Entrevista al director de cine Marcelo Galvez
Cipriano Reyes, uno de los artífices del 17 de octubre
Publicado el 31 de Agosto de 2011
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Cómo se filmó Cipriano, la película de ficción cuyo personaje es el mítico dirigente sindical partícipe del nacimiento del peronismo.
En 1942 el joven Cipriano Reyes llegó a Berisso, donde las empresas frigoríficas Armour y Swift daban trabajo a 14 mil obreros en condiciones inhumanas y degradantes. Pero en poco más de tres años el joven construyó una enorme fuerza político-sindical que dobló el brazo de las multinacionales y fue clave para lograr la movilización popular del 17 de octubre de 1945, donde miles de trabajadores salieron a la calle exigiendo la libertad del entonces coronel Perón. En pleno siglo XXI la cinematografía rescata la vida y obra del líder sindical en el film de ficción Cipriano. Su director es el también berissense Marcelo Galvez, quien aún emocionado recuerda su primer encuentro con Reyes. “Lo conocí en el año 1995 cuando yo estaba haciendo una serie de documentales para un canal de Berisso, era un mito viviente de 89 años muy lúcido. Tiempo después leí su libro autobiográfico Yo hice el 17 de octubre, donde visualicé claramente escenas de una posible película, y ahí me terminé de decidir por hacer el film.” Cómo se filmó Cipriano, la película de ficción cuyo personaje es el mítico dirigente sindical partícipe del nacimiento del peronismo.
–¿Cómo fue el financiamiento de la película?
–No hubo sostén económico privado ni del INCAA, el respaldo lo dio la pasión, no solamente mía sino también de un grupo de gente que decidió apostar al proyecto. Por ejemplo en el caso del vestuario, donde realizamos una cuidadosa reconstrucción de época, Norberto “Pelusa” Donato, un profesional que trabaja en el Teatro Argentino, fue una pieza clave. Además se sumó el apoyo de distintas personas que iban trayendo vestidos y trajes de sus propios roperos. La película se realizó en base a un trabajo comunitario, codo a codo técnicos y actores.
–¿Por qué ficción y no documental?
–En mi carrera profesional exploré bastante el documental testimonial de archivo, pero no me pareció el género acorde en este caso. No me interesaba hacer este film sólo con testimonios. Además hay un hecho clave: no hay registro audiovisual de Cipriano de la época. Hay documentales muy posteriores en los que él participa pero siendo ya una persona grande.
–¿Fue complejo decidir ficcionalizar a Perón?
–Sí, fue una apuesta riesgosa, incluso desde lo estético. Era caminar por una línea muy delgada, podía llegar incluso a caer en lo bizarro, que por supuesto no era la intención. Sucede que el film está basado no solamente en el libro de Cipriano, sino también en los relatos de muchas personas de Berisso que vivieron esa época, quienes me contaron que varias veces, y sorpresivamente, a principios de la década de 1940 Perón visitaba esa ciudad por las noches para tomar mate con los obreros y conocer sus problemas. Son varios los que lo cuentan, aunque no queda claro cuánto hay de verdad o leyenda al respecto, pero igual me pareció un elemento interesante para reflejar. Si la gente lo dice hay que confiar y representar a su Perón. Y lo digo así porque no es el Perón que hoy todos conocen, es el Perón antes de Perón, es el camino en la construcción del líder.
–¿Las locaciones son también en Berisso?
–Sí, hay lugares de esta ciudad que están como detenidos en el tiempo, entonces hice una cuidadosa elección de los encuadres para que resulten verosímiles con la época. Filmar en los escenarios donde ocurrieron en la realidad los hechos le dio mucha fuerza al grupo, porque por ejemplo estar en el edificio donde funcionaba el frigorífico Swift es como viajar en el tiempo. Y eso generó una carga especial muy motivadora.
–Luciano Guglielmino, el actor que personifica a Cipriano, logra una destacada composición de su personaje, ¿cómo fue esa elaboración?
–Es un actor de una gran capacidad compostiva. Entró al personaje por la voz y en base al trabajo con el archivo la modeló, dándole un tono roto, gastado. Después fue tomando la personalidad a partir de estar durante muchos días hablando con la familia de Cipriano sobre cómo había sido él y su intimidad. Pero yo destaco más allá de la composición, que por supuesto es muy importante, el aspecto humano de Luciano, porque por su rol protagonista terminó conteniendo a casi 80 personas entre actores principales y extras. Es una película sobre un personaje colectivo con un matiz en un individuo. <
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