domingo, 28 de octubre de 2018

Avicena: El polímata musulmán medieval


Avicena: El polímata musulmán medieval


(Abu'Ali al-Husayn ibn'abd Allah ibn Sina; Bujara, actual Irán, 980 - Hamadan, id., 1037) Médico y filósofo persa es considerado, junto a Averroes, la más destacada figura de la filosofía árabe medieval.



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Por: Annur TV@annurtv annurcontenidos@gmail.com


Los trabajos de ibn Sina (Avicena es una latinización de su nombre) abarcaron todos los campos del saber científico y artístico de su tiempo, e influyeron en el pensamiento escolástico de la Europa medieval, especialmente en los franciscanos.

Aún conservando fidelidad al Islam, contribuyó en gran medida a difundir entre los árabes -y, a través de ellos, en los países de Europa-, la herencia filosófica y científica del mundo helénico, ante todo la doctrina de Aristóteles. Avicena hizo mucho para consolidar el pensamiento racional y propagar los conocimientos de las ciencias naturales y de la matemática. En su doctrina filosófica, conserva las tendencias materialistas e idealistas de Aristóteles, retrocediendo, en algunas cuestiones, del aristotelismo hacia el neoplatonismo. Avicena desarrolló por sí mismo la lógica, la física y la metafísica de Aristóteles. Reconocía el carácter eterno de la materia, a la que veía como causa de la diversidad de las cosas singulares, se manifestó contra las supersticiones astrológicas y de otro tipo. Su obra principal, "Dònish-Nameh"("Libro del saber"), contiene una exposición sucinta de sus concepciones lógicas y físicas.


Avicena, genio universal

AI-Shaq al-Rais, “el primero de los sabios”: así se llamaba en Oriente a Abu Ah al-Hosain Ibn Sina, conocido en Occidente con el nombre de Avicena. Figura entre los personajes más extraordinarios de la historia de la civilización, caracterizándose por ser un:
Filósofo de sabiduría enciclopédica
Científico
Investigador
Teórico eminente de la medicina
Conocedor de la práctica clínica
Poeta
Músico
Gran visir (primer ministro)
Prisionero cargado de cadenas
Viajero infatigable que recorrió vastas regiones de Asia central y de Persia
Autor de una obra monumental que abarca casi todas las esferas del conocimiento de su época.

Este gran pensador fue también un hombre cuya rectitud y nobleza de carácter han dado origen a muchas leyendas que se han conservado hasta hoy.
Síntesis biográfica

Nace en el año 370 de la Hégira, hace ahora exactamente mil años según el calendario cristiano.

Hijo de Abdallah, funcionario de Balja (en la parte septentrional del Afganistán actual), y de Sitora, hija de un campesino humilde de la pequeña población de Afshana, cerca de Bujara, Avicena fue un ser excepcional desde su infancia.

A los diez años había terminado ya los estudios escolares y podía recitar de memoria todo el Corán. A los dieciséis sus conocimientos de medicina eran tan completos que se le encomendó cuidar de la salud del propio emir de Bujara, cuya curación abrió al joven facultativo las puertas de la célebre biblioteca del emir, conocida con el nombre de “Santuario de la sabiduría”. “Hacia los dieciocho o diecinueve años --contaría más tarde Avicena a su discípulo y biógrafo Yuzyani— estaba ya tan familiarizado con toda la ciencia filosófica, la lógica, la física, las matemáticas, la geometría, la aritmética, la astronomía, la música, la medicina y muchas otras disciplinas que no encontraba a nadie que pudiera igualarme.” Y no se trata de una exageración de su parte, su memoria y la amplitud y la profundidad de sus conocimientos eran en realidad asombrosas.

Cuando se quemó la biblioteca de Bujara, la gente se consolaba diciendo “El Santuario de la Sabiduría no ha perecido: se ha trasladado al cerebro de Al-Shaij al-Rais”.

Si se considera la relativa brevedad de la vida de Avicena (57 años) puede decirse que se trata de un caso de creación titánica.

El sabio escribía o dictaba sus obras en cualquier lugar o circunstancia de día y de noche, en prisión y durante sus viajes, incluso a caballo. Según los cálculos del erudito iraní Said Nafissi, Avicena escribió (o se le atribuyen) 456 libros en árabe y 23 en persa.
Situación política en su nacimiento

Vino al mundo el gran sabio y filósofo en una región del Asia central que entonces formaba parte integrante del Imperio abasida. Este inmenso Estado, fundado en la fe islámica y que se extendía desde los confines del actual Afganistán en el este hasta España en el oeste, comenzaba entonces a desintegrarse políticamente. Varios soberanos, celosos de la independencia de sus respectivos reinos, lograron reducir la influencia en ellos del califa de Bagdad a una simple autoridad simbólica. Pero este desmembramiento, en vez de generar la decadencia cultural, iba a enriquecer la civilización islámica con los aportes culturales y científicos de cada uno de esos nuevos Estados, cuyos soberanos se disputaban la presencia en su territorio de sabios y pensadores.

Tan brillante civilización se propagó pronto por Occidente, siendo uno de los fermentos del Renacimiento europeo. Avicena es una las más eminentes figuras de esa epopeya cultural. Su influencia alcanzó a todo el Islam y, penetrando en Europa a través de la España musulmana o al-Andalus, se mantuvo viva durante varios siglos. Por eso puede considerarse al gran pensador y sabio islámico, situado en una encrucijada de civilizaciones y de épocas diferentes, como un genio de toda la humanidad.

Aportes científicos



En los catálogos de las bibliotecas de diversos países del mundo figuran 160 títulos que han llegado hasta nosotros. En un grabado medieval se representa a Avicena con una corona de laurel, sentado en un trono de pie, a ambos lados aparecen Galeno e Hipócrates lvéase p. 8).

Así el autor anónimo del grabado parece indicar que, si los dos últimos son los padres de la medicina, Avicena es el príncipe indiscutible de esa ciencia, Y tal representación simbólica se justifica plenamente ya que en la Edad Media el nombre de Avicena era prácticamente sinónimo de medicina.

Su obra monumental Canon de la medicina es una síntesis extraordinaria de los conocimientos médicos de su tiempo. Se trata de una auténtica enciclopedia en la que se consignan los descubrimientos de los más eminentes médicos griegos, indios, persas y árabes. La amplitud de criterio del autor, el rigor lógico y la frescura de su pensamiento, la concisión y la claridad extremas de su estillo, su manera original de abordar los grandes problemas tradicionales de la medicina y de exponer y resolver los problemas nuevos que se planteaban en esa esfera, hacen del Canon una obra incomparable.

Tras la invención de la imprenta con tipos móviles, la obra de Avicena rivalizaba con la Biblia en número de ediciones, llegando a ocupar el segundo lugar. Y ello se explica porque en ella Avicena no solamente hace una síntesis magistral de las realizaciones de sus predecesores sino que además enriquece considerablemente la medicina con sus propios descubrimientos y observaciones, por ejemplo:
Fue el primero en describir correctamente la anatomía del ojo humano, explicó con precisión el sistema de los ventrículos y de las válvulas del corzón describió la viruela y el sarampión, enfermedades que no conocian los médicos de la Grecia antigua, hizo un análisis de la diabetes que no difiere prácticamente del que hiciera, ocho siglos más tarde, el especialista inglés Thomas Willis.
Concibió la hipótesis de que en el agua y en la atmósfera existían organismos minúsculos que transmitían ciertas enfermedades infecciosas, hipótesis que fue confirmada en el siglo XVIII por las observaciones de laboratorio del científico holandés Antoriie van Leeuwenhoek (1632-17231.

Las obras de Avicena orientaron el pensamiento occidental en la dirección que iba a dar origen a la ciencia contemporánea.

En efecto, si la Grecia antigua había hecho la síntesis de los valores culturales acumulados hasta entonces, inclusive los de Oriente, y si la cultura del Imperio romano había asimilado elementos del helenismo y de la ciencia de los pueblos orientales, a comienzos de la Edad Media es Avicena quien inicia con su obra un nuevo movimiento cultural que, enriquecido por las fuentes vitalizadoras del pasado, va a pasar de Oriente a Occidente.

Tras haber ganado España, esa corriente llega al sur de Francia desde donde contribuye, en cierta medida, al desarrollo del pensamiento racionalista europeo. Ese proceso alcanza su apogeo en la época de las Cruzadas enriquecida por el aporte de la civilización árabe, la cultura greco-latina vuelve a difundirse por Europa.

El pensamiento de Avicena constituye así uno de los hitos fundamentales en el desarrollo y expansión de una civilización humana única. La concepción científica — racionalista y analítica — de Avicena influye considerablemente en el desarrollo del pensamiento europeo. Como filósofo, arroja nueva luz sobre la lógica de Aristóteles, modificando sensiblemente la problemática del silogismo aristotélico al incluir en ella no solamente los silogismos basados en juicios categóricos sino también los que se fundan en juicios hipotéticos y convencionales.

Aunque las reflexiones de Avicena sobre la inducción, la analogía, la intuición y muchos otros conceptos son de gran interés, importa sobre todo señalar el lugar preeminente que asignaba a la lógica, a la que consideraba como “la piedra de toque de la ciencia”. Para Avicena, es mediante la lógica como “lo desconocido se vuelve inteligible gracias a lo conocido” más aun, “un saber que no ha si- do pesado en la balanza (de la razón( no es incontestable y, por ende, no es un saber auténtico”.

Ya en el siglo XIII el filósofo inglés Rogelio Bacon (1214-1294), uno de los precursores de la ciencia experimental, puso de relieve el aporte de Avicena al desarrollo de la lógica, testimonio particularmente importante puesto que en Avicena la lógica fue siempre inseparable de la experimentación y de la observación. El sabio musulmán fue el primero en exponer una serie de ideas originales que anunciaban futuros descubrimientos, como por ejemplo: el principio de la inercia, que iba a ser enunciado por el físico y astrónomo italiano Galileo (1564-1642) la teoría de la evolución, que iba a desarrollar el naturalista inglés Charles Darwin (1809- 1882), entre otros.

Se sabe, además, que el 24 de mayo de 1032 Avicena observó, sin ayuda de aparato alguno, y describió un fenómeno raro el paso de Venus delante del Sol. Durante mucho tiempo se ha venido creyendo que ese fenómeno fue observado por primera vez, en 1639, por el astrónomo inglés Jeremiah Horroks (1617-1641).

Este error cronológico de seiscientos años exige una seria rectificación de la historia de las ciencias y de la técnica.

Si Avicena fue tan frecuentemente “el primero” es porque dedicó toda su vida y su actividad — ya se trate de medicina o de filosofía, de poesia o de música, de pedagogía o de sociología a un solo objetivo hacer que los hombres sean mejores y más felices.

Tal era para él la finalidad de la filosofía. Y considerando indispensable que haya “entre los hombres normas establecidas de justicia y de derecho”, formuló pensamientos que hacen presentir la idea del “contrato social” desarrollada en el siglo XVIII por Juan Jacobo Rousseau (1712- 17781.

No es pues por casualidad que la segunda obra enciclopédica de Avicena lleva el título de Kitab a/-Shifa (Libro de la curación). Porque si el Canon estaba destinado a la curación del cuerpo, en a/-Shifa se trata de la curación del alma, a fin de que los hombres sean moralmente fuertes y nobles. Las ideas humanistas de Avicena, que encontraba en el hombre una aspiración innata a la belleza y la armonía y veía en el amor el elemento motor de la sociedad, están expuestas en su ‘Tratado del amor” y en sus relatos filosóficos Hayy ibn Yaqzan (El vivo, hijo del despierto), Sa/aman y Absal y At-Tayr (El pájaro). Estas obras han ejercido una influencia enriquecedora en el desarrollo de la literatura de los pueblos de Oriente e incluso en la del Renacimiento europeo.

Algunos estudiosos consideran que, por ejemplo, Dante (1265-1321) recibió a través de las obras de San Alberto Magno una gran influencia de la filosofía greco- árabe, en particular de Averroes (Ibn Rushd), que había adoptado ciertas ideas de Avicena, dándole a conocer en Europa. El propio Dante nombra precisamente a Avicena entre las personas que figuran en la Divina Comedia. Omar Khayyam (muerto hacia 1123), astrónomo y matemático persa, consideraba a Avicena como su maestro, no solaménte en materia de filosofía y de ciencias exactas sino también de poesía. Avicena quien creó ese género nuevo de la poesía persa, el rubayyata de cuatro versos y de inspiración filosófica.

Algunos de sus poemas se han conservado hasta hoy y sorprenden aun por la perfección de su forma y por la profundidad de su inspiración. Se cuenta además que, poco antes de su muerte, Omar Khayyam leía con la mayor atención la parte relativa a la metafísica del “Libro de la curación”.
Muerte

Cuando supo que iba a morir, devolvió la libertad a sus servidores y distribuyó todos sus bienes entre los pobres.

Y fue en el desierto, cerca de la ciudad irania de Hamadán, donde murió el 18 de junio de 1037 (el Ramadán del año 428 de la Hégira).
Leyenda

Según una leyenda, que subsiste todavía hoy, Avicena quiso vencer a la muerte y alcanzar la inmortalidad. Preparó para ello cuarenta productos diferentes que su discípulo debía administrarle, en un orden preciso, en el momento mismo del paso de la vida a la muerte. El discípulo comenzó a cumplir con ardor su tarea y advirtió asombrado que, a medida que inyectaba los medicamentos prescritos en el cuerpo inerte de su maestro, éste perdía su rigidez y rejuvenecía a ojos vistas, el rostro recobraba sus colores, la respiración recomenzaba. Faltaba por administrarle la última ampolla, la que iba a asegurar la resurrección del maestro. No pudiendo dominar su alegría, el discípulo, impaciente y febril, tomó la ampolla, pero le temblaban las manos la dejó caer al suelo y el líquido misterioso se derramó en la arena... Sin embargo, Avicena logró la inmortalidad en la memoria de los hombres.
Vida de un filósofo errante

El material principal para la biografía de Avicena (Ibn Sina) es un librito escrito por su más fiel discípulo, Abu Obaid Yuzyani, quien se encargó cuidadosamente de recoger todos los manuscritos del maestro. La segunda parte de ese librito fue redactada por Yuzyani, pero la primera se la dictó Avicena mismo. En este esbozo autobiográfico, donde el gran sabio habla de su familia, su juventud y sus estudios, aparecen claramente la sorprendente precocidad y la potencia intelectual de quien era muy consciente de su genio.
Mi padre era originario de Bali. Bajo el reinado de Nuh ibn Mansur el Samánida (977-9971 se trasladó de BaIj a Bujara allí trabajó en la administración y llegó a ser prefecto de Jarmaitan, centro de un distrito de la región de Bujara, la antigua metrópoli. En los alrededores de Jarmaitan se encuentra un distrito llamado Afshana. Allí se instaló tras haber contraído matrimonio con mi madre. Allí nacimos yo y, luego, mi hermano. Más tarde nos mudamos todos a Bujara, donde comencé el estudio del Corán y de las bellas letras. A la edad de diez años había termina-do el Corán y una gran parte de las bellas letras, a tal punto que sorprendía a todos. Mi padre era de aquellos que habían respondido favorablemente a la propaganda ismailita de los egipcios y figuraba entre los adeptos de esa secta, habiendo aceptado sus nociones sobre el alma y la razn. Lo mismo había hecho mi hermano. A menudo discutían esos principios, yo les escuchaba, comprendía lo que decían y ellos trataban de ganarme a su rito. También,a veces, se ponían a hablar de filosofía, de geometría y de cálculo indio. Tiempo después, mi padre decidió enviarme a un comerciante en hortalizas que conocía ese cálculo, para que aprendiera de él. En eso, Abu-Abdallah Natili, que presumía de filósofo, vino a Bujara. Mi padre le dio albergue con la esperanza de que me enseñara algo. Antes de su llegada yo estudiaba asiduamente jurisprudencia con lsmail Zahid, y era uno de sus mejores alumnos. Estaba familiarizado con los diversos métodos de interrogación y de objeción que se dirigen al interlocutor, según los procedimientos utilizados por las personas del oficio. Luego, bajo la dirección de Natili, emprendí la lectura del Isagogo (de Porfirio]. Cuando me hubo expuesto la definición de género (“género es la categoría a la que pertenecen muchas cosas cuya especie es diferente”), me puse a analizar esta definición de modo tal que mi maestro jamás había escuchado nada parecido, se sorprendió mucho y disuadió a mi padre de que me destinara a cosa alguna que no fuera la ciencia. Cada problema que mi maestro me planteaba, yo lograba resolverlo mejor que él. Así aprendí de él las partes elementales de la lógica, ciencia cuyas sutilezas se le escapaban. Luego, espontáneamente, me puse a leer libros y a estudiar los comentarios, de suerte que llegué a ser maestro en lógica. Bajo la dirección de Natili leí también la Geometría de Euclides, desde el comienzo hasta la quinta o sexta figura ; en cuanto al resto del libro, llegué a resolver por mí mismo todas las dificultades. Pasé entonces al Almagesto (de Ptolomeo) ; cuando hube terminado los preliminares y había llegado a las figuras geométricas, Natili me dijo “Léelo tú mismo y resuelve los problemas; después me expondrás lo que has leído para que yo distinga en beneficio tuyo lo verdadero de lo falso”. (El pobre hombre no estaba a la altura del libro). Así, pues, me puse a dilucidar el libro por mi cuenta y luego expuse a mi maestro los problemas. IQué de cuestiones difíciles no había logrado resolver Natili hasta entonces y ahora comprendía gracias a mí! Después Natili me dejó, yéndose a Gorgandj. En cuanto a mi, me dediqué a leer y estudiar los Fuzuz-aI’hikam ide al-Farabi] y otros comentarios sobre física y metafísica; y de día en día las puertas de la ciencia se abrían ante mí. Me dediqué luego a la medicina y me puse a leer las obras que se habían escrito sobre esta ciencia. Como la medicina no es una de las ciencias difíciles, pronto mostré mi superioridad en esta materia, a tal punto que médicos muy capaces la estudiaron bajo mi dirección ; además, en cuanto a la práctica, atendía a los enfermos así se abrieron ante mí, de manera indescriptible, las puertas del tratamiento basado en la experiencia. Al mismo tiempo, sostenía discusiones y controversias sobre jurisprudencia. Tenía por entonces dieciséis años. Durante año y medio me dediqué al estudio cada vez con mayor ahinco. Recomencé el de la lógica y el de todas las partes de la filosofía. En todo ese tiempo no dormí una sola noche entera y durante todo el día no me ocupaba de otra cosa que de dominar las ciencias. Adquirí grandes conocimientos. Para cada problema que analizaba establecía sólidamente las bases del silogismo correspondiente y las disponía en relación con el conocimiento adquirido ; luego examinaba lo que podía resultar de las premisas y observaba sus condiciones hasta el momento en que la verdadera solución del problema resultaba indiscutible. Cada vez que me encontraba en apuros frente a un problema o que me sentía incapaz de establecer el término medio de un silogismo, iba a la mezquita, oraba, suplicaba al Creador del Universo que me revelara lo que me parecía hermético y que me facilitara lo que era difícil. Luego, por la noche, volvía a casa, colocaba la lámpara frente a mí, me ponía de nuevo a leer y escribir. Cada vez que el sueño me vencía o que me sentía fatigado, bebía mesuradamente una copa de vino, esperando recobrar mi energía ; después seguía leyendo y, cuando cedía un poco al sueño, veía en sueños precisamente la misma cuestión, de modo que la solución de muchos problemas se me presentó mientras dormía. Y no obré de otra manera hasta que fue sólida la base de mi conocimiento de las ciencias y las dominaba en la medida de nuestras facultades humanas. Todo cuanto aprendí en esa época no ha sido reemplazado por lo que he aprendido más recientemente hasta hoy día. Así llegué a ser maestro en lógica, física y matemáticas. Volví entonces al estudio de la ciencia divina. Leí el libro titulado Metafísica de Aristóteles. Pero no comprendía nada ; las intenciones del autor eran obscuras para mí pese a que releí cuarenta veces el libro de cabo a cabo, hasta saberlo de memoria, no comprendía ni su sentido ni su finalidad desesperaba de comprenderlo por mis propios medios y me dije “Este libro es incomprensible”. Finalmente, pasaba yo un día por el bazar de los libreros. Un comerciarte tenía un libro cuyo precio voceaba, y me lo mostró ; en mi desánimo, lo rechacé, convencido de que ningún provecho había en esa ciencia. El vendedor insistía, diciéndome “Compra este libro es barato, lo vendo por el precio de tres dirham porque su propietario está necesitado”. Se lo compré era el libro Comentarios sob,e la metafísica de Abu-Nasr-al-Farabi. Volví a mi morada y me apresuré a leerlo. En el acto se me revelaron los propósitos que perseguía el autor de aquel otro libro, puesto que lo sabía de me- moría. Regocijado por tal acontecimiento, desde el día siguiente dí generosa limosna a los pobres, en acción de gracias. Por ese tiempo el emir Nuh ibn Mansur, que reinaba en Bujara, adolecía de una grave enfermedad que los médicos no lograban curar. Yo gozaba entre ellos de reputación por la amplitud de mis estudios. Hablaron de mí ante el príncipe y le pidieron que me con- vocara. Me presenté, me uní a los demás médicos para curarle y me distinguí a su servicio. Un día le pedí autorización para entrar en su biblioteca, examinar los libros y leer las obras de medicina. El accedió a mi pedido. Penetré entonces en un palacio formado por muchas cámaras, dispuestas frente a frente, cada una de las cuales contenía cofres llenos de libros —en una cámara, las obras de literatura y de poesía en otra, las de jurisprudencia y cada una de las restantes estaba destinada igualmente a los libros de una misma ciencia. Leí el catálogo de los libros de los Antiguos y pedí todos aquellos que necesitaba. Entre esos libros encontré algunos que muchas personas no conocían ni siquiera de nombre, que yo no había visto hasta entonces y que no he vuelto a ver. Leí pues esas obras, saqué partido de ellas y pude conocer la importancia de cada autor en cada ciencia. Llegado a la edad de dieciocho años, había terminado ya el estudio de todas esas disciplinas. Por entonces, mis conocimientos se debían principalmente a mi memoria, mientras que hoy día mi espíritu es más maduro salvo esto, mi saber es el mismo y nada ha cambiado. Vivía en la vecindad un hombre a quien llamaban Abu’l-Hasan-al-Aruzi, quien me pidió que compusiera para él una enciclopedia científica. Cumpliendo su deseo redacté el Madmu (Compendio) que firmé con su nombre y en el que traté de todas las ciencias con excepción de las matemáticas tenía yo entonces veintiún años. Había otro vecino, originario de Juarezm, llamado AbuBakr al-Baraqui : no tenía igual en jurisprudencia, exégesis del Corán y ascetismo y mostraba una marcada inclinación por las ciencias especulativas. Me pidió que comentara para él sus obras científicas compuse entonces mi libro titulado AI-hasil wa’lmahsu/(El sentido y la esencia), de casi veinte fascículos y para él también redacté un libro sobre la moral que titulé Al-birr wasm (El Bien y el Mal) —dos libros que sólo se podían encontrar en su casa y que él no prestaba a nadie para copiarlos. En esto murió mi padre, cambió mi situación y tuve que entrar al servicio del príncipe. Obligado por la necesidad dejé Bu- jara para trasladarme a Gorgandsh. AbulHosain as-Sohaili, apasionado por las ciencias, era visir del sha de Juarezm, Ah ibn Mamun. Me presenté al príncipe : yo llevaba entonces el atuendo propio de los jurisconsultos : un chal (tailasan) y un pliegue del turbante bajo el mentón. Se me asignó un salario mensual que correspondía a mis talentos. Algún tiempo después, obligado nuevamente por la necesidad, emigré de Juarezm gané los confines del Jorasán, pasando por Nisa, Baverd, Tus, Chaqan, Samangan, Yuryan, Gorgan, todo ello con la intención de presentarme ante el emir Qabus ibn Vaschmgir. Pero aconteció que, mientras tanto, fue detenido y encarcelado en una fortaleza, donde murió. Entonces me fui a Dihistán y caí gravemente enfermo luego volví a Gorgan. Allí, Abu-Obaid Yuzyani trabó amistad conmigo. Sobre mi propia situación compuse un poema (casida) al que pertenecen estos versos Cuando creció no hubo ciudad a mi medida; cuando aumentó mi precio, no tuve quien me comprara.

sábado, 20 de octubre de 2018

Aportes del Islam a la humanidad en farmacología y ciencias naturales.

Por: Annur TV@annurtv annurcontenidos@gmail.com

Aportes del Islam a la humanidad en farmacología y ciencias naturales.


En los hospitales islámicos, donde se aplicaban varios tipos de jarabes, pastas y drogas medicinales, se enseñaba cuáles eran los medicamentos sintéticos, así como a conocer los medicamentos orgánicos que eran de suma importancia.




Farmacología y las ciencias naturales

Por el Profesor Abdul Husein Zarrinkub



En los hospitales islámicos, donde se aplicaban varios tipos de jarabes, pastas y drogas medicinales, se enseñaba cuáles eran los medicamentos sintéticos, así como a conocer los medicamentos orgánicos que eran de suma importancia. Por eso, como se muestra en el libro Saidana —o Saidala— de Al-Biruni[1], Muyiz de Ibn Tilmiz[2] y algunas otras referencias, era común en los hospitales tener personas que se llamaban Saidalani —quienes conocían los medicamentos, sus efectos y también cómo hacerlos—.

En relación a los medicamentos sintéticos, Hunayn Ibn Ishaq había traducido el libro de Galeno al idioma siriaco y Habish luego del siriaco al árabe. Los musulmanes llamaban a estos libros, “Aqrabazin” —de la raíz de la pronunciación griega Craphidin que significa una breve tesis, y muchos de ellos eran habitualmente usados— de origen siriaco o griego, como Aqrabazin de Sabur Ibn Sahl, Aqrabazin de Razi y Aqrabazin de Ibn Tilmiz. Otra obra fue Aqrabazin de un médico llamado Masuye Al-Marandi, el cual fue traducido al latín por un médico judío, y se volvió una referencia para los médicos europeos durante varios siglos y se dice que la misma traducción posteriormente fue la base de la farmacopea europea.[3] Así, tanto en la farmacología como en la medicina, los musulmanes tuvieron la posibilidad de agregar algo a las ciencias de los antiguos. Además, la variedad de territorios islámicos y su amplia extensión desde las fronteras de China a Andalucía, los familiarizó más que a los griegos con diferentes series de medicamentos orgánicos. Aunque la base de la farmacología islámica es griega, la influencia iraní, también es considerable. El nombre de algunos medicamentos, muestra todavía hoy en día la influencia de la doctrina médica de Gondishapur. Posteriormente, durante varios siglos, los cientos de nombres de medicamentos orgánicos, que eran desconocidos para los europeos, ingresaron en la farmacología islámica. Ibn Bitar Maleqi, quien hizo muchas giras investigativas buscando varias plantas medicinales en Andalucía, Norte de África, Egipto, Siria y Asia Menor, nombró mil quinientas especies de medicamentos orgánicos en su libro Al-Yami fil Adwiatil Mufrada, donde quizás más de doscientas variedades eran nuevas y especiales, descubiertas por botánicos musulmanes. El libro de Abu Hanifa Dinevari, el cual fue tomado de Dioscórides, tampoco estuvo exento de información nueva.

El estudio de Dioscórides, familiarizó a los farmaceutas musulmanes con la naturaleza y la investigación científica de las plantas. Ibn Bitar, durante muchos viajes realizó estudios acerca de las diferentes variedades de plantas. Ibn Abi Asibea relata que en compañía de su maestro, Ibn as-Suri, viajó a todas las zonas en los alrededores de Damasco y reconoció muchas plantas nuevas. Él dice que en estas giras portaban las obras de Dioscórides, Galoneo, Ghafiqi y otros sabios. Ibn as-Suri, primero pronunciaba los nombres griegos de las plantas, como fueron escritas por Dioscórides, luego expresaba las opiniones del autor sobre las plantas, sus características y cualidades. Hacía exactamente el mismo trabajo, narrado en los libros de Galeno y otros autores más recientes, y mostraba las contradicciones y errores de ellos. Esto que relata Ibn Abi Asibea, fue un ejemplo de los giros científicos que hacían los botánicos islámicos, donde a veces llevaban consigo a pintores para dibujar a las plantas.

Los médicos musulmanes de España mostraban especial interés en esa carrera. Ghafiqi, quien escribió su libro acerca de los medicamentos orgánicos en el siglo XII, durante muchos años hizo varios estudios y búsquedas en Andalucía y África. Especialmente en el norte de África, descubrió nuevas plantas que nombró a las mismas con nombres indígenas. Mufradat de Ibn Bitar era tan abarcador y exacto que desde la época de Dioscórides hasta el Renacimiento, quizás no existió un libro que lo igualara. De esta manera, en España, los estudios de los musulmanes se realizaron no solo en los libros, sino también en la naturaleza misma, así como no solo para la medicina sino para otras disciplinas como la agricultura e incluso para la industria. Verdaderamente fue allá donde se planteó por primera vez el estudio de las flores regionales y se hicieron viajes de investigación para el desarrollo de la botánica.[4]

Estas investigaciones también tuvieron su influencia en la agricultura. En la ciencia de la agricultura el libro Falahat An-Nabatiya de Ibn Wahshia no tuvo tanta importancia, pero el libro Al-Falaha de Ibn Awam, es un tratado extenso, detallado, científico y de alto valor profesional. Ibn Awam, que vivió en el siglo VI de hégira lunar en Ashbiliya —Sevilla— de Andalucía, tenía un interés especial por los asuntos de la agricultura. Este investigador habló de los diferentes tipos de barros, abonos, injertos y aguas, así como la manera de plantar árboles, de hacer cortes y traslados, cómo regarlos y otros asuntos relacionados; además del método en la preparación de conservas de frutas y la cría de ganado. En este libro, Ibn Awam plasma los resultados de experimentos, los cuales son interesantes con relación a las posibilidades de su época y quizás extrañas. Por ejemplo indica la circulación de la savia en la planta en sus órganos y aclara las diferencias de género (sexo) entre las plantas. También tiene una teoría de la fertilización artificial de las plantas y la existencia de la simpatía o la antipatía entre ellas. Además de la ciencia de la agricultura, en la cual los musulmanes fueron de sus precursores, es considerable la influencia que tuvieron en la familiarización de los europeos con algunas especies de árboles y plantas.[5] Los nombres de estos árboles y plantas en las lenguas europeas, todavía indican sus orígenes orientales. La flor “Tulipán” que se trasladó de Constantinopla a Europa en 1590, conservó su nombre turco como “Tulipe”. Y el melocotón, “Peche” y “Pfersisch” tiene aún su nombre antiguo persa, “Pesica” o “Pérsica”, así como el café que fue llevado a Europea por los otomanos, su forma de consumo se atribuye a Abul-Hasan Shazli, que aparentemente lo recomendó a sus discípulos como una receta para mantenerse despierto por las noches.

Se debe recordar que los musulmanes mientras hacían investigaciones en las plantas y las cualidades de la naturaleza, postularon innovadoras e interesantes teorías sobre la cosmovisión. En la llamada “Historia Natural”, las obras de Al-Yahiz,[6] Demiri y Qazwini, recuerdan las obras de Aristóteles y Plinio el Viejo. Al-Biruni y Avicena, también han mostrado su interés en estos asuntos, como lo demuestra la exactitud y la experiencia de ellos en sus libros, Ash-Shifa, Azar al-Baqiiah, Ma lil Hind, Al-Yamahir entre otros. En las tesis de Ijwan as-Safa,[7] existen dichos sobre los grados de la existencia, así como la cuestión de la influencia del medio ambiente en la creación de los seres vivos, la necesidad de la coincidencia de lo existente con el medio ambiente, y que en el orden de la existencia de los existentes en la Tierra, el ente inanimado tiene prioridad a la planta y la planta al animal.[8] También Al-Mas’udi,[9] el famoso historiador y viajero, Al-Biruni y Avicena, cada uno a su manera, creían que muchas partes del planeta tierra, donde hoy en día se encuentra mar, en algún momento fueron terrenos secos en la antigüedad. Al-Biruni dice que algunas costas de hoy —como la costa de Arabia Saudita y el valle de la India— en la antigüedad yacían en la profundidad del mar. El efecto de los medios naturales en la posición de la tierra tiene importancia ante Avicena y el dulce cuento que narra Qazwini en su libro Azar al-Bilad, es una prueba de esa observación. Friedrich Rückert, poeta alemán, lo adaptó en una agradable poesía. Es importante la atención que ponen Ijwan as-Safa y Al-Biruni en los fósiles de las criaturas marinas, por lo que de esta forma se demuestra cómo los musulmanes unos siglos antes del Renacimiento habían tratado este tema.[10] Sin duda, si las obras de Al-Biruni, —como las de Avicena— hubiesen llegado a Europa en la Edad Media, los europeos mucho antes habrían liderado el conocimiento experimental y el cálculo en algunos temas de la naturaleza.

Fuente: islamoriente.com

jueves, 18 de octubre de 2018

La olvidada historia de la mujer que lideró el 17 de octubre en Berisso


La olvidada historia de la mujer que lideró el 17 de octubre en Berisso

María Bernabitti fue la obrera de Swift que movilizó a una ciudad para lograr la libertad de Perón en 1945. Su nombre quedó olvidado en la historia, que siempre recordó a Cipriano Reyes. Era mujer en un mundo de hombres. Su hija Dora Roldán, cuenta su vida y su lucha

Por Eduardo Anguita17 de octubre de 2018
Por Daniel Cecchini17 de octubre de 2018


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Natalia María Bernabitti de Roldán, tenía 37 años y -aunque su historia haya quedado opacada por la sombra de Cipriano Reyes– fue la mujer que “hizo” el 17 de octubre de 1945 en Berisso


María tenía prohibida la entrada al frigorífico. La habían echado después de la huelga y no la querían ver ni cerca. Sin embargo, aquella mañana del 17 de octubre estaba dispuesta a entrar, como después decían los peronistas: caiga quien caiga y cueste lo que cueste.


El coronel Juan Domingo Perón llevaba cinco días detenido, primero en la isla Martín García y después en el Hospital Militar. Cipriano Reyes, jefe del Partido Laborista y referente de Perón estaba "guardado" en el campo de un amigo en Magdalena, para evitar que lo detuvieran.


La mayoría de los delegados de los frigoríficos Swift y Armour de Berisso habían sido capturados en varias redadas por la policía en los últimos días y los tenían incomunicados en una dependencia de la Prefectura, en el puerto.


María había zafado por ser mujer. Aunque esa mujer fuera la mano derecha de Cipriano Reyes y Perón confiara en ella al punto de delegarle personalmente más de una tarea. María había quedado sin trabajo por ser una de las obreras más combativas del Swift.



Esa mañana del 17 de octubre, sin saber que la fecha sería un parteaguas de la historia argentina, ella tenía apenas el apoyo de algunos hombres y varias mujeres bravas como ella. María tenía miedo, pero se había convencido de que la única manera de liberar a Perón era yendo en masa a Buenos Aires. Tenía miedo de que lo mataran.


-Lo tienen en el Hospital Militar y ahí le ponen una inyección y listo – decía María, inquieta, belicosa.


Los obreros de los frigoríficos la conocían y confiaban en ella. Por eso tenía que ir y hablarles, convencerlos de que salieran. Pero ni siquiera podía entrar. Entonces se le ocurrió una idea.


-Vos, Vicente, agarrá a cuatro o cinco hombres y hacés el que te peleás en la puerta del Swift. Agárrense a las piñas – le dijo a su marido.

María Bernabitti en su casa de Berisso


La maniobra de distracción dio resultado. Los dos vigilantes de la puerta abandonaron el puesto para ver qué pasaba y María se mandó para adentro.


-¡Lo van a matar a Perón, ¿qué están esperando?! – iba diciendo, sección por sección -. ¡Tenemos que ir a Buenos Aires!


-Pero, ¿y los delegados? – preguntó uno de los obreros.


-Los delegados están todos en cana, ¡vamos, vamos! – le gritó María.


Unos minutos después, una marea de obreros empezó a salir del frigorífico. Al frente de todos iba la mujer a la que todos -incluido el mismísimo Perón – llamaban simplemente María.


Su nombre completo era Natalia María Bernabitti de Roldán, tenía 37 años y -aunque su historia haya quedado opacada por la sombra de Cipriano Reyes– fue la mujer que "hizo" el 17 de octubre de 1945 en Berisso.


Hambre en el campo y en la ciudad


En su casa del Barrio Obrero de Berisso, Dora Roldán revive la historia para Infobae. Es una mujer baja pero enérgica, amante de la música, y una activa militante social, peronista de cabeza y de corazón. Es la hija de María y en 1945 tenía 14 años. Sus recuerdos son vívidos y su testimonio es de primera mano porque por entonces -como no tenía con quién dejarla – su madre la llevaba a todas partes.

María Bernabitti y su hija Dora Roldán


Cuenta que la familia –María, Vicente y sus tres hijos– llegó a Berisso en 1933, cuando ella tenía apenas dos años. Venían del campo, donde iban de estancia en estancia trabajando en las cosechas.


-Mi papá cosechaba y mi mamá, con otras mujeres, preparaba la comida para todos. Íbamos donde hubiera trabajo. Por eso mis hermanos y yo nacimos los tres en pueblos distintos – dice.


Su madre le contaba que habían decidido dejar el campo e ir a trabajar a los frigoríficos después de ver morir a un chico de hambre en una estancia cerca de Vedia sin que nadie pudiera ayudarlo. María pensaba que trabajando con la carne las cosas iban a mejorar, pero la realidad que encontraron con Vicente en Berisso fue muy diferente a la que habían tejido en sus ilusiones.


-Los frigoríficos en esa época sacrificaban mucho a la gente. A los rusos que habían venido escapando de la guerra los ponían en fila y agarraban a los más altos, los más grandotes, para trabajar. A los otros los sacaban con una manguera con agua, a los manguerazos, para que se fueran. A los grandotes les podían sacar más el jugo. A los hombres los podían meter en las cámaras frigoríficas. Les daban un cuarto de alcohol fino y los metían, con unas ropitas blancas, así nomás. Y muchos salían derecho al cementerio. Todo eso lo vio mi mamá, pero claro, lo vio una vez que estaba en una fábrica – cuenta.

Dora recuerda cada detalle de lo vivido junto a su madre en esa histórica jornada del 17 de octubre de 1945


Los obreros –hombres y mujeres- trabajaban con contratos por tres meses y después los despedían. Vicente trabajaba en la playa, donde mataban a los animales que llegaban en trenes y en camiones. Tenía que arrastrar medias reses hasta la sección donde se hacía la carne picada.


Los obreros estaban identificados por números y se anotaba en un cartel cuántos kilos había cargado cada hombre. Si no alcanzaban un piso, los suspendían. María trabajaba en la picada, despostando las medias reses. Los hombres ganaban 7 centavos por hora; las mujeres, menos. Apenas si les alcanzaba para sobrevivir y dormir bajo un mal techo. Carne no comían, salvo cuando María o Vicente podían robar un churrasco del frigorífico, a riesgo de perder el trabajo.


-Entonces vivíamos en un conventillo con mis hermanos mayores, en la calle Nueva York, acá en Berisso. Una pieza grande de madera, enfrente una cocinita chiquitita y en la punta una pileta grande donde había que hacer cola para lavar. El baño era a la turca, había que hacer cola también para ir. La dueña del conventillo nos tenía volando. Me acuerdo de que una vez toqué una planta, y la mujer me pegó con una varita en la mano y mi mamá la vio. Mi mamá, que era brava, la encaró y le dio flor de revolcada, parecían dos perros bulldog. Le pegó una paliza bárbara a la turca – recuerda Dora.

Las obreras en Swift durante la década del 40


Cuando el trabajo se cortaba los echaban del conventillo porque no podían pagar y tenían que buscarse otro techo. Para comer se las rebuscaban como podían. Cosechaban fruta de los árboles de la costa y Vicente pescaba anguilas que –dice Dora– tienen el mismo gusto que la merluza, y se metía en el río para pescar sábalos, que cocinaba con ajo y perejil, envueltos en un papel.


Dora y sus hermanos crecieron haciendo esa vida y nada parecía que pudiera cambiarla.


-Pero entonces se produjo el golpe del GOU y conocimos a Perón. Mis primeros zapatos los tuve en 1943, nunca había tenido otra cosa que un par de zapatillas – dice.


Perón fue, precisamente, quien lideró el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) que estuvo detrás del golpe del 4 de junio de 1943 que destituyó al catamarqueño Ramón Castillo y terminó con la llamada Década Infame. El coronel Perón, en poco tiempo era secretario de Trabajo y Previsión Social, luego sumaría los cargos de ministro de Guerra y de vicepresidente de la Nación.


Perón, Cipriano y María


Para entonces, mientras Vicente trabajaba en la playa del Armour, donde ya era delegado de la sección, María seguía trozando carne en la Picada del Frigorífico Swift, donde se distinguía por su carácter combativo.

María junto a Cipriano Reyes


Fue Cipriano Reyes -líder del Partido Laborista, plataforma de despegue político de peró – quien le propuso que fuera delegada gremial y María aceptó sin dudar, apoyada por sus compañeras.


-Perón venía al Sindicato de la Carne a dar instrucciones y hablaba con la gente y les decía que tenía derechos, un lugar en la Tierra, que eran alguien. Yo lo vi y lo escuché varias veces, porque iba con mi mamá a todas partes – cuenta Dora.


También recuerda viajes a Buenos Aires para ir a ver al coronel a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.


-Mi mamá juntaba a las mujeres en una bañadera, como se les decía en aquel tiempo a los colectivos, y lo íbamos a ver. Era la única mujer sindicalista en ese momento, porque tenía una oratoria muy especial, que le venía de mi abuelo, que era un hombre que había venido de Italia porque lo corrió Mussolini – dice.

coronel Perón, Secretario de Trabajo y Previsión social


El coronel la respetaba porque era una organizadora nata, reconocida por los trabajadores de los frigoríficos y por la comunidad, pero también porque no tenía pelos en la lengua a la hora de exigir. No sólo hablaba de las condiciones de trabajo sino de dejar de vivir en conventillos


Dora recuerda uno de esos diálogos de María con Perón.


-Coronel, porque nosotros vivimos en un conventillo, no tenemos dónde bañarnos – le dijo María.


-Bueno, María, ya va a haber un baño – contestó Perón.


-No queremos baños, queremos casas, coronel.


Días después, Perón llegó a Berisso.


-Vino con una bandera grande. Había estado averiguando qué se podía hacer. En la calle 18 había un campo grande, largo, lisito, donde se hacían carreras de cuadreras.Puso la bandera ahí y empezaron a construir el Barrio Obrero – dice Dora.


A los tiros con las hordas comunistas


El incipiente armado de Perón y Cipriano Reyes en Berisso no sólo era resistido por las patronales de los frigoríficos sino también por el Partido Comunista que tenía una inserción nada desdeñable en los frigoríficos.


-Acá un señor llamado José Peter, era comunista, un tipo muy inteligente y muy luchador, pero con ideas de Rusia. Y nosotros éramos fanáticos peronistas, como lo seguimos siendo, porque el peronismo no es una política, no es un partido, el peronismo es un sentimiento agradecido a un hombre que nos dio todo -cuenta Dora.

Cipriano Reyes


Peter había armado un sindicato, la Federación de Obreros de la Industria de la Carne, y organizaba a la gente en los barrios. Dora recuerda que los comunistas no eran pocos entre sus vecinos y que en los frigoríficos también eran fuertes, y que eso preocupaba a Cipriano Reyes y a Perón. El enfrentamiento se iba agudizando y explotó cuando los comunistas organizaron un gran acto en el Cine Victoria, el más grande de Berisso.


Fermín Chávez y Carlino cuentan la historia de otra manera, les echan toda la culpa a los comunistas, pero no es así -relata Dora-. Yo vi cómo se preparó todo. Perón vino con dos autos uno o dos días antes del acto y trajo revólveres y cajas con balas. Cipriano estaba enfermo, así que no fue a esa reunión, pero sí estaban cuatro de sus hermanos. Perón reunió a mi mamá, a otra gente de Berisso, a mi viejo, les mostró los revólveres y les habló.


Casi 75 años después, en su casa del Barrio Obrero, Dora recuerda lo que les dijo Perón:


-Mañana no tiene que hablar Peter -dijo el coronel-. Tenemos que romperles el acto. Pero tiren para asustar, para dispersar, no tiren al cuerpo, no hagan macanas…


Dora le dice a Infobae que es como si todavía lo estuviera viendo a Perón, que cuando dijo "no hagan macanas" abrió los brazos en un gesto y entrecerró los ojos para enfatizar.

Maria Bernabitti de Roldan junto a sus nietos


Vicente iba a agarrar uno de los revólveres, pero María lo tomó de la manga y lo frenó:


-Dejá, Vicente, vos te venís conmigo, ¡qué vas a hacer con un revólver si no sabés tirar!


Lo que nadie sabía es que había un infiltrado en la reunión que dio aviso a Peter. Al día siguiente, cuando se apostaron en el bar frente al cine, los estaban esperando. Los que iban a sorprender resultaron sorprendidos por una lluvia de balas. Dos hermanos de Cipriano Reyes, Doralio y Tito, resultaron heridos. Doralio murió al día siguiente y Tito sobrevivió seis meses con una bala incrustada en la columna.


-Fue muy feo todo -dice Dora -, pero, eso sí, el acto no se hizo.


Dos días después, Perón vino a La Plata para el entierro de Doralio. En un momento llamó aparte a María y habló con ella.


-¿Qué te dijo? -le preguntó Vicente después, delante de Dora.


-Que no dijera que él había estado el día antes, que tenemos que decir que las hordas comunistas hirieron y mataron a uno de nuestros compañeros.


"Vaya y que le pague Perón"


El peronismo terminó de hacerse fuerte en Berisso con la huelga de tres meses a mediados de 1945. Dora recuerda que fue el propio Juan Domingo Perón quien la fogoneó.


-Vino a una reunión en Berisso y dijo: "No puede ser que ganen 7 centavos la hora, vamos a hacer una huelga". Duró tres meses la huelga, pero había un pueblo solidario. Me acuerdo de que desde los mataderos nos mandaban camiones con bofe, con patas, otra gente mandaba bolsas de harina, de yerba. Mi mamá, con las otras mujeres, hacía paquetes y los repartían. Así bancamos esos tres meses – dice.

Obreros de la fábrica Swift


Además del hambre, los huelguistas y sus familias debieron enfrentar a muchos obreros –sobre todo extranjeros– que querían ir a trabajar. Se organizaron para hacerlo.


-A los rusos, que habían venido de la guerra, no les interesaba el sindicalismo, ellos iban a trabajar. Caminaban por la calle Montevideo a la madrugada para entrar a los frigoríficos. Yo vi cómo mi viejo y otros, con los cuchillos filosos de las carneadas, los hacían volver. Nunca lastimaron a nadie y a muchos los terminaron convenciendo – relata Dora.


Dora también se refiere a las mujeres que no querían hacer huelga.


-También había que frenar a las carneras. Mi mamá y otras mujeres las agarraban, les bajaban los calzones y les llenaban el culo de brea. Entonces se tenían que volver a sus casas.

La fábrica Armour en 1945


La huelga se ganó y las condiciones de trabajo en los frigoríficos mejoraron de manera notable, pero a María, identificada como una de las cabecillas, la dejaron sin trabajo.


-La echaron enseguida. Me acuerdo de que vino a mi casa con un papel amarillo en la mano y le dijo a mi papá: "Me echaron a la mierda, Vicente. Me dijeron: 'Vaya y que le pague Perón'" – cuenta su hija-. Pero como triunfó la huelga, los obreros empezaron a ganar mucho más. Tanto, que mi mamá no necesitaba trabajar porque a mi papá le alcanzaba para mantener la casa. Por primera vez empezamos a vivir bien. Y entonces lo metieron preso a Perón.


Berisso se moviliza por Perón


El 12 de octubre de 1945 Berisso amaneció con la noticia de que Perón estaba preso y el sindicato clausurado. En pocas horas, casi todos los delegados de los frigoríficos fueron detenidos por la policía; los que escaparon a la redada debieron esconderse. Así y todo, empezó a organizarse la resistencia.

María en una reunión política en los años 70


-Nos reuníamos en distintas casas, porque había unos empresarios radicales que tenían un corralón, los Bassani, muy ricos, que les pagaron a unos policías con moto con sidecar para que tiraran gases lacrimógenos en las reuniones. Mi mamá se avivó y les dijo a las mujeres que cortaran sábanas o lo que tuvieran para contrarrestar los gases. Y nos reuníamos en casas distintas. A los hombres que enganchaban los metían presos, no en la comisaría sino en la Prefectura del puerto, para desbaratar la unión – cuenta Dora.


En la mañana del miércoles 17, la decisión estaba tomada: hay que marchar a Buenos Aires para liberar a Perón. Dora dice que María estaba obsesionada por la idea de que lo iban a matar con una inyección en el Hospital Militar.


-Tenemos que ir todos a Buenos Aires – arengaba.

María Bernabitti con Osvaldo Dragun, Maria Ibarreta y Fermin Chavez en Berisso


Dora la recuerda esa mañana, enérgica, decidida.


-No tenía miedo. Ya la habían metido presa varias veces. Cuando venía a casa alguna otra mujer a cocinar y a cuidarnos, yo ya sabía que la habían llevado presa – dice.


Los obreros de Swift convocados por María se unieron a otras columnas que marchaban hacia el Puente de Los Talas, en dirección a La Plata.


-Venía gente en carros de los montes, de las quintas y se subían a los camiones. O venían en la marcha. En Montevideo y Río de Janeiro los Bassani con sus policías quisieron frenarnos, y vi que mi papá y algunos hombres devolvían los gases. Al final pasamos la barrera. Después nos pararon en el Puente Roma. Otra bandita, y otra en la calle 122, pero más débil. Pero al final llegamos a La Plata. Un grupo dobló por la calle 1 y fue a la estación para subirse a los trenes que iban a Buenos Aires; otros fuimos, con mi mamá, a la Plaza San Martín, frente a la Casa de Gobierno.


Rosas policiales para María


La Plaza San Martín estaba colmada de gente, la mayoría venida de los suburbios y las localidades cercanas a La Plata. Los oradores gritaban que había que ir a Buenos Aires a defender a Perón. María fue la tercera en hablar.


-No sabés como habló. Habló de Perón, de la gente, del hambre de los chicos. Nunca más que un chico no coma, nunca más, decía. Y la gente gritaba y aplaudía. Era tremenda hablando – dice Dora.

María era una gran oradora. Cuando convocó a los obreros para marchar “babló de Perón, de la gente, del hambre de los chicos. Nunca más que un chico no coma, nunca más, decía. Y la gente gritaba y aplaudía”, recuerda su hija


También recuerda un gesto que, dice, nunca va a poder olvidar.


-Era octubre y en la plaza había unas rosas, unas rosas diferentes, con una hoja gorda, pocas espinas, tallo gordo, color bordó. Estaba lleno de policías, pero no pasó nada, vieron tanta gente… Yo estaba jugando ahí con la sobrina de Cipriano Reyes, Teté. Ya estábamos ahí. Entonces un policía me dice: "Qué lindo que habla esa señora", y yo le dije "es mi mamá". Y el policía cortó unas rosas de esas para que se las diera– cuenta orgullosa.


Cuando terminó de hablar, María buscó a su hija y le dijo que se iba a Buenos Aires, pero que ella y los otros chicos tenían que volverse a Berisso con una señora más grande que estaba con ellos. Dora vio alejarse a su madre y subir a un camión para ir a "liberar a Perón".


Lo demás es historia conocida


María Bernabitti murió el 6 de julio de 1989. Fue una de las principales impulsoras de la campaña por el voto femenino durante el primer gobierno de Perón. Siguió siendo amiga de Cipriano Reyes, aunque el dirigente laborista de distanció del peronismo. Hasta la muerte de María, Cipriano solía visitarla y Dora recuerda que era inevitable que repitieran el mismo diálogo:


-Perón me traicionó, María– decía Reyes.


-Dejate de embromar, Cipriano. Con todo lo que Perón hizo por nosotros y vos seguís con esas pavadas – era la invariable respuesta.


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miércoles, 10 de octubre de 2018

Inventos Musulmanes que Dieron Forma al Mundo Moderno


Inventos Musulmanes que Dieron Forma al Mundo Moderno

Inventos Musulmanes que Dieron Forma al Mundo Moderno

Por: Olivia Sterns

Artículo publicado por la CNN como parte de su especial "Inside the Middle East"
Tomado de http://edition.cnn.com/2010/WORLD/meast/01/29/muslim.inventions/index.html

Traducción del inglés: Said Abdunur Pedraza

Agrego al final del texto, un video sobre los inventos musulmanes medievales que fueron fundamentales en el desarrollo de la civilización moderna


Cuando pensamos en los alimentos básicos de la vida moderna, la taza de café e Italia nos vienen a menudo a la mente.

Pero de hecho, Yemen es el verdadero origen de la fermentación de cerveza. Junto con la primera universidad, e incluso el cepillo de dientes, es uno de los sorprendentes inventos musulmanes que han dado forma al mundo en el que vivimos hoy.

Los orígenes de estas ideas y objetos fundamentales —que son base de todo, desde la bicicleta hasta la partitura musical— son el foco de "1001 Inventos", un libro que conmemora la historia "perdida" de 1.000 años de herencia Musulmana.

"Hay un vacío en nuestro conocimiento, nos saltamos desde el Renacimiento hasta los Griegos", dijo a CNN el profesor al-Hassani, Presidente de la Fundación para la Ciencia, la Tecnología y la Civilización, y editor del libro.

"1001 Inventos" es ahora una exhibición en el Museo de Ciencias de Londres. Hassani espera que la exhibición dé una luz sobre la contribución de culturas no occidentales —como el imperio Musulmán que una vez cubrió España y Portugal, el sur de Italia, y se extendió hasta partes de China— a la civilización actual.

Hassani nos comparte su listado de las 10 invenciones Musulmanas más prominentes.


1. La Cirugía


Alrededor del año 1.000, el médico célebre Al Zahrawi publicó una enciclopedia ilustrada de cirugía de 1.500 páginas, que permaneció en uso en Europa como referencia médica por los siguientes 500 años. Entre sus muchos inventos, Zahrawi descubrió el uso de suturas absorbibles de tripa de gato para coser heridas -anteriormente se tenía que hacer una segunda cirugía para remover las suturas. También se tienen registros de que él realizó la primera cesárea e inventó los primeros fórceps.


2. El Café


La actual bebida favorita de occidente, el café, fue preparado por primera vez en Yemen alrededor del siglo IX. En sus primeros tiempos, ayudó a los sufis a mantenerse despiertos en sus largas noches de devoción. Llevado posteriormente al Cairo por un grupo de estudiantes, el efecto energizante del café atrapó pronto a todo el imperio. Hacia el siglo XIII alcanzó Turquía, pero no fue hasta el siglo XVI que comenzó a hacer de las suyas en Europa, tras ser llevado a Italia por un comerciante veneciano.


3. La Máquina Voladora


"Abbas ibn Firnas fue la primera persona que hizo un intento real de construir una máquina y volar", dice Hassani. En el siglo IX diseñó un aparato con alas, más bien parecido a un disfraz de pájaro. En su más famoso intento cerca de Córdoba, en España, Firnas se elevó unos instantes, antes de caer al suelo y romperse parcialmente la espalda. Sus diseños sin duda habrán sido una inspiración para el famoso artista e inventor italiano Leonardo da Vinci, quien vivió siglos después, dijo Hassani.
4. La Universidad


En 859, una joven princesa llamada Fátima al-Firhi fundó la primera universidad que otorgaba títulos en Fez, Marruecos. Su hermana Miriam fundó una mezquita adyacente y el complejo de ambos edificios se convirtió en la Universidad y Mezquita al-Qarawiyyin. Aún en operación casi 1.200 años después, Hassani dice que aspira a que el centro le recuerde a la gente que la educación y aprendizaje son parte fundamental de la tradición Islámica, y espera que la historia de las hermanas al-Firhi inspire a las Musulmanas jóvenes de hoy.
5. El Álgebra


La palabra álgebra proviene del título de un famoso tratado matemático persa del siglo IX, "Kitab al-Jabr Wa l-Mugabala", que traduce algo así como "El Libro del Razonamiento y el Equilibrio". Construido con base en los sistemas griego e indio, el nuevo orden algebraico fue un sistema unificado para los números racionales, números irracionales y magnitudes geométricas. El mismo matemático, Al-Khwarizmi, fue el primero en introducir el concepto de elevar un número a una potencia.


6. La Óptica


"Muchos de los avances más importantes en el estudio de la óptica provienen del mundo Musulmán", dice Hassani. Alrededor del año 1000 Ibn al-Haithamdemostró que los seres humanos ven los objetos por la luz que ellos reflejan y que entra en el ojo, descartando las teorías de Euclides y Tolomeo que afirmaban que la luz era emitida por el ojo mismo. Este gran físico Musulmán también descubrió el fenómeno de la cámara oscura, que explica cómo el ojo ve las imágenes al derecho, gracias a la conexión entre el nervio óptico y el cerebro.
7. La Música


Los músicos musulmanes han tenido un impacto profundo en Europa, que se remonta a cuando Carlomagno quiso competir con la música de Bagdad y de Córdoba, de acuerdo a Hassani. Entre los muchos instrumentos musicales que llegaron a Europa a través de Oriente Medio, están el laúd y la rahab, que es un antecesor del violín. Se dice también que las partituras musicales modernas derivaron del alfabeto árabe.
8. El Cepillo de Dientes


Según Hassani, el Profeta Mujámmad popularizó el uso del primer cepillo de dientes alrededor del año 600. Con una ramita de Meswak (del árbol de Arak, Salvadora pérsica), él limpiaba sus dientes y refrescaba su aliento. Sustancias similares al Meswak son utilizadas en los dentífricos modernos.
9. El Cigüeñal


Muchos de los fundamentos de la robótica moderna fueron utilizados primero en el mundo Musulmán, incluyendo el sistema revolucionario de biela-manivela. Al transformar el movimiento lineal en movimiento circular, el cigüeñal permite levantar objetos pesados con relativa facilidad. Esta tecnología, descubierta por Al-Jazari en el siglo XII, se regó como pólvora por todo el mundo, liderándolo todo, desde la bicicleta al motor de combustión interna.


10. Los Hospitales


"Los hospitales como los conocemos ahora, con salas y centros de enseñanza, provienen de Egipto en el siglo IX", explica Hassani. El primero de aquellos centros médicos fue el Hospital Ahmad ibn Tulun , fundado en 872 en El Cairo. El hospital Tulun proporcionaba asistencia médica gratuita para todo el que lo necesitara —una política basada en la tradición Musulmana de cuidar de todo aquel que se encuentre enfermo. Desde El Cairo, estos hospitales se expandieron por todo el mundo Musulmán.

Para mayor información sobre las invenciones Musulmanas, véase http://www.muslimheritage.com.

Para mayor información sobre la exhibición en el Museo de Ciencias de Londres, véase http://www.sciencemuseum.org.uk/visitmuseum/galleries/1001_inventions.aspx.

viernes, 5 de octubre de 2018

De cómo Francia sigue teniendo sometidos a 14 países africanos. El Pacto Colonial.

De cómo Francia sigue teniendo sometidos a 14 países africanos. El Pacto Colonial.

24DIC
En este artículo se nos muestra como Francia se mantiene como una potencia, en parte, gracias a explotar y esclavizar a 14 países africanos. Lo hace a través del llamado Pacto Colonial. Aquí he transcrito de manera acortada un artículo que cito como fuente.
El Pacto Colonial se basa en los siguientes puntos;
  1. La deuda colonial por “las ventajas” o “adelantos” de la colonización francesa.Los países “independientes” deben pagar por la infraestructura construida por Francia en el país durante la colonización.Confiscación automática de las reservas monetarias nacionales en Francia al Banco Central. Francia ha tenido las reservas nacionales de 14 países africanos desde 1.961: Malí, Senegal, Níger, Chad, Burkina Fasso, Costa de Marfil, Togo, Benín, Camerún, Gabón, Congo-Brazzaville, República Centroafricana y las tres Guineas (aunque sólo Guinea-Conakry es de habla francesa).
  2. El presupuesto perteneciente a estos países es administrado por Francia, concretámente por el Tesoro francés. Según el término del acuerdo, cada país africano está obligado a suministrar al menos el 65% de sus reservas de cambio en una cuenta de operaciones en el Tesoro francés, así como otro 20% para cubrir los pasivos financieros. Los bancos centrales CFA imponen también un techo sobre el crédito otorgado a cada país miembro, equivalente al 20% de los ingresos públicos de este país sobre el año anterior.En resumen, más del 80% de las reservas de cambio de los países africanos están depositados en las cuentas de operaciones contoladas por el Tesoro francés. Los dos bancos CFA son africanos de nombre, pero no saben, no se les da información, del nivel de cuanto de la reserva de cambio retenida por el Tesoro francés les pertenece como grupo o individualmente.Se estima que Francia maneja 500.000 millones de dinero africano en su tesorería, y no hace nada por arrojar un poco de luz sobre este asunto.Lafinalidad continúa siendo la misma: que los países africanos no tengan acceso a este dinero.Francia les permite acceder solamente al 15% de su dinero por año. Si ellos necesitan más, los países africanos deben pedir préstamos, a tasas comerciales sobre el 65% de sus dineros retenidos en el Tesoro francés.

  1. Derecho de propiedad sobre todos los recursos brutos o naturales descubiertos en el país. Francia tiene la prioridad de compra de todos los recursos  naturales de la tierra de sus ex-colonias. Solamente en el caso de que Francia rechace su usufructo, los países africanos están autorizados a buscar otros socios.
  2. Prioridad a los intereses y a las empresas  francesas en los mercados públicos y construcciones públicas. En Costa de marfil, por ejemplo, las empresas francesas poseen y controlan todos los grandes servicios públicos: agua, electricidad, teléfono, transportes, puertos, y los grandes bancos. Lo mismo en cuanto al comercio, la construcción y la agricultura.
  3. Derecho exclusivo de proveer de equipos militares y de formar a los oficiales   militares de esos países. Los africanos deben enviar a sus oficiales superiores  formarse en Francia o en infraestructuras militares francesas.
  4. Derecho para Francia de pre-despliegue de las tropas y de intervenir militarmente en los países africanos, y también de estacionar tropas de manera permanente en bases e instalaciones militares, enteramente dirigidas por los franceses.
  5. Obligación de hacer del francés la lengua oficial del país.
  6. Obligación de utilizar la moneda de la Francia colonial: el FCFA.
  7. Obligación de enviar un reporte anual del saldo y la reserva.
  8. Renuncia a entrar en una alianza militar con cualquier otro país, sin autorización francesa.
  9. Obligación de aliarse con Francia en situación de guerra o crisis mundial.
Ejemplos de lo anterior:
Cuando el Presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, trató de poner fin a la explotación francesa de su país,Francia organizó un Golpe de Estado. Durante el largo proceso para sacar a Gbagbo del poder, los tanques franceses, los helicópteros de combate y las fuerzas especiales intervinieron directamente en el conflicto, disparando contra civiles y matando a muchos de ellos.
Para agregar el injurio al insulto, Francia estima que la comunidad de negocios francesa perdió entonces varios millones de dólares, después de la batalla para expulsar a Gbagbo de Abidjan, la capital, en 2.006. Tras el éxito definitivo del golpe de Estado y la transferencia de poder a Alassane Quattara, Francia pidió al Gobierno de este, que pagara una indemnización a la comunidad de negocios francesa por las pérdidas durante la “guerra civil”. Quattara, deseoso de mantener el poder, le pagó a Francia el doble de lo que ellos habían dicho que habían perdido en su partida.
Laurent Gbagbo, Presidente de Costa de Marfil, derrocado por una intervención militar francesa.
Sylvanus Olympio, el Primer Presidente de Togo, creyó haber encontrado una solución capaz de calmar a los franceses: No queriendo continuar bajo la dominación francesa, rehusó firmar el Pacto de Colonización ofrecido por De Gaulle, pero aceptó en contrapartida, pagar una deuda anual a Francia por los supuestos beneficios de la colonización. Esa había sido la principal condición de Francia para no destruir el país antes de retirarse. De todas maneras, el monto estimado por Francia era tan grande que el reembolso de la “deuda colonial”  ascendía al 40% del presupuesto anual de 1.963, año de la independencia de Togo.
Desde entonces, la situación financiera de Togo fue muy inestable, y a fin de salirse de esa situación, Olympio decidió salirse de la FCFA (franco de las colonias francesas de África) y creó la moneda togolesa.
Tres días después de que comenzaran a imprimirse los nuevos billetes, un escuadrón de soldados, apoyados por Francia se hizo con el poder y asesinó al Presidente Olympio. Este, fue ejecutado por un legionario francés.
El sueño de Olympio era construir un país independiente y autónomo. Pero esta idea no se correspondía con los planes de Francia.
Sylvanus Olympio (1.902-1.963), Primer Presidente del Togo independiente, vilmente asesinado por el neocolonialismo francés.
El 3 de enero de 1.966, Maurice Yaméogo, el primer Presidente electo de Alto-Volta, país hoy rebautizado como Burkina Fasso, fue víctima de un golpe de Estado dado por Aboubacar Sangoulé Lamizana, un ex-miembro de las tropas coloniales francesas, que combatió en la Legión Extranjera francesa en Indochina* y Argelia, contra la independencia de estos países.
El 26 de octubre de 1.972, Mathieu Kèrèkou que era guarda de seguridad del Presidente Hubert Maga, primer Presidente electo de la República de Benin, le dió un golpe de Estado, después de haber frecuentado las escuelas militares francesas entre 1.968 y 1.970.
Nota aclaratoria:
*La Guerra de Indochina fue la primera Guerra de Vietnam y enfrentó al Ejército francés contra la guerrilla del Vietmihn entre 1.946 y 1.954.
Fuente: Mawuna Remarque Koutonin. Pacto Colonial Francia y África.
fuente: El Blog de miguel fernandez