectos se abordan?
— Se tocan aspectos muy variados, desde el poblamiento musulmán con las alquerías que había en esta zona y cómo se estructuraban en torno a castillos, también se habla de las relaciones de esta zona con el sultanato granadino o con el norte de África. Además se analiza la economía de los musulmanes, de los mudéjares y la población; al igual que la relación entre las aljamas mudéjares y los señores feudales. Y por último se analizan las costumbres o las prácticas religiosas. Es una etapa especialmente atractiva. Además, en el libro yo recojo la tesis de que en el periodo mudéjar se produce una convivencia, a pesar de la marginación de los mudéjares. Ya que la ruptura sólo se produce a partir de 1520, cuando  se niega el derecho a su religión a los musulmanes y son obligados a convertirse al cristianismo. A
partir de ahí la convivencia se rompe; persiste la lengua y la religión y al final esto es lo que hace imposible la convivencia.
— ¿Se puede reducir la expulsión a una mera cuestión económica, para quedarse con los bienes de los expulsados?
— Yo creo que no. La justificación última es la presunta connivencia entre los moriscos y el imperio turco y otros enemigos de la monarquía hispánica como Francia. Esto es lo que justifica su expulsión, aunque yo creo que la razón fundamental fue la intolerancia religiosa. Ya que a nivel económico el patriarca era consciente del desastre económico que suponía la expulsión; algo que no fue un negocio para nadie, porque los señores tuvieron que aceptar condiciones más favorables para los repobladores que vinieron a ocupar el lugar de los moriscos.
— ¿Se pueden generalizar las claves de esta comarca al resto?
— Bueno esta comarca tiene una peculiaridad, y es que con la excepción de Siete Aguas, que tenía una población cristiana, o de Cheste donde la población cristiana roza el cincuenta por ciento; o la población de Chiva donde hay una minoría de un diez por ciento; la inmensa mayoría de la población en la comarca es musulmana. Es el caso de Buñol, Yátova, Macastre, Alborache o Godelleta.
— ¿Las diferencias eran sólo religiosas?
— Sí, porque étnicamente no hay ninguna diferencia. De hecho hay una pequeña contradicción, ya que en los intentos de asimilar a la población musulmana se les obliga a que vistan a la manera cristiana. Pero llega un momento en que es imposible distinguir un morisco de un cristiano a simple vista, por lo que se empieza a plantear la posibilidad de que lleven distintivos. La raza es la misma. Quizás a nivel de lengua sí que había diferencia, porque la población musulmana mantiene el árabe como lengua. Eso no quiere decir que algunos no dominaran el castellano o el valenciano.
— ¿Cómo cree que vivieron sus convecinos la expulsión de los moriscos en la comarca?
— Bueno, en algunos lugares de España los moriscos estaban más integrados que aquí, por lo que no había motivo de fricción con sus vecinos. De modo que en otras zonas cuando los expulsaron sus convecinos lo lamentaron e hicieron lo posible por ayudarles. Aquí las comunidades estaban más separadas, aunque ocurrió como ahora, siempre hay gente que enciende la antorcha del fanatismo. Pero no habían verdaderos motivos para que existiese una animadversión contra ellos por parte de sus vecinos.
— ¿Hay alguna parte del libro que le gustaría resaltar?
— Sí, el último capítulo: Los moriscos y la Inquisición creo que es la parte más lograda. Primero porque la aportación documental inédita es la más importante, y segundo porque el propio tema es muy llamativo: la relación de los moriscos con la Inquisición.
— Su ensayo ha sido premiado en los Otoño del año pasado, publicado este ejercicio. Entre las bases está la limitación a cien páginas de su trabajo, ¿un gran ejercicio de síntesis, no?
— Realmente son pocas páginas para un libro de ensayo, pero debo decir que yo estoy muy agradecido a Chiva. Aunque son varios los pueblos de la comarca que me han publicado libros, el que más lo ha hecho ha sido Chiva, y la verdad es que afectivamente cada vez me siento más unido a Chiva, aunque yo sea nacido en Macastre; pero lo son mis hijas, lo es mi mujer y yo no puedo expresar con palabras el agradecimiento que siento hacia el pueblo de Chiva.
— Usted nació en Macastre;  se educó en Buñol, donde también fue profesor; vive en Chiva y trabaja en Cheste. ¿Es usted el historiador más intermunicipal de nuestra comarca?
— Sí, bueno me siento muy ligado a todos estos pueblos.
— ¿En qué trabaja ahora?
— Sobre las escuelas laicas y racionalistas, en recuperar la labor desarrollada por estos maestros librepensadores y masones que estuvieron trabajando y cambiando la mentalidad de esta comarca, para mí es una exigencia ética, después de la tabla rasa que hizo el franquismo.
— ¿Compensa tanto trabajo?
— Sí es un gran disfrute intelectual.

(Fuente: http://tucomarca.wordpress.com/2010/05/06/federico-verdet-%C2%ABlos-moriscos-que-fueron-expulsados-eran-los-descendientes-de-la-poblacion-autoctona%C2%BB/)