jueves, 11 de enero de 2007

"Morales y Almirón fueron guardianes de López Rega"

 
Bambú Press
Prensa alternativa políticamente incorrecta
 
Un salteño negó que los detenidos ex jefes de la Triple A fueran custodios personales de Perón
 

"Morales y Almirón fueron guardianes de López Rega"

 
Sebastián Castro, ex miembro de la custodia de Perón, dijo que sólo había suboficiales del Ejército en ese cuerpo.
 
 
Diario El Tribuno (Salta)
11 de enero de 2006
 
"La custodia de Perón desde su regreso al país en 1972 hasta su muerte, en 1974, estuvo conformada sólo por suboficiales mayores retirados del Ejército", reseñó ayer Sebastián Humberto Castro, integrante salteño del grupo que se encargó de vigilar cada paso del ex presidente argentino tras su exilio en Madrid.
 
Castro, quien preside desde los años '80 la Asociación de Miembros de la Custodia Personal de Juan Domingo Perón, negó de esta forma que los ex policías federales Juan Ramón Morales y Rodolfo Eduardo Almirón, presuntos jefes de la organización criminal conocida como Triple A, hayan pertenecido alguna vez a la custodia de Perón.
 
"No hay nada más alejado de la verdad", aseguró Castro, al desmentir informaciones periodísticas que llegaron a señalar a Morales y Almirón hasta como ex jefes de la custodia personal del fundador del justicialismo.
 
Ambos, recordemos, fueron detenidos en el marco de una causa que lleva adelante el juez Norberto Oyarbide por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la llamada Alianza Anticomunista Argentina (AAA), una organización de ultraderecha fundada por José "El Brujo" López Rega y rebautizada como la Triple A.
 
En diciembre de 1997, uno de los suboficiales que cuidaban las espaldas de Perón, el correntino Domingo Melana, reveló los detalles de un frustrado plan con el que integrantes de la custodia personal del ex presidente argentino habían decidido matar a López Rega en 1972.
 
Castro se excusó de ahondar en aquella conjura que se urdió en los jardines de la casona de Gaspar Campos 1605, en el partido bonaerense de Vicente López, pero sí dejó en claro que los suboficiales que cuidaban de Perón consideraban a López Rega "un ser diabólico, despreciable, nefasto para Perón y para el país".
 
Hoy, con 73 años, Castro reside en la capital salteña y asegura recordar "como si fuera ayer" la vez en que se cruzó por primera vez con Juan Morales y su yerno Rodolfo Almirón. "Fue el día en que asesinaron a José Ignacio Rucci", recordó, en alusión al ominoso martes 25 de septiembre de 1973, cuando el dirigente metalúrgico que conducía entonces la CGT fue acribillado a balazos. "Escoltábamos al ex presidente interino Raúl Lastiri rumbo al policlínico de la UOM y nos topamos, sobre la avenida Hipólito Yrigoyen, con un grupo que se desplazaba en vehículos detentando armas largas.
 
Poco después supimos que se trataba de la flamante custodia personal de López Rega, de la cual el comisario Morales era el jefe. También la integraban Almirón, Rovira y un sargento ayudante retirado de apellido Ghio, que tras la muerte de Perón pasó a ser jefe de la custodia presidencial, ya integrada por policías federales, para María Estela Martínez de Perón", recalcó Castro. El y los demás integrantes de la custodia presidencial tenían a los hoy detenidos secuaces de López Rega como "tipos capaces de cualquier barbaridad. Ellos decían: hoy tenemos un trabajito y al otro día, seguro, aparecía algún cadáver por ahí".
 
Las espaldas del ex presidente
 
El titular de la asociación que nuclea a los ex custodios personales de Perón, recordó que "muchos murieron" y que él se contaba "entre los más jóvenes". Reseñó que en 1972 eran "originariamente 34 suboficiales mayores, todos retirados, pero en los años siguientes la custodia llegó a tener "un centenar de miembros".
 
Sobre la razón que habría impulsado a Perón a confiar su protección personal únicamente a suboficiales retirados del Ejército, Castro sostuvo que fue éste "un reconocimiento a la lealtad" demostrada por los cuadros subalternos de Campo de Mayo en los momentos mas difíciles de la primera y segunda presidencias.
 
El suboficial Andrés López, jefe de la escolta de Perón a lo largo de ese período, había tenido durante el sangriento bombardeo a Plaza de Mayo una actuación considerada "heroica".
 
"Por él ingresé a los 39 años a la custodia de Perón y me siento orgulloso de haberla integrado. Por eso siento el deber de aclarar que Morales ni Almirón la integraron jamás. Y menos que les haya recaído el alto honor de ser sus jefes mientras viviera Perón".
 
 
 
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