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Una nueva Hora de los Pueblos
Los regímenes árabes tiemblan ante una nueva jornada de protesta
Nuevas protestas se han convocado para hoy en varios países árabes. Los regímenes autoritarios que gobiernan Egipto, Yemen y Jordania temen el contagio de las revueltas que derrocaron al Gobierno de Zine El-Abidine ben Ali. Sistemas basados en la corrupción y el nepotismo tiemblan ante movilizaciones de carácter popular que aúnan reivindicaciones de carácter social y política y que se expanden como una mancha de aceite.
GARA | DUBAI
De Egipto a Jordania, pasando por Yemen, la «Revolución de Jazmín» ha comenzado a tocar a los regímenes árabes que se mantienen desde hace décadas gracias al yugo del miedo, consideran los analistas.
Tras Túnez, «la pregunta no es ya a quién le tocará ahora, sino qué régimen permanecerá», afirma Amr Hamzawy, director de investigación de la Fundación Carnegie en Oriente Medio, para quien las manifestaciones populares podrían alcanzar a la mayoría de los países árabes, con la excepción de las monarquías petroleras del golfo Pérsico.
«Se trata de una verdadera tendencia regional, en Egipto, en Argelia, en Jordania, en Yemen..., donde los ciudadanos salen a la calle para reclamar sus derechos sociales, económicos y políticos», añade este analista.
«Es una dinámica que se expande por todo el mundo árabe», coincide el profesor universitario Bourhan Ghalioun, autor en 1977 de un «Manifiesto para la democracia» en el mundo árabe.
«Lo que se ha producido en Túnez ha resquebrajado el miedo y ha demostrado que es posible –con una velocidad impresionante– derrocar un régimen y que no es tan difícil como se podría imaginar», añade Ghalioun, director del Centro de Estudios sobre el Oriente Contemporáneo (CEOC), con sede en París.
Egipto vive desde el martes las protestas más importantes desde la llegada al poder en 1981 del presidente Hosni Mubarak, de 82 años de edad, y se prevé que se intensifiquen después de ayer volviera al país el opositor Mohammed El-Baredei.
La fiebre ha alcanzado a Yemen, donde miles de personas se manifestaron ayer para reclamar la marcha del presidente Ali Abdallah Saleh, en el poder desde hace 32 años, mientras que los Hermanos Musulmanes de Jordania, principal fuerza de oposición, han convocado una nueva manifestación para hoy.
Ghalioun excluye, en cualquier caso, un «contagio mecánico» debido a razones específicas de cada país, subrayando que «ningún proceso de cambio se parecerá a otro».
Pero los movimientos de protesta que comienzan a tocar a los regímenes árabes tienen un punto en común: están siendo protagonizados por los jóvenes y las clases medias, a través de internet y las redes sociales.
«Es el resultado de lo que los regímenes autocráticos han hecho en la política del mundo árabe: los partidos de la oposición se han debilitado y han sido sistemáticamente aislados y, en consecuencia, es la ciudadanía la que hoy se moviliza», explica Hamzawy.
Los movimientos de protesta, sobre todo, han revelado la debilidad de muchos de los regímenes, cuyos dirigentes establecen recordes de longevidad en el poder y de falta de legitimidad popular.
«La legitimidad no puede construirse sobre la represión ni sobre la denegación de los derechos políticos y sociales», asegura Hamzawy. «Nadie puede aceptar esto en el siglo XXI y los árabes no son una excepción».
En algunos países, los dirigentes han comenzado a soltar lastre, como en Jordania, donde el rey Abdallah ha prometido «avanzar» en las reformas políticas, o en Yemen, donde el presidente Saleh ha asegurado que no piensa transmitir el poder a su hijo.
Pero en el mundo árabe, «donde la mayoría de los regímenes se perciben como máquinas de opresión, corrupción o destrucción», si se emplean los términos de Ghalioun, existe la incógnita de saber si estas reformas serán suficientes.
Para Ghassan Charbel, redactor jefe del influyente diario panárabe "Al-Hayat", «los regímenes árabes pueden optar por escuchar las reivindicaciones populares y por decidir impulsar verdaderas reformas o por continuar apoyándose únicamente en sus aparatos de seguridad. En este caso, podrían derrumbarse uno tras otro».
Queman un cuartel en Suez
Manifestantes quemaron ayer un cuartel de bomberos en la ciudad egipcia de Suez, al este de El Cairo, tras lanzar cócteles molotov contra la Policía, constató un fotógrafo de France Presse.
En esta ciudad se enfrentaron ayer por la tarde cientos de manifestantes con las fuerzas de seguridad, al igual que en Ismailiya, unos 50 kilómetros al norte, en el canal de Suez.
En Suez, los policías antidisturbios dispararon gas lacrimógeno y balas de caucho y emplearon cañones de agua para intentar dispersar a cientos de manifestantes, que reclamaron la liberación de los detenidos en las protestas del martes y el miércoles, unos 75 según una fuente de los servicios de seguridad.
El miércoles, las manifestaciones fueron especialmente violentas en Suez, donde los enfrentamientos estallaron des- pués de que la Policía se negase a entregar el cuerpo de uno de los tres manifestantes muertos la víspera.
Los jóvenes militantes prodemocráticos, inspirados en la revuelta tunecina, convocaron nuevas manifestaciones para hoy, tras el rezo en las mezquitas.
Al menos siete manifestantes y dos policías han muerto y decenas de personas han resultado heridas desde que el martes comenzasen las manifestaciones. Según un responsable de los servicios de seguridad egipcios, «al menos mil personas han sido detenidas en el conjunto del país».
En este contexto, el opositor Mohammed El-Baredei regresó ayer por la noche a Egipto, tras permanecer dos semanas en el extranjero, para participar en las manifestaciones contra el régimen de Hosni Mubarak.
Como muestra de la inestabilidad que sufre el país árabe más poblado, la Bolsa cairota sufrió ayer una fuerte caída del 6%, llegando a encender las alarmas y provocando una suspensión temporal de las cotizaciones. Tras reanudarse la acti- vidad al mediodía, se produjo una caída del 9%. La víspera, el principal índice, el EGX30 bajó otro 6%.
Regreso de El-Baredei
En un mensaje en Twitter, Mohammed El-Baredei declaró que «vamos a continuar ejerciendo nuestro derecho a manifestarnos pacíficamente para recuperar nuestra libertad y nuestra dignidad. La violencia del régimen se va a volver contra sí mismo».
El-Baradei no dispone de un partido reconocido, pero ha formado un movimiento, la Asociación Nacional para el Cambio, que reclama reformas democráticas y sociales y apoya las manifestaciones.
Mohammed El-Baredei es la más conocida de las personalidades de la oposición que han apoyado públicamente el movimiento de protesta.
«Estamos en un momento crítico de la historia de Egipto. He vuelto para participar con el pueblo egipcio en las manifestaciones», declaró El-Baradei tras aterrizar en El Cairo.
«La voluntad de cambio debe ser respetada. El régimen no debe utilizar la violencia en las manifestaciones», añadió el ex responsable de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
«Si la población quiere que yo lidere la transición, no les decepcionaré», declaró antes de embarcar en el aeropuerto de Viena.
La marcha estaba convocada por el potente sindicato UGTT, que había llamado a la huelga general en esta ciudad y su región para reclamar que siete caciques del régimen de Ben Ali y el primer ministro Mohammed Ghannouchi abandonen el Gobierno de transición.
«Que se marchen los corruptos», «Ghannouchi, ¿es que aún no lo has comprendido?», gritaron los manifestantes.
«Unos 2.000», según un policía, «más de 10.000», según un sindicalista, era difícil evaluar el número de manifestantes, entre los que había numerosos jóvenes y mujeres.
Los comercios permanecieron cerrados.
El cortejo se detuvo ante el Palacio de Justicia, donde una pintada proclamaba que «la Revolución pertenece al pueblo y no a los partidos».GARAȼ
«El presidente tunecino se ha marchado tras 20 años, el yemení lleva 30 años. Ya basta», coreaban los manifestantes.
Sin embargo, el ministro yemení del Interior, Motahar Rashad Al-Masri, negó cualquier semejanza con la revuelta tunecina que provocó la caída de Ben Ali el 14 de enero.
«Yemen no se parece a Túnez», declaró a France Presse, afirmando que Yemen «es un país democrático» y las manifestaciones son de carácter pacífico.
«No a la renovación del mandato, no a la transmisión hereditaria del poder», «Ha llegado la hora del cambio», repetían los manifestantes yemeníes que estuvieron movilizados durante dos horas a convocatoria de una coalición de partidos de la oposición parlamentaria.
«Nos movilizamos hoy para reclamar la marcha del presidente Saleh y de su Gobierno corrupto», proclamó ante la multitud un diputado del partido islamista Al-Islah, Abdelmalik Al-Qassus.
La oposición organizó cuatro manifestaciones distintas en la capital para «dispersar las fuerzas policiales», según uno de los organizadores.
Las fuerzas antidisturbios vigilaban a distancia a los manifestantes, pero reforzaron las medidas de seguridad en torno al Ministerio del Interior y al Banco Central.
El Congreso Popular General (CPG, partido en el poder) organizó cuatro contramanifestaciones que reunieron a miles de personas en la capital.
«No hagan caer la democracia ni la Constitución», se podía leer en una de las pancartas que mostraban los manifestantes progubernamentales.
Las manifestaciones se han multiplicado estos últimos días en Yemen, un país golpeado por la pobreza y el paro.
El Gobierno anunció esta semana un aumento de los salarios, una medida destinada a «prevenir problemas similares a los habidos en Túnez», según el analista yemení Mustafa Nasr, que realizó declaraciones a France Presse.
Mubarak se cae pero antes, toque de queda y arresto de El Baradei
El aliado de USA, Hosni Mubarak, va de salida de un muy largo período en el poder en Egipto. Tal como ya sucedió en Túnez o transcurre ahora en Yemen, los manifestantes se llevan por delante los tanques y los escudos policiales. Mubarak dispuso el toque de queda y el arresto dimiciliario del premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei.
Decenas de manifestantes treparon sobre los tanques, dijo el testigo a Reuters, quien agregó haber visto al menos 5 tanques.
Los manifestantes trataron de hablar a los soldados que hacían esfuerzos por bajarlos. Un tanque tenía encima a cerca de 25 manifestantes, contó.
EGIPTO
EL PUEBLO EXIGE QUE SE VAYA MUBARAK
El Gobierno egipcio saca los tanques a la calle
Declarado el toque de queda en El Cairo, Alejandría y Suez.- Enfrentamientos entre decenas de miles de manifestantes y fuerzas de seguridad.- El opositor El Baradei, en arresto domiciliario
Un camión de la policía lanza agua sobre los manifestantes en el puente Kasr, sobre el Nilo, en la capital egipcia.- GETTY
Los enfrentamientos entre policías y manifestantes en Egipto han tomado hoy mayor intensidad y, a estas horas, se han convertido ya en la mayor de las demostraciones de protesta que se han vivido en los países árabes tras la revolución tunecina. Las revueltas se suceden en las principales ciudades del país y el Gobierno se ha visto obligado a decretar el toque de queda entre las seis de la tarde y las siete de la mañana (una hora menos en la España peninsular) en el país (inicialmente lo ha hecho solo en El Cairo, Alejandría y Suez; pero horas después ha extendido la prohibición a todo el territorio). Ya hay centenares de heridos y al menos un muerto en los choques ocurridos después de la plegaria de mediodía en Suez (este del país). Además, el Gobierno ha decidido recurrir al Ejército para ayudar a la policía a reprimir las protestas y se ha visto entrar ya a los primeros vehículos militares en la capital del país y en Suez.
Los jóvenes han convocado para hoy una gran protesta en El Cairo
De poco ha servido la prohibición de permanecer en la calle. Con la llegada de la noche, las cámaras de televisión -Al Yazira está conectando en directo con las calles de El Cairo- siguen mostrando numerosas escaramuzas e incendios en la capital egipcia. El más significativo, además de la quema de varios edificos gubernamentales, ha sido el de la sede del Partido Nacional Democrático, la formación oficial del régimen. Aunque por el valor de su contenido, preocupa más que las llamas en varios edificios del centro de la ciudad pudieran afectar al Museo Egipcio.
Tampoco ha logrado hasta ahora el efecto deseado la implicación del Ejército. Grupos de personas se han subido a los carros de combate desplegados en Suez, según testigos citados por Reuters, mientras los soldados trataban de hacerles retroceder.
En El Cairo, los manifestantes han comenzado la jornada, también después de la plegaria de mediodía (el viernes equivale al domingo en los países occidentales), en las inmediaciones del palacio presidencial para tratar de avanzar desde allí hacia la céntrica plaza de Tahrir, aunque cualquier edificio gubernamental ha sido bueno para que concentrar una multitud frente a él. Los agentes están intentando desviar a los manifestantes a Garden City, un barrio que fue concebido por los británicos durante la colonización para evitar las protestas, debido a su forma laberíntica. La policía se ha aplicado en dispersar a la gente, aunque pronto surgían nuevos grupos de personas protestando. Iban equipados con agua, bebidas carbonatadas y refrescos de cola, que están comenzando a agotarse, porque han aprendido de la protesta de Túnez que estas bebidas son las más eficaces contra los efectos de los gases lacrimógenos. La protesta en la capital ha provocado más de 400 heridos de diversa consideración, según fuentes médicas consultadas por Reuters.
El régimen egipcio de Hosni Mubarak ha bloqueado el acceso a Internet en todo el país árabe en un intento de hacer fracasar la gran jornada de protestas prevista para este viernes y en la que por vez primera iban a participar los Hermanos Musulmanes, la gran fuerza islamista de Egipto, y Mohamed El Baradei, quien ha sido puesto en arresto domiciliario. Los jóvenes egipcios y los organizadores de las marchas que desde el martes se llevan a cabo por todo el país han empleado masivamente Facebook y Twitter para coordinarse. Ahora ya no lo podrán hacer. Además, desde esta mañana tampoco funcionan los teléfonos móviles en El Cairo y posiblemente tampoco en el resto del país, por lo que los participantes en las manifestaciones tampoco están pudiendo enviar mensajes ni hacer llamadas.
El bloqueo de las comunicaciones no está siendo la única medida del régimen. También está la contaminación de las informaciones. En la televisión estatal, se ha reconocido que los manifestantes "han tomado las calles", aunque según una curiosa interpretación lo han hecho "para expresar su apoyo a Mubarak". Coherentemente con esas informaciones, los reporteros de la televisión estatal han señalado que "no se ha producido ningún enfrentamiento" ni ningún "acto de violencia por parte de las fuerzas de seguridad", aunque han reconocido "algunas interrupciones" en los servicios de teléfono móvil. Todas estás informaciones están siendo recogidas y difundidas en Twitter por Sultan Al Qassemi , un reconocido periodista de Emiratos Árabes Unidos.
Los islamistas se unen a la protesta
Y es que numerosas miradas en el mundo árabe están siguiendo todo lo que pasa el Egipto, que vive las protestas más multitudinarias vistas en los últimos 30 años. El pistoletazo de salida se ha dado después de la oración (el viernes equivale al domingo occidental). Hoy era el día de la gran revuelta, con mayor participación prevista que en los días previos según los organizadores de la protesta contra el Gobierno del presidente Hosni Mubarak, mayoritariamente jóvenes que se han servido de las redes sociales. Ningún partido, ningún líder político se había destacado como guía. Al menos hasta ayer.
"Si la gente, en particular los jóvenes, si ellos quieren que lidere la transición no voy a defraudarlos". Mohamed el Baradei aterrizó el jueves en el aeropuerto de El Cairo con la intención de unirse hoy a las protestas que desde el martes se llevan a cabo por las calles de todo el país. Ayer por la noche el principal partido opositor, los Hermanos Musulmanes, anunció que también estará presente en las calles. "Los Hermanos Musulmanes participaremos en las manifestaciones del viernes del cólera... con todas las fuerzas nacionales y el pueblo egipcio", afirma en un comunicado uno de los dirigentes del partido, Saad Katatni. El grupo asegura que no quieren protagonizar las protestas, pero que finalmente han decidido asistir y que están "dispuestos a mantener una firme presencia en las calles" si la situación lo requiere, según las palabras del portavoz Mohamed Morsi recogidas en la web del partido.
En un día que ya se prevía intenso, la tensión no tardó mucho en estallar. Anoche mismo, pocas horas después del comunicado de los Hermanos Musulmanes, las fuerzas de seguridad del país detuvieron a ocho de sus dirigentes más destacados y a otras personas de la organización. Según algunas fuentes, serían hasta 20 personas las arrestadas. "La policía ha detenido a Essam El-Erian y Mohamed Mursi [dos destacadas figuras de la fuerza islamista], y hay otros detenidos. Mucha gente; es difícil conocer el número exacto", confirmó a la agencia Reuters el abogado Abdel-Moniem Abdel-Maksoud. "La razón es conocida: es por lo que se espera que pase mañana [por hoy]".
A pesar de que la formación de los Hermanos Musulmanes no está originalmente detrás de las protestas de los últimos días, pide la disolución del Parlamento así como también la liberación de las personas que han sido detenidas desde que éstas empezaran. Más de un centenar de miembros del partido, ilegal pero tolerado por el régimen, ya fue detenido poco antes de las elecciones del pasado noviembre, de las que acabaron por retirarse al considerarlas fraudulentas.
Las demandas de Los Hermanos Musulmanes
Los Hermanos Musulmanes advirtieron al Gobierno de Mubarak a través de un comunicado colgado en su web el pasado 19 enero (seís días antes del martes de la ira) de que la paz no durará mucho si no se acometen una serie de reformas urgentes. Los islamistas fijaron cinco objetivos principales:
1) Abolición del estado de emergencia, vigente desde 1981, y que en mayo de 2010 se renovó. Amparándose en este estado la policía reprime sistemáticamente a los hermanos, que aunque están ilegalizados como partido son semitolerados por el régimen y se les permite presentarse a las elecciones como independientes
2) Disolución del Parlamento y celebración de elecciones libres y justas. En diciembre Egipto celebró unos comicios parlamentarios marcados por el pucherazo y en los que el gobernante Partido Nacional Democrtático de Mubarak barrió a la oposición.
3) La enmienda de los artículos 76, 77 y 78 de la Constitucion, relacionados con el sistema electoral
4) Unas elecciones presidenciales en base a esas enmiendas
5) La desestimación del actual Gobierno y la formación de uno nuevo que responda a las demandas del pueblo egipcio
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El mundo árabe empieza a notar el efecto contagio de Egipto
La protesta, que ha estallado en El Cairo tras el cambio en Túnez, se deja notar en Yemen, Jordania, Arabia Saudí y Siria
28/01/2011
Como un reguero de pólvora, una ola de cambio parece recorrer el mundo árabe. Tras la revuelta de Túnez, que acabó con la dictadura de Ben Ali, el gran día de la protesta ha estallado hoy en Egipto y el efecto de contagio se ha dejado notar en otros países como Jordania, Arabia Saudí y Siria.
Si ayer miles de yemeníes exigieron en las calles de Saná el fin del régimen de Ali Abdalá Saleh, hoy han sido los jordanos quien han salido a la calle tras las oraciones musulmanas del viernes para pedir al rey Abdalá II la destitución del primer ministro, Samir Rifai, y la adopción de reformas económicas y políticas en el país.
Los ciudadanos de Jordania se han manifestado por tercera semana consecutiva en las calles de la capital, Ammán, y en las ciudades de Irbid, Zarqa, Ajlun, Mafrak, Karnak y Aqaba. Los partidos islámicos en la oposición, los sindicatos, la sociedad civil y los grupos de activistas han convocado y liderado las protestas. Los participantes han levantado pancartas y han gritado consignas pidiendo al rey Abdalá II que destituya al Gobierno de Rifai porque, según los manifestantes, ha fracasado en su intento de satisfacer las exigencias de los ciudadanos jordanos.
En Arabia Saudí, las autoridades han detenido a docenas de manifestantes en Yeda que protestaban por la situación de pobreza tras las inundaciones. La protesta, convocada por mensajes de SMS, ha obligado a muchos comercios de la principal calle de Yeda a cerrar mientras se podían oír gritos de "Dios es el más grande" antes de los disturbios. En Siria, se ha convocado una manifestación masiva para el 5 de febrero.
Túnez ha servido de inspiración para estos países, como en el caso de Yemen. Los yemeníes se rebelaron ayer contra la carestía de alimentos, la corrupción y el nepotismo. Para evitar estas revueltas, por su parte, Marruecos decidió tomar medidas como subvencionar aún más hidrocarburos y alimentos básicos. Marruecos es el país norteafricano menos afectado por la onda expansiva de la revolución tunecina.
Sin embargo, Túnez está lejos de la calma. La Policía tunecina ha irrumpido hoy en el campamento de protesta que han instalado cientos de manifestantes junto a la oficina del primer ministro tunecino, Mohamed Ghannouchi, para dispersar a los asistentes. Los agentes han lanzado gases lacrimógenos contra los manifestantes, llegados de distintos puntos del país y acampados desde el pasado domingo, después de que estos les lanzaran piedras.
Fuente: Resumen Latinoamericano
EGIPTO
El Gobierno de Israel guarda un inquieto silencio
El régimen de Mubarak es un aliado clave en el mundo árabe
El silencio de Israel es muy notable. En 2009, cuando unas elecciones presumiblemente fraudulentas provocaron grandes protestas en Irán, Benjamín Netanyahu expresó su apoyo a la rebelión. Ante las protestas en Egipto, sin embargo, el Gobierno israelí prefiere mantener silencio. La supervivencia del régimen de Hosni Mubarak resulta esencial para la seguridad israelí. De forma confidencial, varios responsables diplomáticos expresaron ayer su "preocupación", pero opinaron que Mubarak lograría sofocar la revuelta.
"Cualquier palabra que dijéramos sería perjudicial", dice una fuente diplomática
"Seguimos con la máxima atención los acontecimientos en Egipto", declaró Yigal Palmor, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel. Esa es la escueta posición oficial del Gobierno de Netanyahu, que no piensa emitir mensajes de apoyo ni a su aliado Mubarak ni a los manifestantes porque, según un veterano diplomático, "cualquier palabra que dijéramos podría resultar perjudicial". Formalmente, los responsables israelíes alegan que no desean inmiscuirse en los asuntos internos de un país amigo.
Por ahora, se confía en la estabilidad del régimen egipcio. "Mubarak no es el tunecino Ben Ali y creemos que a medio plazo logrará acabar con las protestas utilizando las vías más o menos brutales a su disposición", comentó una fuente diplomática israelí que conoce bien Egipto. "Parece bastante posible que Mubarak tenga que hacer algunas concesiones y que, hasta entonces, la policía utilice una violencia creciente, pero el régimen en sí no nos parece en peligro", añadió.
La inquietud se centra más allá del medio plazo, en las críticas elecciones presidenciales que en septiembre próximo deberían, si se cumple lo previsto, marcar la sucesión del anciano Mubarak.
"Ni el hijo de Mubarak, Gamal, ni cualquier otro posible sucesor dentro del régimen, tendrán la autoridad sobre el Ejército y sobre el conjunto del país de que disfruta el actual presidente", dijo el mismo diplomático, quien precisó que "tal vez estemos viendo a la Historia, con mayúscula, en movimiento, y tal vez ocurran cosas que ahora mismo nos parecen imposibles".
Israel se encuentra, de repente, en una situación inesperadamente compleja. Su aliado más fiel y poderoso dentro del mundo árabe, el Egipto de Mubarak, ha entrado en crisis. Y su enemigo más feroz, el partido-milicia islamista Hezbolá, ha conseguido derribar en Líbano el Gobierno prooccidental de Saad Hariri y ha colocado como primer ministro a Najib Mikati, un suní moderado pero mucho más cercano a las posiciones sirias y, en último extremo, dependiente de Hasan Nasralá, el carismático líder de Hezbolá.
Muy pocos amigos en la zona
- Egipto mantiene fuertes lazos económicos y diplomáticos con Israel desde 1979, cuando firmaron un acuerdo de paz que puso fin a años de enfrentamientos que desembocaron en cuatro guerras.
- Turquía selló con Israel en 1996 una alianza estratégica que se fue forjando durante la guerra fría. El Gobierno de Ankara reconoció a Israel desde su fundación y ha sido desde entonces su único 'amigo' musulmán. Pero los desplantes diplomáticos previos a la ofensiva de Gaza de 2008 y el asalto israelí a la flotilla humanitaria turca el 31 de mayo de 2010 han alejado a ambos países.
- Jordania e Israel pusieron fin a 46 años de estado de guerra con la firma del tratado de paz de 1994. Junto con Egipto, Jordania es el único país árabe que mantiene relaciones diplomáticas con el Gobierno de Israel.
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