Gil- Benumeya: "Madrid es la única capital europea de origen islámico"
jueves 30 de julio del 2015, 07:30h
Daniel Gil- Benumeya (Rabat, 1970) es arabista, coordinador del libro 'De Mayrit a Madrid', desarrollado por Lunwerg Editores y Casa Árabe; y autor de 'Madrid Islámico', editado por La Librería.
¿Cómo relaciona Madrid con el mundo islámico?
Trabajé varios años en Casa Árabe, donde se realizó un proyecto relacionado con la Exposición Universal de Shanghai. En el pabellón de Madrid, Casa Árabe tuvo la iniciativa de relacionar la ciudad con esta cultura y me encargó el proyecto. Madrid es una ciudad que ha llegado tarde a la multiculturalidad. Su primera mezquita es de finales de los años 80, cuando la primera de París es de los años 20.
La primera mezquita moderna.
Claro. Ahí está la paradoja. Si estudiamos un arco temporal más largo, resulta que Madrid estuvo en la multiculturalidad mucho antes que cualquier capital europea. De hecho, el primer templo de Madrid fue una mezquita. Esta paradoja de estar en la encrucijada de la multiculturalidad en el largo término y estar rezagada en lo multicultural en la época actual fue un poco lo que se quiso explotar. Se quiso poner en relación el pasado araboislámico con la multiculturalidad actual.
¿Cuál es el origen de ese pasado?
Madrid es la única capital europea de origen islámico. El problema es que la historia científica convive con una cultura popular que no reconoce ese origen islámico. En la cultura popular, el origen de Madrid está relacionado con el momento en que se convierte en capital. Cuando Felipe II decidió que fuese capital, quedaba un poco raro que la ciudad principal del gran imperio católico fuese de origen musulmán y humilde, ni siquiera una ciudad como Córdoba o Granada. Simplemente, una ciudad de frontera. Entonces, se dedicaron a inventar unos orígenes mitológicos relacionados con la antigua Grecia, con Roma, e, incluso, haciendo de Madrid una ciudad más antigua que Roma; remitiendo el culto de la virgen de La Almudena a un momento en que la propia virgen no había muerto. Esas fabulaciones fueron desapareciendo pero se mantuvo la tradición de desvincular a Madrid de su origen islámico. Esta tradición se ha mantenido hasta hoy. Cuando se dejó de fabular con orígenes mitológicos, se fabuló con sus orígenes visigodos. Se dijo que era un poblado visigodo conquistado por los árabes, aunque no haya ninguna constancia documental ni arqueológica. Y la última jugada ha sido que, puesto que no se puede demostrar que Madrid tuvo un origen visigodo, se acepta que tuvo fundación musulmana, aunque se dice que no fundaron una ciudad, sino un cuartel. Hay un empeño constante por quitar el mérito de la fundación de la capital de España a una identidad que resulta incómoda.
¿Cómo era ese Madrid musulmán?
Madrid fue inicialmente una fortaleza y, enseguida, las fuentes comienzan a hablar de una medina, en el caso de las musulmanas, y de ciudad, en el caso de las cristianas. El concepto de ciudad no era como el de hoy día. Se trataba de una población pequeña, con un recinto amurallado de unas cuatro hectáreas y varios arrabales a su alrededor. El arrabal de Las Vistillas era el más antiguo y, seguramente, surgió en la época en que se construyó la propia fortaleza para dar cobijo a los constructores de las murallas. Luego hubo otros dos arrabales en el camino de Alcalá, entre el palacio y la Puerta del Sol. Existía dentro de Madrid una mezquita que hoy ya no existe pero que, durante mucho tiempo, estuvo ubicada donde luego se construyó la iglesia de Santa María de La Almudena. Es decir, al igual que en otas muchas ciudades, el templo principal fue en su origen una mezquita. Esta iglesia se mantuvo hasta 1868 pero, como estaba orientada hacia La Meca y mantener la planta de la mezquita, provocaba un gran estrechamiento en la calle Mayor, por lo que, cuando se quiso alinear con Bailén, se derribó la iglesia. Esa mezquita era una aljama que atraía a musulmanes de la zona en el sermón del viernes, lo cual quiere decir que Madrid era la capital de una pequeña comarca, y eso es lo que significa en este sentido el término ciudad: tener una función administrativa.
Supongo que la obra del Museo de Colecciones Reales sacará a la luz varias de estas infraestructuras.
La verdad es que debería pero no sé en qué estado quedarán. En las excavaciones del museo se ha encontrado el mayor grupo de ruinas del Madrid islámico que existe y que, probablemente, exista. El problema es que no se sabe en qué estado pueden quedar porque los edificios del período estaban en un nivel más alto que el actual, lo que supone un problema. Se han encontrado un lienzo de muralla más grande que el del parque del emir Mohamed, calles y casas. También sé que es un hallazgo un poco incómodo para el museo porque no se esperaban ese hallazgo y no saben muy bien cómo integrarlo. Supongo que exhibirán una parte.
¿Madrid era una ciudad de acogida o de emigrantes?
Había un doble movimiento de personas. Es verdad que había personas que emigraban desde Madrid a otras ciudades más grandes. Personajes como Maslama, el madrileño musulmán más famoso que, curiosamente, no aparece en ningún diccionario de madrileños ilustres a pesar de que fue un matemático muy importante a nivel internacional, le llamaban 'El Madrileño' porque vivía en Córdoba. También hubo un sabio de Talamanca muy famoso que viajó por todo el mundo y regresó a morir a su ciudad, por poner otro ejemplo. Pero Madrid, al ser un lugar de frontera, atraía a mucha gente para hacer el 'ribat'. Era una práctica entre militar y ascética, a la que se sumaban muchos místicos y sabios, que consistía en viajar a una ciudad de frontera, participar en la defensa de las fronteras del Islam y vivir de una manera frugal como los soldados.
Dice que Madrid era una ciudad fronteriza, como otras de la región.
Madrid formaba entonces parte de una zona de frontera denominada Marca Media. Era una zona de frontera porque no era como las fronteras actuales, con una línea imaginaria y aduanas, sino un territorio ancho donde los poderes competían entre sí en una zona parecida al salvaje oeste o, mejor dicho, de salvaje norte. Esta región estaba controlada por una federación de tribus beréberes. No hay que olvidar que cuando hablamos de árabes, en su mayor parte, eran tribus del norte de África que traían sus propias costumbres y lengua. La Marca Media estaba controlada por los Banu Salim. Fueron los que fundaron Madrid y el primer nombre propio relacionado con Madrid es de un miembro de esta tribu. Madrid estaba dentro de un sistema de fortalezas y atalayas para controlar el territorio y asentar el poder del emirato de Córdoba. En el caso de Madrid o Talamanca, el objetivo era doble. Por un lado, proteger el territorio de las incursiones cristianas del norte. Y por otro, cortar las comunicaciones de Toledo con esos reinos cristianos. Porque Toledo era una ciudad permanentemente insumisa al poder de Córdoba. Por eso, querían aislarla para reducirla a la obediencia.
Tras la conquista cristiana, quedaron reductos de comunidades islámicas.
Los mudéjares de Madrid -población musulmana que quedó viviendo bajo poder cristiano- eran muy pocos pero fueron muy importantes porque dominaban determinadas profesiones, como la de constructor o alarife. Eran los que proyectaban las nuevas casas, rehabilitaban y emitían informes urbanísticos. En Madrid quedan numerosas referencias de arquitectura mudéjar pero también participaron en otro tipo de construcciones. Por ejemplo, el famoso hospital de la Latina, de estilo renacentista fue obra de un alarife mudéjar llamado maestre Hassan. Casi todos los herreros de la ciudad eran mudéjares. Cuando llegaron los Reyes Católicos y empezaron con su política de 'apartheid', recluyendo a judíos y musulmanes en lugares específicos, los herreros se pusieron en huelga, obligando a que se retirase la disposición real contra ellos.
Madrid fue una ciudad que se opuso a la expulsión de los moriscos.
Los moriscos, que ya no tenían nada de árabes y estaban ya integrados en la sociedad castellana, eran un contingente importante. No solo eran los de la ciudad sino los emigrados desde Granada tras la rebelión de las Alpujarras. Muchos vinieron a parar aquí. Hoy en día, se sabe que las expulsiones de los moriscos no fueron completas. Hubo muchos que consiguieron sustraerse a la expulsión. Muchos que se escondieron. Muchos que fueron expulsados y volvieron. En el caso de Madrid, el asunto está casi sin tratar. Yo he estudiado los archivos de la Inquisición y el Archivo Histórico Nacional, y, por lo que parece, Madrid fue una de las pocas ciudades de las que los moriscos no fueron expulsados. El conde de Salazar se quejó de que en la Corte no había manera de censarlos ni de localizarlos porque tenían a muchas personas que los encubrían y apoyaban. Finalmente, se dio por imposible. Se expulsó a trescientos moriscos en 1610 de tres mil que se pensaba que había censados, aunque, probablemente, había muchos más. La presencia islámica en Madrid no se ha cortado nunca desde los tiempos de Al-Ándalus.
La presencia diplomática también se mantuvo.
Madrid fue el lugar al que vinieron los embajadores. La Corona española tenía relación con la monarquía marroquí, que en aquella época era un imperio de la dimensión del español y ellos mandaban sus embajadores mutuos y sus exiliados mutuos. En Madrid hubo varios casos de personajes marroquíes que, en un momento dado, se exilian por razones políticas y, una vez aquí, acaban convirtiéndose al Cristianismo. El caso más famoso fue el de Felipe de África. Era un príncipe que se bautizó en El Escorial, apadrinado por Felipe II, y tuvo un palacete en la calle de El Príncipe, a la que, al parecer dio nombre, porque era un personaje que no pasaba desapercibido.
También Madrid fue una de las paradas de los viajeros románticos árabes del siglo XIX.
Comparan a España con la imagen idealizada de Al-Ándalus y lo buscan en sus viajes. Creían que era un paraíso perdido que, aunque engrandecido, en cierto modo lo fue para la época. Y luego lo comparaban con el resto de Europa, que habían recorrido en sus viajes. Después de visitar París o Viena, llegaban a Madrid y les parecía una capital humilde, más bien pobre, y la impresión que sacaban era de atraso y que había perdido mucho con respecto a la idea que ellos traían.
Se crearon varias instituciones para formalizar relaciones hispanoárabes.
Comienzan con el protectorado español de Marruecos. Se crean una serie de instituciones para afianzar esa relación. Se crea una escuela para hijos de notables marroquíes para que vinieran a estudiar a Madrid en lo que es hoy día la Residencia de Estudiantes, que comenzó siendo un internado donde iban los hijos de los cadíes y de los leales a España. El equipo de baloncesto Estudiantes contó en sus orígenes con muchos jugadores marroquíes porque el centro dependía del Colegio Ramiro de Maeztu.
En la Guerra Civil, hubo musulmanes en ambos bandos.
Los soldados magrebíes en el bando nacional son más conocidos, aunque también los hubo en el bando republicano. Normalmente a través de las Brigadas Internacionales. De hecho, hubo un palestino enviado por la Tercera Internacional que vino a Madrid a hacer una propaganda a los 'moros' del otro bando que estaban en la Casa de Campo para que se pasasen a su lado. Creó la Asociación Antifascista Hispanomarroquí para tratar de atraerlos. Curiosamente, topó con la negativa de la Junta de Defensa de Madrid republicana, a la que no le interesaba el discurso del marroquí como pueblo oprimido por el imperialismo español que se había visto forzado a alistarse. El Gobierno republicano realizaba una propaganda en sentido opuesto, explotando todos los tópicos antimoros, sacados de la época de la Reconquista. Al final, le boicotearon, fusilaron a los soldados marroquíes que se pasaron a su bando y se tuvo que ir.
¿Cuál es la situación del mundo islámico en Madrid hoy día?
Es una realidad bastante viva. Hay dos mezquitas principales e innumerables pequeñas. En Lavapiés puede haber diez, por ejemplo. Es una población importante, sobre todo, de Marruecos, Senegal y Bangladesh. Y hay un sinfín de asociaciones culturales y sociales islámicas como Casa Árabe, el antiguo Instituto Hispano Árabe de Cultura que se integró en la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Fundación de Cultura Islámica o el Centro Cultural Islámico. Es una vida islámica importante pero no la que puede haber en ciudades como París, o en Berlín, o en Londres. Se está recuperando esa multiculturalidad. Pero no tiene nada que ver con ese origen islámico de la ciudad. Es una historia que está bastante olvidada, incluso para las propias comunidades islámicas.
Trabajé varios años en Casa Árabe, donde se realizó un proyecto relacionado con la Exposición Universal de Shanghai. En el pabellón de Madrid, Casa Árabe tuvo la iniciativa de relacionar la ciudad con esta cultura y me encargó el proyecto. Madrid es una ciudad que ha llegado tarde a la multiculturalidad. Su primera mezquita es de finales de los años 80, cuando la primera de París es de los años 20.
La primera mezquita moderna.
Claro. Ahí está la paradoja. Si estudiamos un arco temporal más largo, resulta que Madrid estuvo en la multiculturalidad mucho antes que cualquier capital europea. De hecho, el primer templo de Madrid fue una mezquita. Esta paradoja de estar en la encrucijada de la multiculturalidad en el largo término y estar rezagada en lo multicultural en la época actual fue un poco lo que se quiso explotar. Se quiso poner en relación el pasado araboislámico con la multiculturalidad actual.
¿Cuál es el origen de ese pasado?
Madrid es la única capital europea de origen islámico. El problema es que la historia científica convive con una cultura popular que no reconoce ese origen islámico. En la cultura popular, el origen de Madrid está relacionado con el momento en que se convierte en capital. Cuando Felipe II decidió que fuese capital, quedaba un poco raro que la ciudad principal del gran imperio católico fuese de origen musulmán y humilde, ni siquiera una ciudad como Córdoba o Granada. Simplemente, una ciudad de frontera. Entonces, se dedicaron a inventar unos orígenes mitológicos relacionados con la antigua Grecia, con Roma, e, incluso, haciendo de Madrid una ciudad más antigua que Roma; remitiendo el culto de la virgen de La Almudena a un momento en que la propia virgen no había muerto. Esas fabulaciones fueron desapareciendo pero se mantuvo la tradición de desvincular a Madrid de su origen islámico. Esta tradición se ha mantenido hasta hoy. Cuando se dejó de fabular con orígenes mitológicos, se fabuló con sus orígenes visigodos. Se dijo que era un poblado visigodo conquistado por los árabes, aunque no haya ninguna constancia documental ni arqueológica. Y la última jugada ha sido que, puesto que no se puede demostrar que Madrid tuvo un origen visigodo, se acepta que tuvo fundación musulmana, aunque se dice que no fundaron una ciudad, sino un cuartel. Hay un empeño constante por quitar el mérito de la fundación de la capital de España a una identidad que resulta incómoda.
¿Cómo era ese Madrid musulmán?
Madrid fue inicialmente una fortaleza y, enseguida, las fuentes comienzan a hablar de una medina, en el caso de las musulmanas, y de ciudad, en el caso de las cristianas. El concepto de ciudad no era como el de hoy día. Se trataba de una población pequeña, con un recinto amurallado de unas cuatro hectáreas y varios arrabales a su alrededor. El arrabal de Las Vistillas era el más antiguo y, seguramente, surgió en la época en que se construyó la propia fortaleza para dar cobijo a los constructores de las murallas. Luego hubo otros dos arrabales en el camino de Alcalá, entre el palacio y la Puerta del Sol. Existía dentro de Madrid una mezquita que hoy ya no existe pero que, durante mucho tiempo, estuvo ubicada donde luego se construyó la iglesia de Santa María de La Almudena. Es decir, al igual que en otas muchas ciudades, el templo principal fue en su origen una mezquita. Esta iglesia se mantuvo hasta 1868 pero, como estaba orientada hacia La Meca y mantener la planta de la mezquita, provocaba un gran estrechamiento en la calle Mayor, por lo que, cuando se quiso alinear con Bailén, se derribó la iglesia. Esa mezquita era una aljama que atraía a musulmanes de la zona en el sermón del viernes, lo cual quiere decir que Madrid era la capital de una pequeña comarca, y eso es lo que significa en este sentido el término ciudad: tener una función administrativa.
Supongo que la obra del Museo de Colecciones Reales sacará a la luz varias de estas infraestructuras.
La verdad es que debería pero no sé en qué estado quedarán. En las excavaciones del museo se ha encontrado el mayor grupo de ruinas del Madrid islámico que existe y que, probablemente, exista. El problema es que no se sabe en qué estado pueden quedar porque los edificios del período estaban en un nivel más alto que el actual, lo que supone un problema. Se han encontrado un lienzo de muralla más grande que el del parque del emir Mohamed, calles y casas. También sé que es un hallazgo un poco incómodo para el museo porque no se esperaban ese hallazgo y no saben muy bien cómo integrarlo. Supongo que exhibirán una parte.
¿Madrid era una ciudad de acogida o de emigrantes?
Había un doble movimiento de personas. Es verdad que había personas que emigraban desde Madrid a otras ciudades más grandes. Personajes como Maslama, el madrileño musulmán más famoso que, curiosamente, no aparece en ningún diccionario de madrileños ilustres a pesar de que fue un matemático muy importante a nivel internacional, le llamaban 'El Madrileño' porque vivía en Córdoba. También hubo un sabio de Talamanca muy famoso que viajó por todo el mundo y regresó a morir a su ciudad, por poner otro ejemplo. Pero Madrid, al ser un lugar de frontera, atraía a mucha gente para hacer el 'ribat'. Era una práctica entre militar y ascética, a la que se sumaban muchos místicos y sabios, que consistía en viajar a una ciudad de frontera, participar en la defensa de las fronteras del Islam y vivir de una manera frugal como los soldados.
Dice que Madrid era una ciudad fronteriza, como otras de la región.
Madrid formaba entonces parte de una zona de frontera denominada Marca Media. Era una zona de frontera porque no era como las fronteras actuales, con una línea imaginaria y aduanas, sino un territorio ancho donde los poderes competían entre sí en una zona parecida al salvaje oeste o, mejor dicho, de salvaje norte. Esta región estaba controlada por una federación de tribus beréberes. No hay que olvidar que cuando hablamos de árabes, en su mayor parte, eran tribus del norte de África que traían sus propias costumbres y lengua. La Marca Media estaba controlada por los Banu Salim. Fueron los que fundaron Madrid y el primer nombre propio relacionado con Madrid es de un miembro de esta tribu. Madrid estaba dentro de un sistema de fortalezas y atalayas para controlar el territorio y asentar el poder del emirato de Córdoba. En el caso de Madrid o Talamanca, el objetivo era doble. Por un lado, proteger el territorio de las incursiones cristianas del norte. Y por otro, cortar las comunicaciones de Toledo con esos reinos cristianos. Porque Toledo era una ciudad permanentemente insumisa al poder de Córdoba. Por eso, querían aislarla para reducirla a la obediencia.
Tras la conquista cristiana, quedaron reductos de comunidades islámicas.
Los mudéjares de Madrid -población musulmana que quedó viviendo bajo poder cristiano- eran muy pocos pero fueron muy importantes porque dominaban determinadas profesiones, como la de constructor o alarife. Eran los que proyectaban las nuevas casas, rehabilitaban y emitían informes urbanísticos. En Madrid quedan numerosas referencias de arquitectura mudéjar pero también participaron en otro tipo de construcciones. Por ejemplo, el famoso hospital de la Latina, de estilo renacentista fue obra de un alarife mudéjar llamado maestre Hassan. Casi todos los herreros de la ciudad eran mudéjares. Cuando llegaron los Reyes Católicos y empezaron con su política de 'apartheid', recluyendo a judíos y musulmanes en lugares específicos, los herreros se pusieron en huelga, obligando a que se retirase la disposición real contra ellos.
Madrid fue una ciudad que se opuso a la expulsión de los moriscos.
Los moriscos, que ya no tenían nada de árabes y estaban ya integrados en la sociedad castellana, eran un contingente importante. No solo eran los de la ciudad sino los emigrados desde Granada tras la rebelión de las Alpujarras. Muchos vinieron a parar aquí. Hoy en día, se sabe que las expulsiones de los moriscos no fueron completas. Hubo muchos que consiguieron sustraerse a la expulsión. Muchos que se escondieron. Muchos que fueron expulsados y volvieron. En el caso de Madrid, el asunto está casi sin tratar. Yo he estudiado los archivos de la Inquisición y el Archivo Histórico Nacional, y, por lo que parece, Madrid fue una de las pocas ciudades de las que los moriscos no fueron expulsados. El conde de Salazar se quejó de que en la Corte no había manera de censarlos ni de localizarlos porque tenían a muchas personas que los encubrían y apoyaban. Finalmente, se dio por imposible. Se expulsó a trescientos moriscos en 1610 de tres mil que se pensaba que había censados, aunque, probablemente, había muchos más. La presencia islámica en Madrid no se ha cortado nunca desde los tiempos de Al-Ándalus.
La presencia diplomática también se mantuvo.
Madrid fue el lugar al que vinieron los embajadores. La Corona española tenía relación con la monarquía marroquí, que en aquella época era un imperio de la dimensión del español y ellos mandaban sus embajadores mutuos y sus exiliados mutuos. En Madrid hubo varios casos de personajes marroquíes que, en un momento dado, se exilian por razones políticas y, una vez aquí, acaban convirtiéndose al Cristianismo. El caso más famoso fue el de Felipe de África. Era un príncipe que se bautizó en El Escorial, apadrinado por Felipe II, y tuvo un palacete en la calle de El Príncipe, a la que, al parecer dio nombre, porque era un personaje que no pasaba desapercibido.
También Madrid fue una de las paradas de los viajeros románticos árabes del siglo XIX.
Comparan a España con la imagen idealizada de Al-Ándalus y lo buscan en sus viajes. Creían que era un paraíso perdido que, aunque engrandecido, en cierto modo lo fue para la época. Y luego lo comparaban con el resto de Europa, que habían recorrido en sus viajes. Después de visitar París o Viena, llegaban a Madrid y les parecía una capital humilde, más bien pobre, y la impresión que sacaban era de atraso y que había perdido mucho con respecto a la idea que ellos traían.
Se crearon varias instituciones para formalizar relaciones hispanoárabes.
Comienzan con el protectorado español de Marruecos. Se crean una serie de instituciones para afianzar esa relación. Se crea una escuela para hijos de notables marroquíes para que vinieran a estudiar a Madrid en lo que es hoy día la Residencia de Estudiantes, que comenzó siendo un internado donde iban los hijos de los cadíes y de los leales a España. El equipo de baloncesto Estudiantes contó en sus orígenes con muchos jugadores marroquíes porque el centro dependía del Colegio Ramiro de Maeztu.
En la Guerra Civil, hubo musulmanes en ambos bandos.
Los soldados magrebíes en el bando nacional son más conocidos, aunque también los hubo en el bando republicano. Normalmente a través de las Brigadas Internacionales. De hecho, hubo un palestino enviado por la Tercera Internacional que vino a Madrid a hacer una propaganda a los 'moros' del otro bando que estaban en la Casa de Campo para que se pasasen a su lado. Creó la Asociación Antifascista Hispanomarroquí para tratar de atraerlos. Curiosamente, topó con la negativa de la Junta de Defensa de Madrid republicana, a la que no le interesaba el discurso del marroquí como pueblo oprimido por el imperialismo español que se había visto forzado a alistarse. El Gobierno republicano realizaba una propaganda en sentido opuesto, explotando todos los tópicos antimoros, sacados de la época de la Reconquista. Al final, le boicotearon, fusilaron a los soldados marroquíes que se pasaron a su bando y se tuvo que ir.
¿Cuál es la situación del mundo islámico en Madrid hoy día?
Es una realidad bastante viva. Hay dos mezquitas principales e innumerables pequeñas. En Lavapiés puede haber diez, por ejemplo. Es una población importante, sobre todo, de Marruecos, Senegal y Bangladesh. Y hay un sinfín de asociaciones culturales y sociales islámicas como Casa Árabe, el antiguo Instituto Hispano Árabe de Cultura que se integró en la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Fundación de Cultura Islámica o el Centro Cultural Islámico. Es una vida islámica importante pero no la que puede haber en ciudades como París, o en Berlín, o en Londres. Se está recuperando esa multiculturalidad. Pero no tiene nada que ver con ese origen islámico de la ciudad. Es una historia que está bastante olvidada, incluso para las propias comunidades islámicas.
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