domingo, 18 de febrero de 2007

Brzezinski y la próxima
guerra contra Irán
(Primera de dos partes)


Edgar Schmid

El 1 de febrero, Zbignieb Brzezinski compareció ante el Comité del Senado de Estados Unidos e hizo una declaración sorprendentemente crítica y opositora a la acción estratégica del gobierno Bush en Medio Oriente en particular y Eurasia en general.

Los analistas políticos de Argentina no dijeron mucho, y en la edición de Página 12 del 11 de febrero, el artículo de Juan Gelman demuestra que la izquierda argentina sigue sin comprender (1), en cuanto a estrategia imperial, las múltiples variables que hoy están en conflicto en el sociograma de la “globalización”, y muchas veces esta izquierda se mueve con pautas de la Guerra Fría I que eran un juego de niños en comparación con la actual Guerra Fría II. Como muchas veces en nuestra izquierda, hay mucha ideología pero poco análisis geopolítico. La cosa es grave y compleja y si no se desarrolla un lenguaje que permita comprender esa complejidad estamos en peligro, porque es muy posible que para el 11 de abril estalle una guerra que pueda hasta tener las consecuencias demográficas de una Guerra de los Treinta Años.

En el mundo de hoy, los argentinos nos movemos con un lenguaje polisémico, impreciso y por ello ni pensamos ni estamos muy preparados para enfrentar los peligros que se avecinan. La actual Guerra Fría II es mucho más compleja y dinámica que la I, sus actores estratégicos tienen mucho más facetas de las que nos informa la prensa, y estas no sólo son contradictorias sino hasta antagónicas. Si se dice por ejemplo musulmán, pregunte ¿cuántas clases de musulmanes? ¿shiitas y sunitas? Porque si hablamos de “shiitas” hay que preguntar: ¿los de Irak, los del Líbano o los de Irán? Aún diciendo los de Irak, hay que preguntar: ¿los de Muqtada al-Sadr o los de Alí al-Sistani? Porque sus posiciones frente a la ocupación de Estados Unidos son muy distintas.

Si hablamos de los de Irán hay que preguntar: ¿el “shiismo rojo” de Ali Shaktiari (2) y Ahmedinejad o el “shiismo negro” del bazar burgués? Porque en este momento las medidas de bloqueo de Estados Unidos dentro de Irán, entre otras cosas están desatando una inflación que afecta a las clases pobres -los shiítas rojos de Ahmedinejad- mientras la CIA está complotando con los “shiitas negros” del bazar burgués para que a su vez se quejen a los clérigos “moderados” y éstos a los generales para dar un golpe como el que dieron a Mohamed Mossadegh en 1953. Pero como está la Guardia Islámica -300.000 shiitas rojos- eso puede ser hasta una guerra civil.

Tampoco diga solo “sunnitas” porque alguien le va a decir que el rey de Arabia es sunnita, pero wahhabi, mientras que Bin Laden es sunnita pero salafi, y que donde se ven se matan entre ellos. Los wahhabi son aliados estratégicos de primera línea para Estados Unidos Su acuerdo en 1974 con el secretario del Tesoro Paul Blumenthal (judío), permitió que la OPEP adoptara el dólar como moneda de intercambio cuando Nixon había eliminado el respaldo en oro. El dólar como moneda obligatoria para compra de petróleo es una de las razones por las cuales se mantiene el valor artificial del dólar, y como denunció Fidel Castro en la universidad de Córdoba en julio de 2006, “es un imperio que se mantiene con papeles impresos y sin valor.”

Si los Estados Unidos necesitan a los wahhabi, no significa que desechen a los salafi de Bin Laden: ya los emplearon en Bosnia, Kosovo y actualmente en Chechenia para crearle un conflicto a Rusia. Además hay sunnitas pero que no son ni wahhabis no salafis, como los gobiernos de Egipto, Jordania y Pakistán, que en esto juegan y muy fuerte, pero eso, como decía el paisano, “es enquilombau como almacén de turco”

Al “Zbig” no lo subestimen. Los hermanos Rockefeller no le dan la organización de la Trilateral a ningún pavo. Fue el primero que encontró el punto débil de los soviéticos cuando los yanquis no sabían cómo resolver lo de Vietnam. Para “Zbig” lo principal de la estrategia no es la guerra sino la ventaja tecnológica. La guerra, como hizo con URSS en Afganistán, es para “empantanar” al otro mientras uno sigue corriendo, no para “empantanarse” uno en Irak mientras los otros siguen corriendo.

Y segundo, para “Zbig” el premio mayor está en Eurasia, y ninguno de los países de la Trilateral está en Eurasia. Eurasia es algo que deben “cazarlo” entre todos, es muy grande hasta para Estados Unidos Hay que tener cuidado con “Zbig” porque no habla por sí, habla por David Rockefeller y el senador Jay Rockefeller es el presidente del Comité de Inteligencia del Senado.

Acá es posible que haya habido una maniobra -al margen de Rockefeller- y donde intervinieron la derecha israelí, los neocons, la derecha cristiana de Estados Unidos (pro-sionista), “nacionalistas” agresivos como Rumsfeld, petroleros menores que quedaban al margen de los repartos como Cheney, por supuesto el lobby industrial-militar que nunca desdeña una guerra, no importa cómo esto perjudique a Estados Unidos, una montaña de intereses que se le fue de control al CFR y a la Trilateral: vieron la posibilidad de quedarse ellos con el petróleo de Irak -marginando a franceses de Total (y alemanes detrás), a rusos (Yukos Oil) y chinos (National Oil).

Dentro de Estados Unidos ya hay un enfrentamiento muy complejo donde ya no sirven las categorías Demócrata-Republicano, porque hay demócratas pro-guerra y republicanos anti-guerra. No sirven estas categorías porque, desde el principio la guerra se hizo para que “calce como un guante” a la estrategia de Israel, que no es la de la Trilateral.

Es una guerra muy compleja que se libra en muchos planos. En el plano financiero está la hegemonía del dólar que empieza a ser cuestionada como moneda de reserva, y que ya se está jugando en la “interna” de los bancos centrales de Basilea. Y Estados Unidos está peleando sobre una burbuja artificial que se puede pinchar en la medida en que chinos, rusos y otros comiencen a retirarse del dólar para pasar a otras reservas. Estados Unidos tiene el 25% del PBI mundial pero los 2/3 del comercio del mundo se hacen en dólares. Es una moneda sobre-representada.

Detrás del valor del dólar, que es político y no económico, hay una economía decadente que no justifica el valor de su moneda. En 1973, cuando se retiraron de Vietnam, eran el primer acreedor mundial. Hoy tienen la mayor deuda externa u$s 8.9 billones. En 1973 su gasto fiscal estaba equilibrado. Hoy tiene un déficit superior a los u$s 800.000 millones. En 1973 tenía la mayor balanza comercial en cuanto a productos industriales. Hoy tiene un déficit de u$s 860.000 millones. En 1973 era dependiente del petróleo extranjero en un 30%. Hoy depende en un 65%.

Si cualquier país del Tercer Mundo tuviera deficiencias proporcionales a esa, el FMI y el Banco Mundial no dudarían en aplicarle durísimos medidas de austeridad como nunca se conocieron en el Tercer Mundo desde 1944. Pero Estados Unidos es el único país del mundo ¡que tiene deuda externa en su propia moneda! Cuando tiene déficit, no vacila en hacer funcional la máquina de imprimir, y para sostener el valor de los nuevos billetes, lanza Bonos de Tesorería que entre otros, chinos, japoneses, coreanos y sauditas, compran para poder seguir vendiendo al mercado de Estados Unidos

Las reservas del Banco Central de China ya llegaron al billón de dólares en billetes y bonos. Los chinos ya anunciaron en diciembre el “¡no va más!” y que no pensaban ahorrar un dólar más. En enero anunciaron el cambio de un 20% de reservas de dólares para pasar a una “canasta de monedas” no dólar, lo cual atenta contra el valor del dólar –y una inflación- en un momento en que Estados Unidos arriesga una guerra en Medio Oriente, lugar desde donde China y Japón traen gran parte de su petróleo.

China y Japón son los grandes acreedores de Estados Unidos con u$s 875.000 millones y u$s 853.000 millones respectivamente. Pero a su vez entre ellos tienen un comercio gigantesco y creciente y se han preguntado “¿por qué entre nosotros tenemos que comerciar en dólares?” y para el actual 2007, han renunciado al dólar como moneda de intercambio, lo cual valorizaría al yen y al yuan en relación al dólar.

Pero no sólo ellos, sino que coreanos y taiwaneses también adhieren a la idea, y los cuatro países empiezan a trabajar en la “Unidad Monetaria Asiática” (ACU), una moneda de intercambio inter-asiática que también serviría para créditos bancarios, desplazando otra vez al dólar. Y así de a poco se va produciendo el colapso del dólar que en algún momento repercutirá dentro de Estados Unidos en forma de gran inflación respecto al petróleo importado y luego en una recesión interna.

Pero no sólo eso, sino que ya rusos y chinos han renunciado al dólar como moneda de intercambio entre ellos y de a poco se sumará el resto de la Organización de Cooperación de Shangai junto a Irán e India. Y son unos cuantos millones.

¿Por qué los sudamericanos entre nosotros debemos comerciar en dólares? Si los argentinos compramos gas oil a los venezolanos, lo lógico en que paguemos en bolívares, y si los venezolanos nos compran algo, lo lógico será que paguen en pesos, y luego sumemos a los brasileños, uruguayos y paraguayos, y llegaremos a la misma conclusión que chinos, japoneses y coreanos: debemos tener una Unidad de Moneda Mercosur, no sólo para intercambio, sino para préstamos entre nosotros. Aunque me juego que la idea ya está rondando la cabeza de Hugo Chávez y se vuelve otro peligro para la hegemonía del dólar.

Una de las “patas” del sistema hegemónico, es comprar petróleo en la moneda que emite Estados Unidos Y los europeos se preguntan “¿por qué Estados Unidos si, y la Unión Europea con un PBI igual/mayor, y con una moneda mucho más sana no puede?”. Se lo pregunta nada menos que el holandés William Duisenberg, que es nada menos que el presidente del Banco Central Europeo y a cargo de la emisión de los euros que compiten con los dólares. Y eso nos lleva a la “interna” de los Bancos Centrales reunida en el Bank for International Settlements (Basilea), la lucha entre Bernanke de la Reserva Federal y William Duisenberg con apoyo franco-germano. Por ahora vaya uno a saber cómo jugará el gobernador del Bank of England, Marvin King, Esq. (Esquire, “escudero”, plebeyo que sólo ascendió al primer escalón. Si juega bien, la reina lo hará “Sir”). El japonés Toshihiko Fukui (Bank of Japan), agazapado como samurai de Akiro Kurosawa, escucha y espera el momento de entrar en combate.

Petróleo por euros, los europeos ya lo habían propuesto en época de Yeltsin, pero Rusia estaba muy débil para correr semejante riesgo. Ahora su Banco Central tiene la 5ta. reserva de moneda extranjera del mundo, son el 2do. exportador mundial de petróleo, el primero de gas, han vuelto a ser el 2do. exportador de armas, es decir, ya han hecho lo suficiente para reiniciar la Guerra Fría II.

Y en esta Guerra Fría II, debemos pasar del Primer Frente de Guerra que preocupaba a Fidel Castro en la universidad de Córdoba en julio 2006 –la moneda hegemónica para mantener el imperio– al Segundo Frente de Guerra: los nuevos mercados que usarán monedas que no sean el dólar.

Lo que se juega acá es el control de los mercados y en qué moneda se harán los intercambios. Es lo que preocupaba a Ernesto “Che” Guevara en Argel (26 febrero de 1965): no sirve de mucho lograr el socialismo en un país del Tercer Mundo si luego, con su producto debe concurrir a un mercado internacional controlado por anglo-americanos, negociar en una moneda que no puede emitir (dólar o libra), aceptar el “deterioro de los términos de intercambio” en esa moneda, y hasta terminar endeudado en esa moneda.

En ese momento, frente a africanos y asiáticos, el “Che” denunció a los soviéticos porque en lugar de unirse al Tercer Mundo en luchar por los mercados, se unían a los anglo-americanos para a su vez aprovechar los precios deteriorados por los términos de intercambio y comprar barato. Eso fue una ventaja táctica pero un terrible error estratégico. Con el dólar inflado artificialmente, los Estados Unidos pudieron embarcar a la URSS en una carrera armamentista que no pudo financiar, mientras Estados Unidos combatía imprimiendo billetes.

Cuando el “Che” hacía la denuncia frente al Tercer Mundo, fue su último discurso público, los soviéticos estaban muy enojados. Los chinos aplaudían a rabiar. En ese momento Vladimir Putin era un adolescente de 13 años, leía novelas y películas de espionaje como Diecisiete instantes de una primavera y soñaba con ingresar a la KGB.

Con la implosión de la URSS , esa nueva generación de KGB debió hacer una profunda autocrítica sobre los errores de la vieja burocracia, porqué Rusia había caído a un nivel “tercer mundo”, y cómo recuperarse de tal caída. Y por la forma en que reaccionaron, es indudable que algún analista de inteligencia estratégica leyó la obra del “Che” condenada por la anterior jefatura de KGB.

En mayo del 2007, con la apertura de la Bolsa de San Petersburgo para petróleo y gas, habrá comenzado de hecho, no de palabra, la reivindicación del “Che” Guevara, el comercio de petróleo y gas, la principal commodity que se vende al Primer Mundo, y en una moneda que no es dólar, quizás euro o rublo. Pero no sólo eso, Venezuela e Irán por ejemplo, también podrán concurrir a San Petersburgo a vender en euros. Y habrán dado otro golpe a la hegemonía del dólar. Hasta el momento, el monopolio del mercado de petróleo y gas lo tienen Nueva York y Londres, ambos en dólares, y es la razón por la cual muchos países se ven obligados a negociar en dólares. Eso termina, de a poco, en mayo de 2007. El Titanic está a pocos metros del iceberg y sin espacio para maniobrar.

El otro mercado de petróleo, quizás una de las mayores causas del inminente ataque a Irán, es la Bolsa de la Isla Kish (frente a Kuwait) y donde están instalados muchos bancos europeos y asiáticos, junto a petroleras como Total de Francia, Agip de Italia y Shell de Gran Bretaña. Mientras Estados Unidos presiona a los japoneses para que se vayan de Irán, Shell y Repsol (con British Petroleum detrás) anuncian el jueves que comienzan a invertir en Irán, ¿a que juegan las petroleras inglesas?

Estados Unidos tiene solo el 2% de las reservas mundiales de petróleo. Irán tiene el 12% de las reservas mundiales. Si los iraníes le negociaran a los ingleses 1/6 de sus reservas, por más que Estados Unidos los sancionara echándolos de su territorio, los ingleses quedarían con tantas reservas como las que hoy tiene Estados Unidos en su conjunto.

Todo empezó con Haushoffer

Aunque no lo diga, es indudable que Brzezinski está muy enojado por la forma en que, influido por la derecha israelí, el gobierno republicano pone en grave riesgo toda su geopolítica. Una de las contradicciones entre Israel y los intereses de Estados Unidos que defiende Brzezinski, es que para Israel, lo inmediato y urgente es enfrentar el poder árabe. Su visión es regional –Medio Oriente– y posterga objetivos mayores: Eurasia.

Brzezinski, no se puede negar que es un estratega de primera clase, toma como objetivo principal y a nivel mundial, en control de Eurasia, y a este objetivo mayor subordina las urgencias de Israel a un nivel regional y menor. Escribía Brzezinski para el New York Council on Foreign Relations y en su revista Foreign Affairs de septiembre / octubre 1997:

Eurasia es la casa de la mayoría de los estados políticamente asertivos y dinámicos del mundo. Todos los pretendientes históricos al poder global se han originado en Eurasia. Los más populosos aspirantes a la hegemonía regional, China e India, están en Eurasia, como lo son todos los potenciales desafiantes políticos o económicos a la primacía americana. Después de Estados Unidos, las próximas seis economías más grandes y gastadoras en lo militar siguen allí, como lo son todos menos uno de los poderes nucleares abiertos del mundo, y todos menos uno de los encubiertos. Eurasia cuenta con el 75% de la población del mundo, 60% de su PNB [producto nacional bruto], y 75% de sus recursos de energía. Colectivamente, el poder potencial de Eurasia ensombrece hasta América.

Sin controlar a Eurasia -es la línea de geopolíticos como Sir Halford Mckinder, Karl Haushofer y ahora Brzezinski- no se puede controlar nada y el “imperio naval” (USA/UK) estará siempre en peligro y minoritario. Y la pesadilla “naval” es la unión de Eurasia, cosa que empezó a suceder cuando chinos, rusos y las cinco repúblicas centro asiáticas, reaccionando ante la invasión de Irak, crearon la Organización de Cooperación de Shanghai, a la que se unieron iraníes e indios en calidad de observadores. Para Brzezinski, la invasión de Irak provocó un desastre geopolítico.

En este escenario mayor, Eurasia, Brzezinski –polaco al fin– sabe que Rusia, no Irán, es el enemigo principal. Mientras Rusia siga entera subsistirá el peligro. En El gran tablero de ajedrez, su obra sobre geopolítica en Eurasia, Brzezinski dice que Occidente no estará seguro hasta que el actual territorio ruso se subdivida en tres Estados por lo menos. Y dentro de este cuadro es notable como, con objetivos opuestos, coinciden Brzezinski con el muy ruso general Leonid Ivashov (3): “(Los anglo-americanos) quieren hacer de Rusia un delgado país arrinconado en el norte”, y sigue propugnando una política de alianzas hacia el Asia Central y la defensa de Irán que, al fin y al cabo, tiene las “aguas calientes” que buscaba Pedro el Grande.

No sería nada extraño que el ex capitán KGB Vladimir Putin, destacado en Dresden durante toda la década del 80 como analista de Inteligencia Estratégica, con acceso a los grandes teóricos en alemán (es el idioma extranjero que menor maneja), haya sido quizás “el mejor alumno de Karl Haushofer”. Y haciendo un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Aptitudes), propias y enemigas, haya mejorado la concepción de Haushofer agregando a la “comunicación inter-euroasiática”, el transporte de energía desde el corazón de Siberia y el Mar de Barents, hasta el centro y sur de Europa, China, y el Pacífico-Lejano Oriente, para lo cual desaloja a Exxon Mobil de Sakhalin I y a Shell de Sakhalin II.

Putin es indudablemente mucho mejor alumno de Haushofer que Adolf Hitler, que lo conoció de segunda mano por Rudolf Hess, y no lo comprendió porque intentó llegar al heartland por medios militares y fue derrotado en Stalingrado. En cambio Putin llega a Berlín por medios comerciales y provocando divisiones dentro de la OTAN , entre los países de la “vieja Europa” que se quieren asegurar el gas ruso para los próximos 75 años. Y para esto no vaciló en levantar el proyecto de Shtokman (el campo gasífero más grande el mundo y que hubiera provisto –como fue proyectado originalmente– el consumo total de Estados Unidos durante el próximo medio siglo). Todo esto se desvía a Alemania, como asegurado a la canciller Merkl, y en la construcción del gasoducto por debajo del Báltico (que esquiva a Polonia, fiel aliada de Estados Unidos), y el presidente de esta empresa (50% rusa y 50% alemana) es el ex canciller (socialdemócrata) Gerhardt Schröder. Todo esto asegurado por un aparato militar que sigue siendo el único capaz de enfrentar a Estados Unidos, cosa del cual carecen los países islámicos productores de gas-petróleo.

Geopolíticos alemanes –adversarios de George Soros– lo han comprendido y le dan la bienvenida como Wilheim Engdahl (4). Respecto a Francia –cada vez más aliada a Alemania– esta depende del gas argelino, país con quien Rusia ha sellado una alianza estratégica y nuevamente es su mayor proveedora de armas. Y ya empiezan en Francia las voces opositoras a la OTAN que, en la cumbre de Riva de noviembre 2006, demostró que sigue unida en lo formal pero fuertemente dividida en el objetivo estratégico.

No podemos decir “OTAN” porque la “nueva Europa” (ex Pacto de Varsovia) está alineada con Estados Unidos y la “vieja Europa” (Francia, Alemania, Bélgica) no arriesgará el suministro de petróleo-gas que le ofrece Putin, ni tampoco las posibilidades de inversión dentro de Rusia que vienen en el paquete.

Los alemanes califican la estrategia de Putin como “geopolítica de la energía”, tendiente a una nueva alianza entre grandes productores, de hecho ya está con Irán y Venezuela, pero ahora sumando a Argelia e Indonesia. Y esto le da de inicio, sin contar otros países que se pueden sumar por el camino, más del 25% de las reservas petroleras del mundo superando a Arabia Saudita. Y en materia de gas, la ventaja de Rusia es aún mayor porque esta vez sí supera a Arabia. Rusia es al gas lo que Arabia es al petróleo.

Esta alianza de productores se una a una segunda con los grandes consumidores: China, India, Francia, Alemania. Y como van las cosas, a mediano plazo Japón, a quienes aseguran el suministro a plazos estratégicos sin depender de los mercados volátiles de Londres y Nueva York, y todos comerciando en monedas que no son el dólar.

[Continúa mañana]


Notas

(1) Gelman baja el comentario de un sitio trotskista de Estados Unidos: wsws.org

(2) Ali Shaktiari, sociólogo iraní (1933 – 1977). Alguna vez Jean Paul Sastre dijo: “Yo no tengo religión, pero si la tuviera sería la de Shaktiari”. Shaktiari en París conoce los trabajos de Franz Fanon, y sin dejar de ser musulmán, incorpora muchos de sus conceptos a la visión chiita de los oprimidos. Su trabajo “Chiísmo rojo (del martirio) o chiísmo negro (del luto)” tuvo un efecto similar dentro de Irán al que tuvo “Los condenados de la tierra” de Fanon en África. El presidente Ahmedinajad, lo conoció al ingresar en la Universidad de Teherán y hoy con su línea dura y apoyo popular, es el líder del chiísmo ‘rojo’

(3) Leonid Gregorievich Ivashov, general de cuatro estrellas, ex ministro de defensa, ex jefe del Estado Mayor Conjunto, destacado en Serbia portavoz militar ruso ante Slobodan Milosevic, defensor del papel que debe jugar la Iglesia Ortodoxa en la unidad de los eslavos, actual presidente de la Academia de Asuntos Geopolíticos, e indudablemente un “halcón” anti-globalizador.

(4) “La emergencia del gigante ruso”.

(Segunda y última parte)


Edgar Schmid

Estallan las contradicciones:
desde Lenin a Brzezinski

En 1914 Lenin consideró que las contradicciones inter-imperialistas llevaban a la guerra mundial. Desde que Cecil Rhodes fundó la Round Table (5 febrero 1891) (1), y sus seguidores en Gran Bretaña y Estados Unidos, lo que hoy es Council of Foreign Relations –Royal Institute of International Affairs (organización gemela aunque con nombres distintos en Nueva York y Londres), los ingleses han visto esto y se fueron preparando para “limar” las contradicciones entre su oligarquía y el sector financiero de Estados Unidos, marginando de estas decisiones en control de las relaciones exteriores y las finanzas, a los sectores socio-económicos aislacionistas de Estados Unidos, que no irían a una Primera Guerra Mundial.

Para la década de 1930 la influencia del CFR estaba bastante afianzada y el gobierno de F. D. Roosevelt se movió bien para provocar a Japón e ingresar a la Segunda Guerra Mundial junto a Gran Bretaña.

A partir de la posguerra, las élites de Estados Unidos y Gran Bretaña se movieron para organizar el Grupo Bilderberg que terminó “limando las diferencias” entre las burguesías anglo-americanas y europeas, con vistas no sólo a enfrentar a la URSS sino también a reorganizar a Europa como hoy la vemos en la Unión Europea, un bloque de poder igual/mayor que Estados Unidos. Un gigante económico pero mucho más chico en lo militar y político.

La guerra de Vietnam demostró la necesidad de incorporar burguesías asiáticas, comenzando por Japón. Con este fin los hermanos Nelson y David Rockefeller le encargaron a Brzezinski la organización de la Trilateral Commission que se inauguró en Tokio en abril de 1974. Con el trabajo de Carla Hills organizando el Grupo Williamsburg (el Bilderberg asiático) se incorporaron las burguesías de Malasia, Singapur, Indonesia, Tailandia, Corea, Australia-nueva Zelanda, Taiwán.

Y así, limando las contradicciones que señalaba Lenin en 1914, cada burguesía dirigiendo su Estado y llevándolo a una guerra mundial, todos ellos en equipo, todos ellos pudieron actuar en conjunto para provocar el colapso de la URSS y Europa Oriental, y así entrar en la globalización. Era un aparato para provocar consenso y discutir repartos sin que “la sangre llegue al río”.

¿Qué falló?

Si bien son muchos los banqueros, políticos y empresarios de origen judío que participaron en esta saga desde 1891, empezando por Lord Rothschild, la “derecha israelí” nunca se sintió representada y de hecho siempre se sintió como relegada en las decisiones que se tomaban a tal nivel y frente a las urgencias y apetencias que tenía en Medio Oriente.

Pero al mismo tiempo esta derecha israelí estaba muy representada en Estados Unidos, fue haciendo crecer su influencia en los medios de comunicación, el partido republicano, la derecha cristiana, los petroleros que no tienen la envergadura de las Exxon-Mobil, el complejo militar-industrial. Y esto no lo denuncio yo sino James Petras (2), a quien nadie puede tildar de neo-nazi pero se enfrenta a Noam Chomsky a quien acusa de apañar al “lobby israelí” y llevar a Estados Unidos al desastre. Las contradicciones estallan hasta entre los “gurúes” de la izquierda de Estados Unidos.

Con la llegada de los neo-conservadores al gobierno, impulsado por “tanques de pensadores” de la línea dura como el Ariel Center for Policy Research de Tel Aviv, o el Advanced Strategic and Political Studies, de Jerusalén, las cosas cambiaron. A este último pertenece bajo Richard Perle al mismo tiempo que al AIPAC (American Israel Proyecto for American Century) y de allí al equipo dentro del Pentágono planificando la guerra, bajo Paul Wolfowitz (ex Banco Mundial), Richard Perle y otros. A partir de ese momento la guerra no se planifica bajo el concepto de Brzezinski (objetivo Eurasia) sino de la “derecha israelí” (objetivo Medio Oriente).

Luego, respondiendo las preguntas de los senadores, Brzezinski dice: “un escenario plausible para un choque militar con Irán: bastaría que el gobierno iraquí no cumpliera sus metas, a lo que seguirían acusaciones de la responsabilidad iraní en tal fracaso, luego alguna provocación en Irak o un acto terrorista en Estados Unidos del que se culparía a Irán, y esto culminaría con una acción militar norteamericana ‘defensiva’ contra Irán que hundiría a un Estados Unidos solitario en una pesadilla cada vez más grande y profunda… “

Es mucho lo que se ha escrito sobre el 9-11 y su posibilidad de ‘trabajo interno’, ha llevado libros enteros. Pero esta es la primera vez que un connotado miembro del establishment estadounidense sugiere la posibilidad de un auto-atentado en territorio de Estados Unidos para justificar una guerra contra Irán (en lo cual también coincide con el general Ivashov) y la forma en que se lo ha utilizado en un país con tradiciones de atentados que justifican la entrada en una guerra, el hundimiento del Maine en 1898, el hundimiento del Lusitania en 1915, los “puntos oscuros” de Pearl Harbor” en 1941, el Golfo de Tonkin en 1965.

La primer contradicción que le estalla a Brzezinski sería entre un Establishment globalizador y una derecha israelí que se siente postergada y golpea desde adentro de Estados Unidos. Y a partir de este momento empiezan a estallar contradicciones internas en todos los actores estratégicos.

Cuando Lenin escribía en 1914, las contradicciones eran entre Estados imperialistas. Hoy son dentro de los Estados imperialistas.

Ni siquiera podemos decir “Rothschild” a secas, porque, mientras Lord Jacob Rothschild de Londres cree que el poder está en el petróleo, y se pone en línea con Bush y Cheney, su primo francés, el barón David de Rothschild de París sigue opinando que el poder está en el oro, y se hizo cargo del Mercado de Oro en Londres y en consonancia con la “ortodoxia” de Bilderberg.

¿Verano de 1914?

Es posible que estemos como en el verano (norte) de 1914 cuando fue asesinado el archiduque Fernando de Austria. Hacía décadas que los terroristas venían cometiendo magnicidios, pero en ese momento había tantos elementos inflamables acumulados que fue una pequeña chispa que causó el gran incendio.

Como hoy los neo-conservadores que ven lo regional y no lo general, la élite austriaca estaba obsesionada por los Balcanes y descuidaba al resto de Europa. Bastó el atentado al archiduque (como ahora las Torres Gemelas), para que los austriacos culparan a la “Mano Negra” de Serbia (como ahora a al-Qaeda) y se lanzaran contra un pequeño país como Serbia (como ya lo hicieron contra Irak y posiblemente contra Irán).

Rusia se está reponiendo de la década del ’90 en la misma forma en que el zar se reponía de la derrota frente a Japón de 1905. No irá a atacar a Estados Unidos como el zar lo hizo con Austria, pero tampoco se quedará de brazos cruzados como sucedió frente a Irak, porque en una situación de muchísima más debilidad, no lo hicieron cuando Clinton atacó a Serbia.

¿Habrá guerra?

En la primera quincena de junio de 1941, Stalin estaba convencido que un ataque alemán a la URSS sería un error estratégico tan grande, que desechaba todos los informes que les traían sus generales como “provocación inglesa.” Pero la estupidez no tiene límites y no hay informe de inteligencia que pueda anticiparla. Hitler atacó, dando la razón a corto plazo a los generales, y Alemania quedó totalmente destruida, dando la razón a Stalin a largo plazo.

Israel tiene una buena Inteligencia, pero no es el “mito infalible” que pinta la propaganda. Ha tenidos fallas como la Guerra del Yom Kippur de 1973, la falla estratégica a largo plazo de invadir Líbano en 1982, y por ultimo la desastrosa batalla del sur del Líbano en julio-agosto de 2006.

En la Edad Media , un clavo mal puesto, una herradura que perdía el rey en medio de la batalla, podía significar la pérdida de un reino y un rey como Ricardo III gritando: “Mi reino por un caballo.” Hoy, un oficial que evalúe mal la última bazuka rusa y su capacidad de perforación de tanques, puede llevar a una seria derrota.

Ahora es muy posible que, que buscando una ventaja táctica de Israel provoquen una derrota estratégica para Estados Unidos. El general Ivashov está anticipando el ataque a Irán para cuando empiece la primavera (norte) después del 21 de marzo, antes de que Tony Blair se retire. Y si como en la Guerra del Golfo I, el bombardeo comienza con Luna Llena, entonces el ataque comenzaría el martes 17 de abril a las 0200, hora de Teherán.

El coronel Sam Gardiner, retirado de Fuerza Aérea que enseñó estrategia en la National War College ha estado dirigiendo un juego guerra simulado Irán-Estados Unidos para hacedores de política durante los últimos cinco años. Virtualmente cada vez que él dirige el juego, dice Gardiner, se despliega un guión de la pesadilla similar: el ataque americano, no importa cómo exitoso sea, provoca una variedad de venganzas asimétricas por Teherán.

Primero viene el terrorismo: La reacción inicial de Irán al los golpes aéreos podría ser un ataque de Hezbollah sobre Israel para meter a Israel en la guerra y reunir apoyo público en casa. Luego, Irán podría intentar fomentar tanto daño como posible dentro de las dos naciones en sus flancos, Afganistán e Irak, donde más de 160,000 americanos tienen un sostén tenue en las poblaciones locales. Irán ya tuvo sociedad con “señores de guerra” en Afganistán occidental, donde la autoridad militar de Estados Unidos nunca ha sido fuerte. Sería un paso darle ayuda al Talibán para ganar fuerza en el sur. Entretanto, Teherán tiene eslabones a los grupos principales en Irak que darían la bienvenida a dinero y armas simplemente para fortalecerse contra sus rivales. Los analistas creen que Irán puede en poco tiempo puede orquestar un aumento dramático en número y severidad de ataques a las tropas americanas en Irak. Como Syed Ayad, clérigo Shi’ita miembro del Parlamento iraquí dice: “América posee el cielo de Irak con sus Apaches, pero Irán posee la tierra.”

El Golfo Pérsico, un atasco en días normales, se volvería un estacionamiento. Irán podría plantar las minas y lanzar docenas de barcos armados en el cuello de botella, ahogar las rutas navales en el estrecho de Ormuz y causar una quiebra masiva del tráfico de petróleo. Una operación de minado iraní de baja importancia en 1987 obligó a Estados Unidos a re-embanderar petroleros kuwaitíes y escoltarlos, en filas de lento movimiento de uno y dos, de arriba abajo en el Golfo Pérsico. Una operación más intensa enviaría quizás los precios de petróleo encima de los $100 por barril. – lo que puede explicar por qué la Armada quiere estar segura que su pequeña flota de dragaminas está lista para entrar en acción al momento. Es improbable que Irán cerrara su propio espiche de petróleo o detendría sus exportaciones por tuberías en tierra, pero podría enviar su gente en Irak y Arabia Saudita para atacar tuberías, pozos y embarque en esos países, estrangular el suministro más y levantar los precios.

A su vez estima el general Victor Corpus, ex jefe de Inteligencia de Filipinas:

América es ahora un 75% dependiente del petróleo importado extranjero. Casi 23.5% del suministro de petróleo importado de América viene del Golfo Pérsico. Para cortar este suministro de petróleo, Irán puede simplemente minar el Estrecho de Ormuz y puede usar minas del mar surgentes desde el fondo (bottom-rising sea mines). Vale la pena notar que Irán tiene el cuarto inventario más grande del mundo de minas del mar, después de China, Rusia y Estados Unidos.

Combinado con las minas de mar, Irán también puede bloquear el estrecho con los proyectiles crucero supersónico como Yakhonts, Moskits, Granits y Brahmos en la Isla Abu Musa y todo el litoral escabroso y montañoso de Irán frente al Golfo Pérsico. Esta sola acción puede poner a América de rodillas. No sólo América sino Japón (qué deriva 90% de su suministro de petróleo) y Europa (qué deriva casi 60% de su suministro de petróleo del Golfo Pérsico) serán afectados adversamente.

En caso de un conflicto mayor que involucre la superpotencia América y sus aliados (principalmente Japón y Gran Bretaña) de un lado y China y sus aliados (principalmente Rusia e Irán) en el otro, el papel de Irán se volverá estratégicamente crucial. Irán puede detener totalmente el flujo de petróleo que viene del Golfo Pérsico.

Ese tipo de venganza podría transformar rápidamente una misión americana relativamente limitada a Irán al involucrar un cambio de régimen mucho más complicado. Un Irán determinado a usar todas sus armas disponibles para contraatacar a Estados Unidos y sus aliados presentaría un desafío al prestigio americano que sería probable que ningún Comandante en Jefe tolere por mucho tiempo.

El general Abizaid, ex jefe del Centcom, escogió sus palabras cuidadosamente el pasado de mayo. “Mire, cualquier guerra con un país que es tan grande como Irán, que tiene una capacidad terrorista a lo largo de sus fronteras, que tienen una capacidad de proyectil que es externa a sus propias fronteras y que tiene la capacidad de afectar los mercados de petróleo del mundo, es algo que todos necesitamos contemplar con un gran grado de claridad.”

Y hasta ahí lo puramente militar sin ver lo financiero. Supongamos que China con una reserva estratégica que no llega a un mes, cortado su suministro, decide empezar a vaciar al mercado sus reservas de dólares, u$s 800.000 mills. El impacto se siente y provoca una corrida similar en Japón y Corea que están en situación similar. Esto hace que los demás Bancos Centrales sigan en la misma ruta saliendo de un dólar que cae.

Pero a su vez, las miradas se vuelven a los países que sí siguen entregando petróleo al mercado. Cortado el suministro de Arabia y demás Estados del Golfo, las miradas se vuelven a Rusia que pasa de ser el segundo a primer exportados. Y esta a los europeos no les pide dólares en baja sino euros que se están en suba. Y los europeos aceptan y de paso vacían al mercado sus reservas de dólares. Y a su vez Venezuela que sigue exportando, ahora también comienza a pedir euros. ¿Hasta que punto no se provoca una inflación, o quizás algo cercano a la hiperinflación dentro de Estados Unidos?

Tarde o temprano el euro terminará reemplazando al dólar como este reemplazó a la libra en la década del ‘30. El poder volvería a Europa.

¿Y a los argentinos qué nos importa?

Existe la posibilidad del corte de petróleo más grande desde la guerra del Yom Kippur (octubre 1973), y una debacle financiera mucho peor aún. En aquel momento Perón y Gelbard tenían un plan económico bien armado pero la crisis los sorprendió y el plan de reactivación no pudo funcionar.

Hoy a diferencia de Perón, no tenemos una clase dirigencia con sentido de “grandeza”. El general De Gaulle (3) explicaba como la falta de “grandeur” de la clase política influyo en la estrategia de Francia posterior a 1918, como se atrincheraron en la Línea Maginot “para mirar a Europa central a través de sus troneras”, y sintiéndose seguros se dedicaron a sus mezquinos intereses individuales ignorando los cambios externos y volviéndose cada vez más incapaces de afrontar los desafíos que se levantaban. Los militares siguieron disciplinados a esta clase política y no pudieron evitar la ocupación de 1940.

No tenemos una clase política con “grandeur”, sus visiones a largo plazo no van más allá de las próximas elecciones.

“Yo sigo en mis trece, en las mismas trece de antes. A mi me interesa la Liberación Nacional. No me interesa la lucha política como lucha de segundo plano que se desarrolla como lucha de ratones bajo la gran hegemonía de los capitales y de la diplomacia extranjera”: Scalabrini Ortiz - 1944

Lo que vivimos es “lucha de ratones.” Su discurso no se basa en encarar las dinámicas condiciones cambiantes de la geopolítica, sino en machacar “ideologías” que nada tienen que ver con las realidades mundiales. La “geopolítica” actual no va más allá de apoyar o no a los piqueteros de Gualeguaychú, creando un nefasto conflicto con Uruguay, mientras se descuida totalmente en accionar británico en el Atlántico Sur.

No existe una Inteligencia Estratégica como la de ABIN (Agencia Brasileña de Inteligencia Nacional), tampoco como la que demuestra con hechos, el accionar de Hugo Chávez. Todos los esfuerzos de inteligencia se destinan a “operaciones” para desacreditar periodistas y opositores muchas veces a nivel municipal.

Recemos para que la guerra no estalle, para que la crisis del petróleo e hiperinflación no llegue, porque pagaremos muy caro la falta de “grandeur” de nuestra clase política.



Notas

(1) Tragedy and Hope, Caroll Quigley.

(2) Noam Chomsky y el lobby pro israelí: catorce tesis erróneas.

(3) Memoires de guerre.


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