domingo, 18 de enero de 2015

Documentalista Oficial del Gobierno Norteamericano Perseguido por razones políticas

Kurt Sonnenfeld

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Documentalista Oficial del Gobierno Norteamericano Perseguido por razones políticas 
Sus dos hijas y esposa argentinas se encuentran en peligro

Kurt Sonnenfeld trabajó para el gobierno de los Estados Unidos en diferentes agencias y lugares considerados clasificados y de máxima seguridad, tales como el Departamento de Defensa, la Armada, la Fuerza Aérea, el Departamento de Energía, el FBI y Departamento de Homeland Security, entre otros. Era una persona en la cual su gobierno confiaba tanto, como para haberle asignado el entrenamiento del personal que debía responder en simulaciones y ejercicios en caso de catástrofes, accidentes e incidentes vinculados a ataques terroristas en instalaciones militares, gubernamentales y científicas. Todo esto sumado a sus actividades de carácter secreto y confidencial en la documentación fílmica de diferentes instalaciones científicas o militares relacionadas con el almacenamiento, desarrollo y transporte de armas nucleares, biológicas y químicas o sus componentes; siendo, en diversas ocasiones, el vocero del gobierno estadounidense en este tipo de cuestiones.

Dada su trayectoria y experiencia, Kurt Sonnenfeld fue convocado para documentar la investigación que se llevó a cabo en la Zona Cero del World Trade Center después del los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Sólo dos personas en el mundo fueron autorizadas a filmar dentro del perímetro de seguridad, pero Sonnenfeld fue el único con acceso total, incluyendo las áreas subterráneas, lo que fuera el centro comercial y las oficinas gubernamentales (de la CIA, FBI, Aduana, Servicio de Protección de Fronteras, etc.).

Dándole estrictos parámetros, se le ordenó a Kurt Sonnenfeld proveer algunas imágenes editadas a las cadenas de televisión de todo el mundo. Su principal trabajo era documentar y proveer de los videotapes para la investigación. Se le ordenó que estuviese disponible para grabar en las excavaciones en búsqueda de las cuatro “cajas negras” de los dos aviones que colisionaron contra las torres; las cuales nunca fueron encontradas (según la version official, se desintegraron). Todas las horas de filmación de Sonnenfeld deberían haber sido analizadas por el FBI a fin de obtener información para la investigación. Aunque en esta instancia ya eran muchos los elementos y los hechos que habían llamado la atención de Sonnenfeld en la Zona Cero. Cuando se conoció el reporte preliminar del NIST, de FEMA, agencia para la cual él trabajaba, así como el reporte de la Comisión 911, Sonnenfeld supo que muchos detalles habían sido mal representados y otros ignorados.

Nancy, la esposa de Sonnenfeld, tomó la trágica decisión de suicidarse en 2002. Luego de llamar él mismo a los servicios de emergencias, al haber hallado a su esposa muy mal herida a causa de un disparo auto-infligido en la sien, Kurt fue detenido preventivamente. Ante la abrumadora evidencia que probaba el suicidio de su mujer, fue posteriormente liberado. Nancy dejó una nota de suicidio escrita de puño y letra, tenía rastros de pólvora en sus manos, consistentes con haber empuñado y disparado un arma de fuego; sus huellas digitales estaban en el arma utilizada, la cual ella misma le había solicitado a una prima en días previos. Ella ya había intentado suicidarse un mes antes, anunciándolo a diferentes amigos. Nancy tenía una historia familiar marcada por los trastornos mentales y el suicidio, en la que muchos de sus amigos y familiares se habían suicidado – su abuela paterna se quitó la vida con un arma de fuego; su primer novio, un compañero con el cual vivió, se suicidó semanas antes que ella. La madre de Nancy intentó suicidarse varias veces.

Cuando Sonnenfeld fue detenido en Estados Unidos, recibió una duro trato y fue víctima de una larga lista de abusos y torturas. Fue brutalmente golpeado, estrangulado hasta perder la conciencia, forzado a inhalar un químico que le quemó las fosas nasales y la garganta, que luego se transformó en una grave infección. Cuando la policía de Denver cayó en la cuenta que Kurt era una persona respetada y conocida, que los medios querían hablar con él y entrevistarlo, lo colocaron en confinamiento solitario semidesnudo en pleno invierno. Varías veces al día, los guardias trababan desde afuera el botón que desagotaba lo que era a modo de inodoro un agujero en el piso, causando así que la celda se inundara con agua helada y putrefacta. Kurt fue mantenido en estas condiciones hasta que sus heridas fueron menos visibles.
Una vez liberado, Kurt realizó declaraciones públicas en contra de las autoridades; demandando al Denver Police Department, Chief of Police; Sheriff of Denver County; City Clerk, City of Denver, Colorado; Mayor, City of Denver, Colorado. Por: falso arresto; apremios ilegales y torturas; falso encarcelamiento; difamación; uso excesivo de la fuerza; daños económicos; violación de derechos civiles. Esta demanda quedó sin efecto, al haber sido procesado por segunda vez.

A partir de ese momento, las autoridades norteamericanas pasan a considerar que él esta fuera de su órbita de control y la persecución en contra de Sonnenfeld se volvió aún más violenta. Probablemente se sientan más amenazados desde que númerosas organizaciones creadas por familiares de víctimas del 11 de Septiembre piden constantemente al gobierno norteamericano que Kurt declare en relación al atentado terrorista, “por poseer información valiosa”.

Agentes de inteligencia norteamericana comenzaron el acecho contra Kurt Sonnenfeld tras su liberación y, al menos en dos ocasiones, violentaron su casa sin ningún tipo de orden que los avale, lo cual fue corroborado por los vecinos de Kurt. La persecución se tornó tan intensa que él debió abandonar su casa y su ciudad, para refugiarse con unos amigos en la ciudad distante de Vail, Colorado. Pero esta ultima propiedad también fue violentada. Entonces estos amigos, testigos directos del incesante acoso, le recomendaron venir a Argentina por un mes, ya que ellos tenían parientes que rentaban apartamentos en la ciudad costera de San Bernardo, y ya había pasado mas de un año del trágico suicidio de su primera esposa. Kurt realizó los arreglos necesarios para tomarse unas semanas que le permitirían replantearse como continuar su vida. Compró un ticket de ida a la Argentina con el regreso programado a Estados Unidos. Dejó el país como un hombre libre, con su pasaporte y utilizando sus tarjetas de crédito. No existía ningún cargo en su contra, ni prohibición legal para salir de Estados Unidos.

Fue aquí, en Buenos Aires, donde el destino le permitió conocer a Paula. Se enamoró de ella y se dio cuenta de que a su lado podría recuperarse y volver a vivir. Kurt le pidió que se casaran y ella aceptó. Ambos tenían expectativas de viajar juntos a Estados Unidos. Pero ante las dificultades que imponía la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires para otorgarle una visa de viaje a Paula, decidieron quedarse por un tiempo en Argentina.

Luego de casi dos años de casados, Kurt comenzó a reponerse lentamente de sus traumas, continuó aquí su actividad como productor de televisión. Pero al conocerse su trayectoria, comenzamos a ser contactados por importantes programas de televisión que tenían interés en que él narrase su experiencia como documentalista en el World Trade Center, además de proveerles de imágenes exclusivas del lugar de la tragedia. Luego de haber pactado una entrevista televisada, Sonnenfeld es detenido por INTERPOL en la puerta de su domicilio, unos días antes de que se llevara a cabo la entrevista en uno de los canales y programas más relevantes de Argentina. Había surgido un pedido de extradición proveniente de Estados Unidos. Es llamativo como en la orden de arresto enviada a las autoridades argentinas, se pide expresamente en dos ocasiones que todas las posesiones, vídeos y documentos de Sonnenfeld fueran secuestrados, confiscados y remitidos a Estados Unidos.

Las autoridades de Estados Unidos utilizaron el suicidio de Nancy como una herramienta que les permitiera tener a Kurt Sonnenfeld bajo control, a pesar de toda la evidencia que prueba su inocencia y luego de casi tres años desde que él fuera absuelto. Las autoridades norteamericanas dijeron tener testimonios de dos prisioneros que Kurt no conoce y a los cuales él les habría hecho una confesión. Este relato inconsistente contradice la evidencia del suicido que obra en poder de las mismas autoridades estadounidenses. Consta en las actuaciones judiciales, que estos dos hombres aceptaron una reducción de sus condenas a cambio de su “testimonio”.

Kurt permaneció detenido en la cárcel de Devoto. Durante este tiempo fue visitado sólo una vez por la embajada de Estados Unidos, con la sola idea de convencerlo de firmar un documento donde rechazaba su derecho a la privacidad. Cuando él se rehusó a firmar, la vicecónsul le dijo: "Muy pronto vas a rogarnos que te enviemos de regreso a Estados Unidos". A las pocas horas comenzó a circular el rumor en la prisión de que Kurt era un agente de la DEA, la agencia norteamericana de lucha contra el narcotráfico, que durante las visitas de Paula se pasaban información, ya que ella era la agente local del mismo organismo. Todo esto en un context en el que los compañeros de pabellón donde Kurt se encontraba en Devoto estaban allí por su vinculación con el narcotráfico. Esta falaz información la habían recibido los guardias del personal de la embajada y comentado a los prisioneros. Lo cual puso a Kurt y a Paula en enorme peligro. Cuando Kurt fue detenido, Paula esperaba el primer hijo de la pareja, embarazo que perdieron dado el stress al que ella fue sometida por las acciones de acoso de los servicios norteamericanos en Argentina.
Después de siete meses, Kurt fue liberado por el juez federal Daniel Rafecas. En aquel momento, Kurt y Paula vivían la continua persecución de los servicios norteamericanos, lo cual denunciaron y documentaron. Finalmente decidieron exponer parcialmente lo que les estaba sucediendo, en un único programa de televisión. Porque estando muy avanzado el nuevo embarazo de la pareja, a muy pocos metros de su casa, dos hombres interceptaron Paula, mientras la retenían le “advertían” de las consecuencias de sus acciones

Exponer su tremenda situación en los medios logró en aquel entonces, que se redujera la presencia de gente siguiéndolos, tomando fotografías, etc. Se desconocen las intenciones reales que tenían estos hombres, quizá aquella noche de no haber sido atacados por los perros de los Sonnenfeld y sorprenderlos tal vez, el hecho de que Paula se defendiese con tanta tenacidad a pesar de su embarazo; esperarían a que salga Kurt y “abducirlo” como ha sucedido antes, al no lograr Estados Unidos una extradición (la familia Sonnenfeld ha documentado y presentado muchísimos casos de secuestro de esta índole a los cuales el gobierno norteamericano califica como "rendición extraordinaria").

La familia Sonnenfeld teme y con sobrada razón, constantemente por su seguridad, ya que diversos y extraños hechos, como seguimientos, desconocidos fotografiando sin explicación alguna a sus hijas Scarlett y Natasha, están sucediendo nuevamente.

Han realizado diversas presentaciones y sumado Amicus Curiae a favor de la familia Sonnenfeld: Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo); Adolfo Pérez Esquivel (SERPAJ); Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora; Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH); Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas; Programa Nacional Anti-Impunidad; el Partido MILES y la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. A nivel internacional han realizado presentaciones REPRIEVE de Gran Bretaña, con la colaboración de NIZKOR de España y Bélgica. También han sido recibidos por La Comisión de Derechos Humanos y Garantías de la Honorable Cámara de Diputados de La Nación.

Cuentan además con el apoyo de gran cantidad de ciudadanos argentinos y del mundo que han iniciado una campaña de firmas masiva, cuyas copias fueron presentadas en numerosas ocasiones a las autoridades argentinas.

El Dr. Daniel Rafecas rechazó nuevamente y por segunda vez, con fecha 22 de febrero del 2008, el pedido de extradición formulado por Estados Unidos. Pero, la causa ingresó nuevamente a la Corte Suprema de Justicia de la Nación ya que la embajada de Estados Unidos, a través de la Fiscalía Federal correspondiente, interpuso una vez más un recurso ordinario de apelación. 
La complejidad de la situación que vive la familia Sonnenfeld ha sido claramente expuesta en el libro autobiográfico de Kurt Sonnenfeld “El Perseguido”, de Editorial Planeta. Los medios de comunicación masivos más importantes de Argentina (Canal 13, TV Pública, Telefe, TN, C5N, Crónica, América TV; Radio Nacional, Mitre, Cadena 3, FM 100, Radio América; etc.) reconocieron y presentaron la gravedad de la situación de los Sonnenfeld y se han solidarizado con el pedido de refugio y asilo. Así lo han hecho también medios gráficos como Diario Clarín, Diario Perfil, Página 12, La Nación, GENTE, Noticias, Revista PRONTO, Crítica, Tiempo Argentina, Para Tí, etc. Se han sumado en años anteriores medios de todas las provincias y medios internacionales de envergadura.
Es importante destacar lo expuesto en el dictamen emanado del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, folio 537, Expte. M.I. Nro 299.074/05 “Sonnenfeld, Kurt Frederick”:

“... el Estado Argentino no debería acceder a la extradición del peticionario por aplicación del principio de no devolución, ya que tanto su derecho a no ser sometido a torturas (por las condiciones de detención y por el eventual sufrimiento en el corredor de muerte) como su derecho a la vida, se encuentran en grave riesgo de ser conculcados.

“En conclusión, aún en el caso que la Corte Suprema de Justicia afirme que los requisitos para hacer lugar a la extradición se encuentran cumplidos, el Poder Ejecutivo no debería entregar al solicitante al Estado requeriente, pues, de lo contrario, podría incurrir en responsabilidad internacional.

“En consecuencia, debería regularizarse la situación migratoria del solicitante en razón de tener cónyuge e hijas argentinas (art. 22 Ley 25871) y aplicarse el principio de ‘no devolución’ respecto de su país de origen.

“Por ello, la extradición del Sr. Sonnenfeld resultaría violatoria del principio de no devolución y de ser concedida comprometería seriamente al Estado Argentino en su conjunto.”

Dictamen firmado en conformidad por el Cdor. Aníbal D. Fernández como Ministro del Interior; compartiendo el mismo en todos sus términos el Dr. Eduardo Luis Duhalde, Secretario de Derechos Humanos y el Dr. Rodolfo Mattarollo, Subsecretario de Promoción y Protección de Derechos Humanos.

Pero nada fue suficiente para que el CEPARE, hoy Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE), le conceda el refugio definitivo a Kurt Sonnenfeld luego de dilatar el caso por años. Dejándose llevar tiempo atrás por un falso rumor de Radio 10 que decía que la Corte Suprema de Justicia de la Nación había concedido la extradición y consideraron acerca de la persecución que sufre la familia (se transcribe textualmente):

“Que en tal sentido, este Comité considera que el peticionante alega como un elemento de persecución, una acción judicial ordinaria.”

“Que, en principio, la persecución alegada se trataría de una persecución penal legítima del Estado y no una persecución en los términos de la Convención.”

En este equívoco contexto de ilegítimo proceder, rechazaron rápidamente el pedido de refugio. Pues hasta aquel momento de su apresurada resolución, la Corte Suprema aún no había fallado. ¿Debemos entender entonces, que el Comité valida las acciones amenazantes y persecutorias de los servicios de inteligencia norteamericanos, dentro del territorio argentino?

Al día de la fecha la Corte Suprema de Justicia de la Nación puso el peso de la decisión en el pedido de asilo político que depende de la firma de la presidenta Cristina Fernández para concederle a la familia Sonnenfeld la protección necesaria.

Como lo expresó de manera incuestionable el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, podría también regularizarse su situación migratoria en virtud de tener esposa e hijas argentinas y aplicarse el principio de ‘no devolución’ respecto de su país de origen.

La pena mínima que Kurt Sonnenfeld enfrentaría en Estados Unidos sería la de cadena perpetua sin derecho a salir nunca bajo palabra - de por vida - igualmente violatoria de lo dispuesto por la Constitución Nacional Argentina como la pena de muerte, maxima condena prevista para el cargo fabricado en su contra.

A sabiendas de que en este proceso viciado iniciado por Estados Unidos, Sonnenfeld jamás tendrá un juicio justo a pesar de su probada inocencia, al recibir cadena perpetua, su familia nunca volvería a verlo ni a escuchar su voz, pues en estos penales no están permitidos los llamados telefónicos internacionales. Este tipo de condena produce que, una vez fallecida la persona, sea enterrada en el cementerio de la prisión; por lo tanto el acceso estará vedado para su familia argentina. Lo mismo sucedería si en esta causa armada, se decidiese aplicarle a Kurt Sonnenfeld la inyección letal, de uso vigente en el Estado de Colorado.
En un caso o en el otro, si Kurt Sonnenfeld fuese enviado a Colorado, Scarlett y Natasha Sonnenfeld nunca podrán visitar si quiera la tumba de su padre ya que se les han negado las visas correspondientes. Tampoco Paula podría viajar a Estados Unidos para asistir a su esposo, al no poseer la visa. Vale destacar que, como sucedió en el emblemático caso de Ira Einhorn y tantos otros, Paula podría ser acusada en Estados Unidos de “asistir a un fugitivo”, pena que estipula 14 años de cárcel de cumplimiento efectivo.

 

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