Médicos argentinos exigen que se retire el glifosato de
Monsanto por cancerígeno
Argentina utiliza semillas genéticamente
modificadas producidas por la multinacional Monsanto, lo que ha creado una
fuerte controversia.
Unos 30.000 médicos y profesionales de
hospitales públicos reclamaron ayer martes que se prohíba por cancerígeno el
glifosato, un agroquímico usado para la eliminación de hierbas en cultivos y
que es producido por la cuestionada multinacional Monsanto.
“El glifosato no solo provoca cáncer.
También está asociado al aumento de abortos espontáneos, malformaciones
genéticas, enfermedades de la piel, respiratorias y neurológicas”, sostuvo la Federación Sindical de
Profesionales de la Salud de Argentina (FESPROSA) en un comunicado emitido en
el marco del Día Mundial de la Salud.
Según esta federación, en el país se usa
el glifosato en más de 28 millones de hectáreas y “cada año los suelos son
rociados con más de 320 millones de litros, lo que implica 13 millones de
personas en riesgo de ser afectadas”.
La FESPROSA recordó que la Agencia
Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en
inglés), que depende de la Organización
Mundial de la Salud (OMS),
reiteró en marzo pasado en un informe los peligros del uso de este pesticida.
“El glifosato posiblemente es
cancerígeno para los seres humanos”, dijo la IARC, y catalogó al herbicida como
un “probable agente carcinógeno” junto a otros productos fitosanitarios, tras
una investigación realizada por expertos de once países.
Argentina utiliza semillas genéticamente
modificadas (GM) producidas por la multinacional Monsanto, que son resistentes
al glifosato, según un informe del ministerio de Agricultura.
En la campaña 2013/2014, prácticamente
el 100% de la superficie de soja y algodón fue sembrada con variedades GM,
mientras que el maíz transgénico representó el 95% del total de ese cultivo. Y
en todos los casos se utilizó glifosato como herbicida.
La exportación de granos y manufacturas
agrícolas generó ingresos por más de 27.100 millones de dólares en 2014.
“Donde cae el glifosato, solo crecen los
organismos genéticamente modificados. Todo lo demás muere”, señaló la
federación sindical de médicos.
Los médicos y profesionales de la salud
pidieron que “se prohíba ya el glifosato en Argentina y se abra un debate sobre
la necesaria reconversión de los agronegocios, con la aplicación de tecnologías
que no pongan en peligro la vida humana”.
Fuente: gacetamercantil.com
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