domingo, 20 de septiembre de 2015

Os otomanos tinham uma grande afeição por gatos, tanto que houveram vários hospitais estabelecidos em cidades por todo o império dedicados exclusivamente ao atendimento de gatos, alguns dos mais notáveis sendo o hospital para gatos em Üsküdar e um em Dolmabahçe, Istambul. Fundações (Vakif) foram estabelecidas para garantir que os gatos fossem alimentados e bem cuidados pelo governo. O barão Wenceslas Wratislow observou em suas memórias, publicadas em 1599, o amor extraordinário que os otomanos tinham pelos gatos, que estava em grande contraste com a visão europeia sobre estes animais, sempre considerados na cultura europeia cristã como simbolo do mal e associados a bruxas.
"Em Constantinopla, existem grandes jardins, cercados com muros, onde gatos saltam e brincam, à espera de certas pessoas que estão por vir e dar-lhes esmola. Pois é habitual para os turcos ferver ou assar fígado e pedaços de carne, e carregá-los em baldes de madeira para cima e para baixo da cidade, alimentando os gatos, que se reuniam em grupos grandes e ficavam atentos. "O barão continuou, observando que as matronas turcas forneciam pedaços de carne, pronunciando orações ao mesmo tempo.
Os otomanos foram inspirados pelo Profeta Muhammadﷺ a amar gatos, pois é parte da religião islâmica o bom trato com os animais. Uma das histórias mais conhecidas sobre o Profeta Muhammadﷺ foi que ele teria cortado a manga de sua roupa fora, quando ouviu o chamado para oração, ao invés de sua perturbar seu gato, Muezza, que tinha adormecido sobre a roupa. Um dos companheiros do Profeta Muhammadﷺ foi nomeado Abu Huraira, "Pai do gatinho" por causa de seu amor por um pequeno gato que ele costumava levar com ele onde quer que ele fosse. Em outra narrativa, o profeta Muhammad contou a seus companheiros de ter visto uma mulher ser condenada ao inferno por ter deixado seu gato preso em casa morrer de fome.
Em todo o Oriente Médio, os gatos foram cuidado por seu valor como caçadores de ratos e outros animais nocivos. Eles eram considerados puros e eles eram bem-vindos na casa das pessoas.
Los otomanos tenían una gran afecto por gatos, tanto que houveram varios hospitales establecidos en las ciudades por todo el imperio dedicados exclusivamente al servicio de gatos, algunos de los más notables y el hospital para gatos en üsküdar y un en dolmabahçe, estambul. Fundaciones (vakif) fueron establecidas para garantizar que los gatos fueran alimentados y bien cuidados por el gobierno. El barón wenceslas wratislow miraba en sus memorias, publicadas en 1599, el amor extraordinario que los otomanos tenían por los gatos, que estaba en gran contraste con la visión europea sobre estos animales, siempre considerados en la cultura europea cristiana como simbolo del mal y asociados La brujas.

" en constantinopla, existen grandes parques, corrales con muros, donde los gatos saltan y juegan, a la espera de ciertas personas que están por venir y darles limosna. Porque es habitual para los turcos hirviendo o pastelería hígado y trozos de carne, y bien subiéndolos en cubos de madera hacia arriba y hacia abajo de la ciudad, alimentando los gatos, que se reunían en grupos grandes y estaban atentos. " el barón continuó, observando que las matronas turcas proporcionaban trozos de carne, tjce oraciones al mismo tiempo.

Los otomanos fueron inspirados por el profeta muhammadﷺ la amar gatos, pues es parte de la religión islámica el buen trato a los animales. Una de las historias más conocidas sobre el profeta muhammadﷺ fue que él habría cortado la manga de su ropa fuera, cuando escuchó el llamado para oración, al contrario de tu perturbar tu gato, muezza, que había dormido sobre la ropa. Uno de los compañeros del profeta muhammadﷺ fue nombrado abu huraira, "padre del gatito" por causa de su amor por un pequeño gato que él solía llevar con él donde quiera que él fuera. En otra narración, el profeta muhammad ha contado a tus compañeros de haber visto una mujer ser condenada al infierno por haber dejado su gato atrapado en casa morir de hambre.

En todo el medio oriente, los gatos han cuidado por su valor como cazadores de ratones y demás alimañas. Ellos eran considerados puros y ellos eran bienvenidos en la casa de las personas.

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