Los europeos quieren la Patagonia
No es novedad lo del apoyo de organizaciones y fundaciones, asociaciones y gobiernos de la UE y amigos de ésta, en la ponencia de pretender que se vuelva todo a fojas cero y los "conquistadores" y sus descendientes --nosotros--, devolvamos las tierras a los habitantes originales. Cuando se trató de balcanizar Hispanoamérica, sobrevinieron las logias libertadoras y justamente, una de ellas denominada Independencia funcionaba antes de la primera invasión inglesa, en 1805. Adherían en cuerpo y alma Inglaterra, a la que tenían como la adalid de la democracia y la libertad. El jefe de la tal logia era Rodríguez Peña, apellido paradigmático en nuestra Historia Argentina.
Como el Virreynato del Río de la Plata era mucho --como lo fue en el 40 Palestina para los mismos piratas ingleses--, era necesario euforizar al populacho para que creyese las mismas mentiras que, apenas modificadas, han trascendido los tiempos hasta nuestros días. Ya en 1810 no se hace otra cosa que levantar la copa por Fernando VII y asumir el mismo papel que las Cortes en España, durante la invasión napoleónica. ¿Quiénes estaban en los sempiternos aliados ingleses en Lisboa y en la frontera en Extremadura? Los británicos, obviamente.
¿En qué terminó Hispanoamérica? Balcanizada, en una serie irredenta de republiquetas --no las gloriosas bolivianas que fueron defensa de Martín Güemes--. Sometidas ya y con un sólo escollo como lo era Paraguay que, además de no aceptar empréstitos endeudantes por el sobrante de libras esterlinas de los especuladores londinenses, tenía industria pesada ya en aquella época.
¿Qué pasó entonces? El "gran" Mitre, Bartolomé, el mismo que se retiraba de Caseros vencido y se entera de que el que se retiró, siendo vencedor, era Urquiza, esconde el permiso de paso que le formula el Mariscal paraguayo para ir en ayuda de Artigas, y como deja pasar el tiempo y la guerra no admite dilaciones ni incertidumbres de acción, el paraguayo cruza por Corrientes rumbo a la Banda Oriental. Ese paso, obligado y tácticamente lógico, es disfrazado por Mitre como "invasión" y constituye, así, la guerra de la Triple Traición, con los mercenarios alemanes que envía la Infanta portuguesa desde Brasil y otras infamias.
Destruido Paraguay, muertos sus hombres y subyugadas sus mujeres, no quedaba mucho más para aplastar. Entonces el capital británico avanzó, ayudado por aquellos antecesores de quienes, años después, aludiría Irigoyen como "los que se quieren vender". Antecesores, agregamos, de los Pinedo y tantas otras miasmas de nuestra historia reciente, con el cenit alcanzado por Machinea, Cavallo, Martínez de Hoz, a sangre, desapariciones, torturas y muerte, y continuado por el mismo Cavallo gracias a la funcionalidad aberrante con la milicada de los hermanos Eduardo y Carlos Menem y sucesores --muchos de los cuales hoy gozan de buena salud en la gestión de la Presidenta--.
Hace poco tiempo atrás, aquí, en Comodoro Rivadavia, se inventó un curioso Consulado: Polaco. Hay pocos polacos en nuestra zona actualmente. Otra cosa era allá por los inicios del 30 y antes. Pero ahora... pocos, muy pocos. No obstante, el Embajador de Polonia vino a nuestra ciudad, recorrió medios de comunicación e impuso la consularidad honoraria a un descendiente polaco de vasta trayectoria en la región y ex alto oficial de la Policía de Chubut.
Pero esto no querría decir nada, o sí, pero no es el punto. El punto es lo que el Embajador polaco dijo en el programa de nuestro colega Alfredo Luenzo --Luenzo de Una, fm Del Mar de lunes a viernes de 13 a 15 horas--.
Allí frente al micrófono y con la concepción --imaginamos-- de que quien escucha radio no hace tal cosa sino que oye sonidos que lo acompañan mientras martilla un hierro candente o maneja un camión, el funcionario polaco deslizó sin rubor, que tenemos, en la Patagonia, un territorio que es "un paraíso" y que no puede ser que lo tengamos así, expuesto a la contaminación. Uno de los datos de tal discurso radial fue que cuando el Embajador se refería a la Patagonia, permanentemente mencionaba un área común, argentino-chilena. Y sugirió, con la fuerza que tienen las palabras de un Embajador en territorio extranjero y siendo visitante de una determinada región --la nuestra--, que había muchas ONG y fundaciones y otras entidades intermedias que contaban con fondos para venir a cuidar el medio ambiente. Que, además, llevaban hechos muchos trabajos de investigación sobre la Patagonia y las áreas que ellos consideraban debían ser protegidas.
Se despachó, el Embajador, acerca de cómo vio Calafate y dijo sentirse "muy triste" por el ataque al medio ambiente allí, que en comparación al que conociera en 1972, prácticamente era un desastre actual.
Pero no quedó allí el tema. El Embajador, suponemos que en el goce pleno de sus facultades mentales --o sea, que dijo lo que dijo porque pensaba decir lo que dijo--, agregó lo de los pueblos originarios. Fue un toque. De advertencia, decimos. Porque la bajada de línea del Embajador apuntaba a hacernos saber que los dueños de la tierra son ellos y no nosotros. Y que en último análisis, nosotros tampoco porque no sabemos cuidar "este paraíso".
Capicce?
Que los ingleses, holandeses y portugueses estén detrás de la campaña de devolución no es novedad o no lo sería. Que los yanquis apoyen desde todos los ángulos, menos novedad aún. Pero lo lamentable es que los locales, los vernáculos que ostentan el poder formal dentro de una República en la que sólo tenemos su nombres y después el silencio, sean tan hipócritas, tan cobardes y tan subalternos como para dejarse engatusar con los billetes no declarables antes que ponerse al frente de la verdadera recuperación ética de nuestra sociedad. ¿Cómo puede ser un referente ético el que miente, acepta coimas, cobra peajes e ingresa comisiones en cuentas no descubiertas aún? Imposible.
Sin embargo, si a pesar de la gran mentira organizada desde los medios del poder mundial, tenemos la suficiente fibra como para darnos cuenta y actuar en consecuencia, no terminaremos siendo la bosta del chiquero. Antes, sinceramente, mejor morir.
Roberto Otero
(Fuente: Prensa Albatros Comodoro 14/2/08)
Los "mapuches" apoyados por Europa.
Atención con esto: Fuente Radio Holanda
Líder mapuche: " La solución es la autonomía"
Laura Corvo 07-02-2008
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Aucan Huilcaman Paillama, máximo líder del pueblo mapuche, ha estado en Madrid. Su visita, en el contexto de la tensa situación que les enfrenta con el gobierno chileno, manifiesta una vez más la importancia de la diplomacia del indigenismo en Europa.
Desde hace algunos meses, las reivindicaciones indígenas que tienen lugar en Chile, se han convertido en una verdadera pugna con el gobierno de Michelle Bachelet. Una coyuntura de confrontación que se ha visto marcada por el fin de la huelga de hambre de más de 100 días de la activista Patricia Troncoso y por un clima de conflicto social con tintes económicos y políticos. Ya se han producido incluso episodios de violencia en lo que parece una radicalización de la lucha del pueblo mapuche.
Aucan Huilcaman, el Werkén (jefe) del llamado Consejo de Todas las Tierras, ha hablado con Radio Nederland sobre su visión del ya histórico malestar de la causa mapuche ante la falta de reconocimiento de sus derechos.
Principales reivindicaciones
Huilcaman se declara de nacionalidad mapuche. En total, se estima que alrededor del 6% de la población chilena pertenece a ésta etnia. Desde hace años, el líder indígena ha capitaneado el movimiento hacia lo que él llama la "legítima reacción de los comuneros mapuches" ante la resistencia de los estados chilenos post-dictadura, por reconocer a los indígenas. "Éstos gobiernos han puesto en la balanza proteger el capital trasnacional o reconocer los derechos colectivos de los indígenas y la balanza se ha ido al otro lado en desventaja nuestra", afirmó el representante mapuche.
Según Aucan Huilcaman, ésta es la situación que les ha llevado a proclamar la afirmación permanente de sus derechos, llegando a una situación de tensión institucional absoluta en estos momentos. De hecho, para el movimiento mapuche, existen cuatro reivindicaciones básicas:
Primero, restituir las tierras usurpadas, tierras que hoy están en manos de no indígenas.
En segundo lugar, el derecho al territorio.
En tercer lugar, el derecho a la conformación de un gobierno autónomo mapuche.
Por último, revisar la presencia de las compañías empresariales en territorio mapuche bajo el principio de responsabilidad social empresarial", enumeró el líder mapuche.
Criminalización del Pueblo Mapuche
Con el fin del régimen militar chileno en 1990, gran parte del movimiento mapuche comenzó a reivindicar sus derechos sociales, políticos y territoriales a través de protestas que muchas veces fueron calificadas de violentas.
La respuesta estatal ante éstas manifestaciones fue la de mantener ciertos conceptos y leyes más propios de un régimen dictatorial que de una democracia. Es el caso de la aún vigente Ley Antiterrorista: "La ley antiterrorista fue creada para aplicar a los llamados enemigos internos y quedó como un compromiso para salvaguardar algunas situaciones propias del régimen militar. Hoy en día se le está aplicando, como enemigo interno, al pueblo mapuche. Esa ley es fuertemente cuestionada porque es ilegítima y contraria a cualquier principio de derecho humano", comentó Huilcaman.
Basándose en ésta ley, son muchos los mapuches que hoy continúan cumpliendo condena con éstas premisas, bajo la mirada atónita de la comunidad internacional. Con la huelga de hambre de más de 100 días de Patricia Troncoso, activista política por la causa mapuche, la tensión se ha intensificado en los últimos meses: "Ella se encuentra en una etapa de cumplimiento de sus compromisos y en una etapa de recuperación", afirmó el máximo líder mapuche, "y lo que ha hecho es dar cuenta de la arbitrariedad que implica la aplicación de la ley antiterrorista en Chile, que vulnera el debido proceso y que causa muchas complicaciones para hacer prevalecer sus derechos en un tribunal".
Apoyo Internacional
Según el máximo líder del movimiento mapuche, el punto de inflexión para el reconocimiento de los derechos de su pueblo ha sido la reciente aprobación, por parte de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas. En éste documento se incluye, por primera vez, un argumento válido a nivel internacional sobre el que sentar las bases de su afirmación como colectivo. Para Aucan Huilcaman, la declaración tiene claramente como destinatarios a los pueblos indígenas, "pero depende exclusivamente de nosotros la utilidad que le damos", aseguró.
Por otra parte, aunque las comparaciones son odiosas, es inevitable hablar del avance de los derechos de los pueblos indígenas en otros países de América Latina.
Recientemente, la causa mapuche ha recibido el apoyo de organismos internacionales de derechos humanos y de la Iglesia Católica, quienes han estado cuestionando la actuación del gobierno y las leyes del país. Ante ésta presión internacional, el gobierno chileno ya ha puesto en marcha algunas iniciativas. De hecho, se acaba de instituir en el país la figura del Alto Comisionado para Asuntos Indígenas. El líder del Consejo de Todas las Tierras cree que se trata de un tímido intento por acercarse al movimiento, pero que es "una figura relativamente significativa que da la oportunidad para que veamos si existe posibilidad de avance", afirmó.
Lo cierto es que son muchas las democracias latinoamericanas que ya han introducido reformas constitucionales que promueven la igualdad y la participación política de éstos colectivos. No es el caso de Chile: "No hay reconocimiento constitucional y todos los derechos han sido diluidos. Chile es de los pocos países en América Latina que mantiene a los indígenas en una situación de absoluta desprotección institucional", constató Huilcaman.
Solución = Autodeterminación
En su lucha por obtener el reconocimiento y la representación institucional del pueblo mapuche, Huilcaman ya intentó acceder a la esfera política en 2005. Pero no consiguió reunir los apoyos necesarios para presentarse como partido político.
Hoy por hoy, la situación continúa siendo difícil, la confrontación con el gobierno se ha intensificado y sus derechos siguen sin tener un reconocimiento "legal". Para el pueblo mapuche, esta situación no hace sino reafirmar sus reivindicaciones. De ésta forma, según Huilcaman, la única solución que contemplan y que van a llevar a cabo, va a ser la autodeterminación, la conformación de un Gobierno Autónomo Mapuche.
"En 2010, en el marco del Bicentenario, instalaremos un gobierno Mapuche desde en Bíobio al Sur", aseguró Aucan Huilcaman, "es la única solución institucional para poder prevenir y resolver el conflicto que hasta el momento no tiene cabida en el estado chileno".
(Fuente: From: Arnaldo Salvini)
EN TUCUMÁN NO HAY INDIOS, SÍ HAY MESTIZOS
por Ernesto Damián Sánchez Ance
En los últimos tiempos, en Tucumán, ha tomado gran impulso una corriente pseudo indigenista que, apoyada en la reforma de la Constitución de nuestra provincia, ha dado lugar a la legitimación de comunidades indígenas en distintos puntos de la misma.
Nuestra constitución reconoce la existencia de pueblos indígenas. Pero esto, bajo ningún punto de vista, significa que en nuestra provincia haya indios, ni indígenas, ni aborígenes ni originarios, ni preexistentes. En nuestra provincia sí hay mestizos como resultado de la mixagenación indohispánica, pero no hay indígenas, como se pretende hacernos creer como si fuéramos estúpidos. Así, unos se hacen llamar Diaguitas o Calchaquíes, otros Lules y un tercer grupo Tonocotés, y usan seudónimos con los nombres de antiguos caciques que pelearon contra los realistas en los siglos XV y XVI, no faltando algún vivo que se autodenomina "Titaquín". Esto no es otra cosa que una pueril deformación de la realidad, ya que en el caso de que los herederos de estas etnias aún existan, no es sino a través del mestizaje. Es mas
tienen muchos de ellos más de criollos que de indios.
Así, vemos como en distintos medios de comunicación se habla de comunidades "indígenas" como las de Amaicha, Tafí, Lules, El Nogalito, El Mollar, Chaquivil, etc. Esto no es otra cosa que una burda tomada de pelo. Quines décadas atrás nada querían saber con que se los denominara "indios", hoy a sabiendas que esto puede traerles amplísimos beneficios como obtener tierras o bien dinero, incluso llegan a disfrazarse con vinchas y hasta vestimentas que se pueden asemejar a las que usaban los antiguos y verdaderos indígenas de la región siglos atrás. Pero su fisonomía los delata. En las fotos publicadas por EL PERIODICO de Tucumán el sábado 5 de enero, quienes allí aparecen, evidencian ser mestizos y en no pocos casos criollos. Al parecer no saben estos ciudadanos argentinos que radican en Tucumán, que para ser indígena no basta con tener la piel oscura y el cabello "quiscudo" (3), sino que además hay que ser herederos de un bagaje cultural del que estos señores adolecen. Son muy diferentes de los auténticos indígenas que encontramos en nuestras hermanas repúblicas de Bolivia y Perú. Seguramente estos señores tucumanos no hablan ni Lule, ni Kakán ni Tonocoté. Tampoco el Quechua, ya que quienes hablan este idioma en nuestra provincia son inmigrantes de Bolivia y Perú muy poco preocupado la generalidad de ellos en que los llamen indios, ya que se trata de gente muy laboriosa que trabaja la tierra o que se desenvuelve en sus profesiones, sin especular con la obtención de beneficios que por su identidad étnica y cultural el Estado les pudiera otorgar como consecuencia de toda esta farsa.
La excusa de toda esta movida es que todos los ¿indígenas? tucumanos recuperen las tierras que el blanco les usurpó. Quiero dejar aclarado que estoy en contra de que a los argentinos (sean integrantes de comunidades indígenas o simples campesinos pobres) las empresas multinacionales les usurpen sus tierras (sean estas grandes o pequeñas extensiones, fértiles o improductivas). Soy un individuo que se opone a que las empresas mineras destruyan el ecosistema, afectando así a toda la población, en particular a los campesinos; y también soy un convencido de que todas las familias de Tucumán, sin distinción de color de piel, debieran tener derecho a una parcela de tierra productiva en la cual realizar sus sembradíos y criar sus animales Pero bajo ninguna circunstancia se puede tolerar esta aberración de recurrir a una falsa identidad etnocultural a los efectos de recibir tierras. En el supuesto de que a estas falsas comunidades indígenas les otorguen terrenos, no me extrañaría que estos fueran explotados comunalmente unos pocos años, y que luego los parcelarían y venderían, ya que se trata de mestizos acriollados que no manejan el principio filosófico de que el hombre pertenece a la tierra. Por el contrario. Muchos de estos pretendidos indígenas no buscan otra cosa que la de ser dueños de la tierra. Muchos de estos señores que hoy dicen ser indígenas no tienen la menor idea de lo que es un ayllu. Y si tienen idea de comunitarismo no es por una cuestión filosófica ni ideológica ni de herencia cultural, sino obligados por la coyuntura.
Pero sin dudas que con esto se persigue fines muchos más profundos. El objetivo de todo esto es crear aun más división entre los argentinos. No conformes con haber dividido a la Nación hispanoamericana en más de veinte repúblicas dominadas por intereses exógenos; no contentos aún con habernos fragmentado religiosa y políticamente; y no satisfechos con haber hecho de la Argentina una Babilonia de endeble identidad, hoy vienen a dividirnos legalmente entre indios y no indios. Con esto se proponen seguir fragmentándonos para que nuestro país sea devorado por oscuros intereses que desde la Batalla de Caseros esquilman a los argentinos. Y para ello usan a muchos connacionales capacitados en las universidades de un estado occidental como el nuestro quienes, viendo la posibilidad de hacer negocios con todo esto, se encolumnan por detrás de estas falsas comunidades indígenas. Se trata de asociaciones de abogados, periodistas, gente de la cultura (entre ellos hombres de barbas tan espesas como las de Cortez y Pizarro) y hasta empresarios que han visto en esta situación una posibilidad de obtener réditos. Es más
cuando por los medios de comunicación hablan ciertos referentes de pueblos indígenas del país y de las comunidades "indígenas" de Tucumán, queda claro que tienen un nivel de formación, en algunos casos, propio de universitarios de la cultura occidental, y los escuchamos hablar del Capitalismo, del Comunismo, de la sociedad de consumo, etc, con una solvencia propia de egresados universitarios que nada tienen que ver con Wiltipoko, Juan Calchaquí, Chelemín, Qhanamikhoq, y todos aquellos que enfrentaron al español en los primeros siglos de la conquista. (Recomiendo entrar a: http://www.youtube.com/watch?v=_HHihf-kCVo).
La insensatez de estos personajes llega a situaciones que a quienes alguna idea tienen sobre estos temas los hace "agarrarse" la cabeza. Sobran los ejemplos. He aquí algunos de ellos:
1º. Cada "comunidad" indígena de Tucumán está dirigida por un "cacique" electo por los supuestos indios. Pregúntome como pueden ser tan incoherentes de elegir a sus caciques, cuando todo el mundo sabe que al cacicazgo o curacazgo no se llegaba a través de las urnas ni de plebiscitos ni de consensos, sino que se lo heredaba. Dicho en otras palabras: los auténticos pueblos indígenas no eran democráticos, sino que se regían por el linaje, y ningún indio podía ser cacique si no tenía la sangre de la familia que gobernaba. Las prácticas democráticas están totalmente reñidas con la auténtica cultura indígena. Cuando los integrantes de una supuesta tribu o comunidad indígena eligen a sus caciques, estamos hablando de un pueblo que ha dejado de lado la idiosincrasia indígena como resultado de su inocultable e irreversible occidentalización.
2º. Varias veces se ha comentado que ciertos "caciques" tramitan becas para que los niños de sus comunidades puedan seguir sus estudios en establecimientos secundarios y hasta universitarios. Grave contradicción. Eso debiera considerarse una contaminación cultural para las futuras generaciones de supuestos indígenas tucumanos, toda vez que ingresarían a un sistema educativo como el de los países occidentales, que prepara al ciudadano para competir, alejándolo de prácticas comunitarias como el Ayni y la Mink'a. Así, esos pretendidos caciques solo han de lograr el vaciamiento y la destrucción del escaso legado cultural indígena de sus bases con el fin de seguir occidentalizándolos, lo que se traduce en transformarlos en seres individualistas que solo se preocupan por el bienestar suyo y de su familia, mas no en el de la comunidad a la que pertenecen. Recordemos además que en el pasado Incaico, solo accedían a la educación los miembros de la nobleza. No así los Hatun runa o plebeyos integrantes de la base social.
3º. La pretendida Comunidad Indígena de Quilmes reclama que el Estado le "restituya" ese apetecible atractivo turístico que lleva por nombre "Ruinas de Quilmes", y que ellos marketineramente, han empezado a llamar "Ciudad Sagrada". El hecho de que esta gente viva a poca distancia de este yacimiento arqueológico tan importante económicamente hablando, no significa que ellos tengan derecho a explotarlo. Primero porque es muy poco probable que esta gente descienda de los auténticos indios quilmes, por más pruebas de ADN que quieran esgrimir, y por más cédulas reales que los "indígenas" del Valle de Amaicha puedan presentar. Segundo, porque como con lujos de detalles lo demuestra Alfredo Turbay en su libro "Quilmes, la Fortaleza-Templo del Valle Calchaquí", lo que hoy se conoce como Ruinas de Quilmes, se trata de un yacimiento incaico y no de ninguna antigua tribu del valle. Y tercero, porque si a la comunidad "indígena" de Quilmes se le llegara a otorgar la concesión de este yacimiento, esto provocaría las mas disparatadas e ilógicas ideas, como que los vecinos de la Casa Histórica de la Independencia pretendan ser ellos los concesionarios de esta reliquia histórica. O lo que es peor: que las asociaciones españolas exijan ser concesionarias de todas las construcciones coloniales que en nuestro país son explotadas turísticamente.
4º. Existe una denominada comunidad indígena que aduce descender de los antiguos indios Lules. En caso de que los lules sean sus auténticos antepasados, no tendrían derecho a reclamar territorio alguno, toda vez que esta nación ya extinguida era nómade, como lo dice Lizondo Borda en su "Tucumán Indígena".
5º. Las comunidades "indígenas" de nuestra provincia se amparan en las constituciones nacional y provincial. Otra contradicción, toda vez que ellos mismos sostienen que el Estado Argentino realizó un cruel genocidio indígena en la Patagonia. Recurren entonces a la constitución de un estado que no pocos indigenistas consideran enemigo (por mas que se cuiden de decirlo explícitamente y en público) ya que prácticamente aniquiló a sus "hermanos". Es mas
no pocos indigenistas sostienen que su bandera no es la de Belgrano, sino la wiphala o la "mapuche".
6º. El Periódico nos informa que en una comunidad "indígena", asumió una ¿cacica? Se trata de una ciudadana argentina llamada Nora Sequeiro. Otra contradicción, toda vez que en los verdaderos pueblos indígenas, para ser cacique, no solo había que heredarlo, sino también ser varón. La asunción de una "cacica" es atentar contra lo que, si se me permite, podría dar en llamar el orden natural de los pueblos originarios.
7º. No faltan los "indígenas" mas "visionarios" en materia de comercio, que sostienen que los artesanos y quienes hacen serigrafía en remeras debieran ceder un porcentaje de las ganancias obtenidas por la comercialización de sus productos a las comunidades "indígenas", ya que los "ancestros" de estas son los creadores de los motivos iconográficos a los que los artesanos recurren para realizar sus obras.
Es común escuchar a estos dirigentes "indígenas" acusar a España de todas las desgracias de nuestro continente. Ello es instalar una dialéctica anacrónica, ya que a la Argentina no la destrozaron ni Diego de Villaroel ni Diego de Rojas ni Fernando Mate de Luna. A nuestro país lo destruyó y lo vendió el Liberalismo, ya sea a través de gobiernos de facto o de la Partidocracia. ¿Porqué no dicen los señores comuneros que la reforma de la Constitución, que a sus comunidades las legitima, fue aprobada por la mayoría de los convencionales del partido que hace morir por desnutrición a los niños tucumanos de los estratos mas bajos, tal como sucedió en el 2002 bajo el gobierno del "justicialista" Julio Miranda?. Dicho sea de paso, nuestro actual gobernador durante buena parte de esa gestión fue su Ministro de Economía.
Como admirador, mas no descendiente, de la civilización qheshwa-aymara a la que nuestra región de una u otra forma perteneció, creo que las culturas indígenas como la tawantinsuyana tienen mucho para aportar al nuestro, un país a más no poder corrompido por una dirigencia política moldeada por una formación centrífuga. De hecho, considero que entre los aportes mas notables de esos pueblos prehispánicos podrían estar la ejecución de los gobernantes que caigan en actos de corrupción, (como sucedió en Ilave (Departamento Puno, Perú), cuando la comunidad ajustició al corrupto alcalde Ciriaco Vargas en 2004), un sistema redistributivo que permita erradicar el flagelo de la desnutrición, el cuidado del medio ambiente, la lucha contra la sexualidad contra natura y toda una concepción filosófica que nuestros aspirantes a indios en su mayoría desconocen.
No hay que confiarse de estos personajes. Son gente que se sirve de instituciones de triste fama entre los argentinos, como lo hace la Comunidad "Indígena" de Quilmes, que en 2002 recibió cierta financiación del ¡¡¡Banco Mundial!!! tal como informa EL PERIODICO en su edición del día Sábado 12 de Enero, en su página 6. Del mismo modo, están muy vinculados con el poder político, al extremo que, en 1994 el pretendido cacique quilmeño Francisco Solano Chaile, participó de la Comisión Redactora en la reforma de la Constitución Nacional.
Estoy convencido que, si los gobiernos liberales no hubieran generado en un país rico como el nuestro desnutrición infantil, precariedad laboral, desocupación, analfabetismo y otros flagelos, a nadie se le hubiera ocurrido inventarse una identidad indígena, y hoy nadie en nuestra provincia andaría haciendo flamear wiphalas en la Plaza Independencia, ni en festivales como los que el chanta de León Gieco dio en Amaicha del Valle en Enero de 2006. Las wiphalas, señores indigenistas, sin dudas que son muy bonitas y llamativas, pero que en Tucumán su uso no tiene más sentido que el estrictamente estético. Tendrán sobradas razones para hacerlas flamear los auténticos indígenas de Ecuador, Bolivia, Perú y, siendo un poco generoso, hasta los de la Puna jujeña, pero no los falsos indios de nuestro Tucumán, tierra que no es ni indígena ni española, sino mestiza e indohispana (4).
Con todo esto, el ciudadano común, tiene todo el derecho del mundo a suponer que todo este auge de falso indigenismo, persigue un objetivo muy peligroso: la creación de microestados en lugares estratégicos geopolíticamente hablando y muy ricos en materia de turismo y recursos naturales. Esto se lograría mediante el apoyo económico que el Imperialismo Internacional del Dinero daría a grupos de sachaindígenas (5) apoyados y asesorados por elementos de raza blanca al servicio de intereses foráneos.
San Miguel de Tucumán, 23 de Enero de 2008
(1) El día 19 de Enero de 2008, El Periódico de Tucumán, publicó una nota de Ernesto Damián Sánchez Ance con este título. La misma, por una cuestión de espacio no pudo ser publicada íntegramente, siendo la base de este artículo al que el autor ha agregado datos que le dan más profundidad y contundencia.
(2) TITAQUIN: voz que, se supone, tiene origen Kakán y que significaría "Cacique". No se puede aseverar que esta sea la traducción exacta, ya que el Kakán es un idioma que se extinguió siglos atrás, al igual que la nación que lo hablaba: los diaguitas, que en caso de sobrevivir es mediante el mestizaje. Además, ni siquiera se dispone de un glosario de idioma Kakán.
(3) QUISCUDO: término de limitado uso en el Noroeste Argentino. Es principalmente empleado entre la gente mayor y de zonas rurales. Se origina este término en la voz quechua K'ISKA (espina, en Castellano). En la región NOA, se califica de "quiscudo" a todo aquel individuo cuyo cabello es grueso y por lo general negro, como resultado de su descendencia indígena.
(4) El término indohispánico generó que en ciertas oportunidades el autor de este artículo sea criticado de querer imponer esta categorización poco común y antipática tanto para hispanistas como para indigenistas. Sin embargo, el autor considera que no existe término más exacto y apropiado para referirse a la identidad cultural surgida como resultado del contacto entre indígenas y españoles, y que forma lo más genuino de la cultura de nuestro continente. Así también, cuando habla de Hispanoamérica se refiere al conjunto de países que han sido colonizados por España, estado que impuso el Castellano y el Catolicismo. La cultura hispanoamericana, sobre todo en ámbitos rurales y en los estratos sociales mas bajos, tiene la inocultable impronta de los pueblos indígenas, generándose así una riquísima identidad cultural como resultado de esta mixtura.
(5) SACHA: prefijo que en el Castellano popular del Noroeste argentino se emplea para calificar a aquellas personas que quieren dar la imagen de dominar tal o cual tema, cuando en realidad no están correctamente capacitados para desenvolverse en el área que dicen conocer. Ejemplos: sachamédico: persona que sin tener estudios muy adelantados en Medicina, intenta impresionar a quienes lo rodean, pero llegado el momento de curar a un enfermo que presente cierta complejidad, difícilmente su intervención sea garantía de éxito; sachaperiodista: persona con conocimientos en Comunicación Social, pero que no tiene la idoneidad ni los estudios suficientes para desarrollarse como periodista, limitándose a realizar notas sin un contenido muy profundo, o entrevistando a gente de poca relevancia. El término sachaindígenas es empleado por el autor de la nota para dar a entender al lector que quienes se hacen llamar indígenas en Tucumán no son tan indios como estos pretenden hacer creer debido a su acentuado mestizaje que en muchos casos los convierte en criollos.
1 comentario:
Su vision es clara y decididamente colonizante haciendo pseudo ciencia que necestita justificar en una pesudo sociología y creyendo que su nota será mas seria poniendo notas al pie de pagina invocanco algun historiador salvador de sus restringidas e interesadas opiniones de la historia. Le pregunto si ha tenido la oportunidad de estar frente a los que Ud llama indo-hispano? los a mirado a los ojos? Le aseguro que si los mirá a los ojos y escucha atentamente no encontrara parecido con Ud o conmigo mas que el extraño resentimiento de no lograr ser una ciudad floreciente. Tal vez en lo que si tenga que ver, es que pisamos la misma tierra, esa que ellos respetan como lo han respetado a Ud y sus antepasados.
Por favor, solo se pido respeto para estas comunidades que por mas que hayan cambiado sus himnos por cumbias y chamames, siguen creyendo en una realidad fasta y nefasta, que puede hacerles tanto bien como tanto mal (no les prohiba gozar de sus creencias).
Yo no soy quien para opinar pero creo que Ud tampoco.
Gracias
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