From: Santiago Cruz
ACCION POPULAR NACIONALISTA
San Martín - Rosas - Perón
El día que Argentina invadió California. La fantástica gesta del capitán Hipólito Bouchard y las campañas corsas
El 22 de julio de 1818 una flota corsaria revolucionaria argentina llegó a Monterrey, por entonces dominio de Nueva España, y tras duros combates logra tomar el fuerte y hace flamear la bandera de Belgrano por seis días en la capital californiana. Luego del ataque a Monterrey, las tropas patriotas al servicio de las "Provincias Unidas de Sud-América" arrasan la misión de San Juan, Santa Bárbara y otras poblados españoles de la alta y baja California.
Un componente decisivo de las guerras de la Independencia lo constituyó la acción de los corsarios, atacando el comercio marítimo realista español y logrando la definitiva decadencia del poder naval español en aguas americanas.
El corso hispanoamericano se inició en el Atlántico Sur y el Caribe, donde actuaron unos sesenta corsarios a partir de 1814, alcanzó su apogeo alrededor de 1818 y finalizó en 1823. Las naves bajo pabellón argentino realizaron las acciones corsarias más importantes. En el Pacífico actuaron naves que llegaron hasta el mar Mediterráneo. En el apogeo del corso, la ciudad de Cádiz llegó a estar semibloqueada por naves corsarias latinoamericanas. Las más importantes campañas corsarias fueron las del almirante Guillermo Brown en 1816 y las del capitán de navío Hipólito Bouchard entre 1817 y 1819. También tuvieron importancia las realizadas por los norteamericanos James Cahyter, Tomas Taylor y David Jewett, entre otros. Los dos puntos desde donde operaban los corsarios fueron Buenos Aires en el Atlántico Sur y Baltimore en los Estados Unidos.
En la Banda Oriental operaban más de treinta corsarios al mando de Artigas, quienes capturaron muchas naves españolas y portuguesas. En el Caribe actuaron naves de la Gran Colombia y de Méjico en combinación con los corsarios argentinos, siendo su base de operaciones la isla Margarita. En el océano Pacífico, en 1816, Brown (irlandés), secundado por Bouchard (francés como Liniers y Brandsen) y con tres naves, capturó importantes presas y llevó con audacia ataques a los puertos, fortalezas y apostaderos navales claves, como los del Callao y Guayaquil. En sus navegaciones llegó hasta las costas de Nueva Granada (Colombia), poniendo en alarma todo el litoral americano del Pacífico Sur, en una expedición precursora de la gesta libertadora de San Martín.
Los corsarios chilenos armados luego de la independencia de su país, con apoyo de marinos argentinos y británicos se mantuvieron e hicieron varias presas del comercio español con base en Lima (1818 a 1820).
Pero el corsario más famoso ha sido sin duda Hipólito Bouchard, quien con la fragata La Argentina dio la vuelta al mundo entre 1817 y 1819. En las islas Hawai antes de la ocupación colonial norteamericana- logró de su rey (y gran caudillo durante casi cuatro décadas) el reconocimiento de la independencia argentina (la primera nación en hacerlo). Luego atacó la costa californiana del virreinato de Nueva España (Méjico) y se apoderó de Monterrey, donde ondeó la bandera argentina durante unos pocos días.
La tripulación de las naves corsarias era heterogénea, predominaban los anglo-sajones entre los oficiales y la marinería; también había una fuerte presencia francesa, y la completaban criollos, españoles y portugueses.
Sólo los corsarios de Buenos Aires capturaron unas ciento cincuenta presas españolas. La acción corsaria llegó a ser tan intensa que España se vio obligada a abrir también su "guerra de corso", a la vez que transportar sus pertrechos militares en buques neutrales.
El bravo marino Hipólito Bouchard nació el 15 de enero de 1780 en la localidad de Bormes, cercana a Saint Tropez (Francia ) y desde muy joven anduvo embarcado en buques pesqueros y mercantes, iniciándose así en la dura vida del mar.
Bouchard llegó a Buenos Aires en el año 1809, y al producirse la Revolución de Mayo se inclinó decididamente por su causa. El gobierno patrio debió encarar el problema de la falta de un poder naval para hacer frente a la escuadra española que dominaba las aguas del río de la Plata, y es así que a costa de grandes sacrificios logró conformar una pequeña escuadrilla, integrada por tres naves, que es puesta a las órdenes de Azopardo. El cargo de segundo comandante de esa fuerza fue asignado a Hipólito Bouchard y el 2 de marzo de 1811, en San Nicolás de los Arroyos, tienen su bautismo de fuego, al enfrentar y ser derrotados por la escuadrilla realista. Luego de la acción de San Nicolás, Bouchard tuvo una destacadísima actuación enfrentando a las naves españolas que bloqueaban Buenos Aires y al mando de la sumaca Santo Domingo las combatió frente a la ciudad Capital en dos encuentros que tuvieron lugar en julio y agosto de 1811.
El 3 de febrero de 1813 el flamante Regimiento de granaderos a caballo al mando de José de San Martín tiene su bautismo de fuego en San Lorenzo y Bouchard es uno de los oficiales que toma parte del combate, en el cual, como es su costumbre, tiene importante actuación. En el parte que San Martín cursa al gobierno, dice textualmente: "... y una bandera que pongo en manos de V.E. y que arrancó con la vida del abanderado el oficial don Hipólito Bouchard".
El 9 de julio de 1817 (primer aniversario de la declaración de la Independencia), la fragata La Argentina, al mando del capitán Bouchard, zarpó de la ensenada de Barragán para cumplir un crucero de corso, que había de durar dos años. Navegando por aguas del Atlántico Sur, llegó al océano Indico luego de recalar en la isla de Madagascar. Allí, mediante el empleo de la fuerza, Bouchard impidió el tráfico de esclavos que pretendían realizar tres buques ingleses y uno francés en ese momento, concretando así los ideales contra la esclavitud surgidos en la Asamblea de 1813. La lucha contra la esclavitud estaba prevista en las instrucciones que el gobierno había impartido a Bouchard.
Seguidamente navegaron hacia las islas Filipinas. Soportaron los estragos del escorbuto, enfermedad que produjo muchas bajas entre los tripulantes, a tal punto que a veces no se contaba con el personal necesario para atender las tareas rutinarias de la navegación. En esa región rechazaron el ataque de cinco buques piratas malayos.
Luego navegaron hacia las islas Hawai donde Bouchard halló la corbeta argentina Santa Rosa, cuya tripulación se había sublevado.
Conjuntamente con la Santa Rosa atacaron Monterrey y se apoderaron por unos días del fuerte, en el cual tremoló el pabellón celeste y blanco. Luego bloquearon el puerto de San Blas y atacaron Acapulco. En Guatemala destruyeron Sonsonate y capturaron bergantines españoles. De allí se dirigieron a Nicaragua donde atacaron El Realejo, el principal puerto español en los mares de Sur, apoderándose de dos naves españolas y destruyendo otras dos.
Navegando a lo largo de las costas americanas en el Pacífico, arribaron a Valparaíso (Chile) el 12 de julio de 1819 (justo a tiempo de sumarse a la expedición sanmartiniana al Perú), dando por finalizado el viaje que les permitió circundar el orbe (primera nave argentina que completó la hazaña). Dos años duró el crucero de corso de la fragata La Argentina y durante su transcurso el capitán Bouchard y su tripulación sostuvieron trece acciones navales importantes, capturaron o destruyeron veintiséis buques y sometieron a registro cuatro barcos negreros, dos naves inglesas y una de los Estados Unidos.
Cabe señalar que en este crucero tuvo muy destacada actuación un joven de 17 años, que luego sería una de nuestras máximas personalidades navales: el coronel de marina Tomás Espora.
Posteriormente Bouchard tomó parte de la expedición libertadora de San Martín al Perú, y cuando el Libertador creó la escuadra peruana dio a Bouchard el mando de la fragata Puebla, que era el buque más importante de la nueva escuadra. Retirado del servicio activo se radicó en Perú fundando un gran ingenio azucarero. En ese establecimiento, llamado La buena suerte, murió sin embargo asesinado por un peón el 4 de enero de 1837.
Gentileza de Agenda de Reflexión