sábado, 25 de octubre de 2014

EL 56% DE LOS ARGENTINOS TIENE ANTEPASADO INDÍGENA

EL 56% DE LOS ARGENTINOS TIENE ANTEPASADO INDÍGENA

 

 

  Posted on 06/10/2014  ciseiargentina

La noticia es antigua, pero es interesante recordarlo:

LO REVELA EL MAPA GENETICO DE ARGENTINA, UN ESTUDIO DE EXPERTOS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (UBA).

Lo determinaron mediante análisis genéticos. El resto de la población es de origen mayoritariamente europeo. Entre las personas que poseen huellas aborígenes en su ADN, sólo el 10% es indígena puro.

Sin saberlo y tallado en el ADN, los argentinos portan un mensaje de sus antepasados. Y en el 56% de los casos el que lo legó dejó escrito simplemente un solo dato: su origen amerindio. De la población actual, el 44% desciende sobre todo de ancestros europeos, pero el resto —la mayoría— tiene un linaje parcial o totalmente indígena. Así lo determinó un estudio realizado por el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Buenos Aires, a partir del análisis de casos en 11 provincias. “Lo que queda al descubierto es que no somos tan europeos como creemos ser”, dice Daniel Corach, director del Servicio, profesor en la cátedra de Genética y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del Conicet. En una segunda etapa —junto a Andrea Sala, investigadora del Conicet, y Miguel Marino, becario de esa institución— analizaron comunidades aborígenes puras.

A partir de 1992, y tomando muestras de ADN al azar de un total de 12 mil personas, los científicos pudieron ir tirando del hilo de la madeja de los genes para reconstruir la historia de la población que vive en nuestro país. Querían saber cuánto había aportado la población originaria en la formación de la actual Argentina. Ahora, con el estudio terminado, parece que fue mucho.

El análisis implicó leer los códigos inscriptos en el ADN mitocondrial, que aportan todas las madres, y en el Cromosoma Y, que sólo tienen los hombres y que les legan los padres. Y, que al no combinarse durante la unión para crear un nuevo ser, permanecen inalterables en las distintas generaciones.

Infografía del estudio

Los investigadores argentinos, a cargo del estudio, sabían dónde buscar en ese rompecabezas de códigos genéticos. El método aplicado no es nuevo. Se usa desde mediados de los años 90 y se reduce a una célula. En realidad a su núcleo y a las mitocondrias, dos sitios donde se encuentran moléculas de ADN. Porque, finalmente, todo se centra en esa sigla que designa a una molécula compuesta por dos cadenas de unidades químicas (Adenina, Timina, Guanina y Citocina). De dónde ellas se ubiquen depende el mensaje. Habría que pensarlo como un abecedario de cuatro letras que forman palabras. El mensaje da cuenta del organismo.

En esa larga hilera de combinaciones que forman al Cromosoma Y, hay un marcador conocido con siglas y números: DYS199. En ese lugar, en el caso de los amerindios, aparece una característica típica —y científicamente comprobada— que portan todos los miembros de esa comunidad y que se verificó en gran parte de los hombres argentinos. Pero esa característica genética, explican los científicos, no necesariamente se manifiesta con algún rasgo físico visible. “De ahí que se haya podido sostener tanto tiempo la creencia de que la mayoría de la población argentina es de origen europeo”, dice Corach.

Después el equipo buscó en un área determinada de las mitocondrias, también en una región que se mantiene inalterable y que se identifica como HVR I. El resultado fue el esperado: la mayoría de la muestra tenía ascendente materno no amerindio. Es decir, había mayoritariamente madres europeas (53,3%).

La combinación de ambos datos dio que hubo cruzamiento y que en el 56% de los casos había un legado indígena en algún lugar del ADN. De este segmento de la población, sólo el 10% era amerindio puro, sin ningún componente europeo.

La sorpresa para Corach se explica así: “Se cree que las dos grandes matanzas de población aborigen terminaron con 30.000 personas. Se supone que había más población. Seguramente lo que sucedió es que ellos tuvieron descendencia que está presente todavía. Creo que se sobreestima el componente europeo”.

El científico sostiene que “la muestra del estudio es representativa porque incluye a la población urbana pero no sólo de la Capital Federal”, explica. “Si analizamos a la población de Barrio Norte nos dará un alto porcentaje de origen europeo”.

El método partió de un avance científico: desde hace unos años se sabe que parte de la historia queda registrada en el material genético que acarrean los humanos. Y tal novedad permite reconstruir el famoso “de dónde venimos” de la humanidad.

En un comienzo sólo pudo hacerse con el material aportado por las mujeres, que está en las mitocondrias. De ahí la polémica revelación de que las madres de todos los hombres era la “Eva mitocondrial”, una mujer africana. A mitad de los años noventa, se pudo analizar el componente masculino, inscripto en el Cromosoma Y.

Ahora, Corach y compañía quieren averiguar cómo se movió esta población. Mientras tanto el mito fundacional está cuestionado. ¿Habrá que borrar esa parte de las guías de viaje y enciclopedias que dicen que más del 85% de la población argentina es de origen europeo.

Silvina Heguy

Fuente: http://cronicasinmal.blogspot.com.ar/2011/05/el-56-de-los-argentinos-tiene.html?spref=fb

 

domingo, 5 de octubre de 2014

Federico Verdet: «Los moriscos que fueron expulsados eran los descendientes de la población autóctona»

Federico Verdet: «Los moriscos que fueron expulsados eran los descendientes de la población autóctona»

El historiador Federico Verdet. tc.c

m. a. pallás
Chiva
Coincidiendo con la Feria del Libro de Chiva, acaba de ver la luz el último trabajo del historiador, profesor y colaborador de
 tucomarca.com, Federico Verdet. Los mudéjares y moriscos en La Hoya de Buñol-Chiva es el título del último premio Otoño Villa de Chiva 2009 de ensayo, cuyos secretos el propio autor nos desvela en esta entrevista.
— ¿Por qué eligió esta temática para concurrir a los premios Otoño de Chiva?
— Bueno, justo en 2009 se cumplía el cuarto centenario de la expulsión de los moriscos, y es un motivo lo suficientemente importante como para elegirlo. A
veces el tema no es algo que dependa de la voluntad, sino también de la documentación. Yo me encontraba haciendo un libro sobre la historia de Macastre y los mudéjares y los moriscos era un capítulo, por lo que encontré una documentación muy importante sobre los moriscos en el siglo XVI y eso me animó a hacer este tema. Aunque abandoné otros que estaban más avanzados, como el de la escuela laica y la escuela racionalista.
— ¿Quienes son los mudéjares y los moriscos de los que usted habla en su libro?
— Los moriscos eran los pobladores de esta zona. Lo que está claro es que a partir del siglo VIII, cuando se produce la invasión musulmana de la Hispania visigoda, la población autóctona, en su mayor parte, se islamizó. Y por lo tanto los moriscos que fueron expulsados de la península en 1609 eran los descendientes de la población autóctona.
— ¿Se puede decir que eran los verdaderos pobladores de estas tierras? ¿Los de toda la vida?
— Sí, sí no hay una ruptura a nivel etnográfico, sino que la mayoría de los pobladores eran lo que se llamó muladíes, es decir, la población autóctona convertida al Islam.
— Una población autóctona que centurias antes fue romanizada y, posteriormente, se mezcló con los visigodos, ¿no?
— Exactamente, el origen de la población hispano-romana por un lado está formada por legionarios que se casan con mujeres hispanas; y posteriormente ocurre lo mismo: hay una fusión entre la población de origen hispano-romano y la población de origen visigótico. Después vuelve a ocurrir: hay una fusión entre la población de origen visigótico y la población llegada de otras partes como de Marruecos, Arabia, Siria o Irak.
— Un historiador de la talla de Federico Verdet, ¿qué opinión tiene de lo que ha quedado en el inconsciente colectivo: que aquellas personas eran algo ajeno a nosotros?
— Bueno, en la sociedad española sí que hay conciencia de que la Inquisición fue algo negativo; que fue una muestra de la intolerancia y del fanatismo religioso. Pero no existe esa misma conciencia respecto al problema de los moriscos. Los moriscos no llegaron nunca; estaban aquí. Simplemente se expulsó a la población autóctona. Pero es que en el peor de los casos, aún asumiendo la interpretación mítica del origen de los reinos hispánicos, de aquí en doscientos años a nosotros nos podrían expulsar los musulmanes porque nosotros conquistamos un territorio que fue un día musulmán: Al Andalus.
— ¿En qué capítulos se divide su libro?
— En el libro hay dos partes claramente definidas: una es la época mudéjar y otra la época morisca. La ruptura se produce a partir de 1520 cuando obligatoriamente se bautiza a la población mudéjar, por lo tanto está estructurado cronológicamente.
— ¿Qué aspectos se abordan?
— Se tocan aspectos muy variados, desde el poblamiento musulmán con las alquerías que había en esta zona y cómo se estructuraban en torno a castillos, también se habla de las relaciones de esta zona con el sultanato granadino o con el norte de África. Además se analiza la economía de los musulmanes, de los mudéjares y la población; al igual que la relación entre las aljamas mudéjares y los señores feudales. Y por último se analizan las costumbres o las prácticas religiosas. Es una etapa especialmente atractiva. Además, en el libro yo recojo la tesis de que en el periodo mudéjar se produce una convivencia, a pesar de la marginación de los mudéjares. Ya que la ruptura sólo se produce a partir de 1520, cuando  se niega el derecho a su religión a los musulmanes y son obligados a convertirse al cristianismo. A
partir de ahí la convivencia se rompe; persiste la lengua y la religión y al final esto es lo que hace imposible la convivencia.
— ¿Se puede reducir la expulsión a una mera cuestión económica, para quedarse con los bienes de los expulsados?
— Yo creo que no. La justificación última es la presunta connivencia entre los moriscos y el imperio turco y otros enemigos de la monarquía hispánica como Francia. Esto es lo que justifica su expulsión, aunque yo creo que la razón fundamental fue la intolerancia religiosa. Ya que a nivel económico el patriarca era consciente del desastre económico que suponía la expulsión; algo que no fue un negocio para nadie, porque los señores tuvieron que aceptar condiciones más favorables para los repobladores que vinieron a ocupar el lugar de los moriscos.
— ¿Se pueden generalizar las claves de esta comarca al resto?
— Bueno esta comarca tiene una peculiaridad, y es que con la excepción de Siete Aguas, que tenía una población cristiana, o de Cheste donde la población cristiana roza el cincuenta por ciento; o la población de Chiva donde hay una minoría de un diez por ciento; la inmensa mayoría de la población en la comarca es musulmana. Es el caso de Buñol, Yátova, Macastre, Alborache o Godelleta.
— ¿Las diferencias eran sólo religiosas?
— Sí, porque étnicamente no hay ninguna diferencia. De hecho hay una pequeña contradicción, ya que en los intentos de asimilar a la población musulmana se les obliga a que vistan a la manera cristiana. Pero llega un momento en que es imposible distinguir un morisco de un cristiano a simple vista, por lo que se empieza a plantear la posibilidad de que lleven distintivos. La raza es la misma. Quizás a nivel de lengua sí que había diferencia, porque la población musulmana mantiene el árabe como lengua. Eso no quiere decir que algunos no dominaran el castellano o el valenciano.
— ¿Cómo cree que vivieron sus convecinos la expulsión de los moriscos en la comarca?
— Bueno, en algunos lugares de España los moriscos estaban más integrados que aquí, por lo que no había motivo de fricción con sus vecinos. De modo que en otras zonas cuando los expulsaron sus convecinos lo lamentaron e hicieron lo posible por ayudarles. Aquí las comunidades estaban más separadas, aunque ocurrió como ahora, siempre hay gente que enciende la antorcha del fanatismo. Pero no habían verdaderos motivos para que existiese una animadversión contra ellos por parte de sus vecinos.
— ¿Hay alguna parte del libro que le gustaría resaltar?
— Sí, el último capítulo: Los moriscos y la Inquisición creo que es la parte más lograda. Primero porque la aportación documental inédita es la más importante, y segundo porque el propio tema es muy llamativo: la relación de los moriscos con la Inquisición.
— Su ensayo ha sido premiado en los Otoño del año pasado, publicado este ejercicio. Entre las bases está la limitación a cien páginas de su trabajo, ¿un gran ejercicio de síntesis, no?
— Realmente son pocas páginas para un libro de ensayo, pero debo decir que yo estoy muy agradecido a Chiva. Aunque son varios los pueblos de la comarca que me han publicado libros, el que más lo ha hecho ha sido Chiva, y la verdad es que afectivamente cada vez me siento más unido a Chiva, aunque yo sea nacido en Macastre; pero lo son mis hijas, lo es mi mujer y yo no puedo expresar con palabras el agradecimiento que siento hacia el pueblo de Chiva.
— Usted nació en Macastre;  se educó en Buñol, donde también fue profesor; vive en Chiva y trabaja en Cheste. ¿Es usted el historiador más intermunicipal de nuestra comarca?
— Sí, bueno me siento muy ligado a todos estos pueblos.
— ¿En qué trabaja ahora?
— Sobre las escuelas laicas y racionalistas, en recuperar la labor desarrollada por estos maestros librepensadores y masones que estuvieron trabajando y cambiando la mentalidad de esta comarca, para mí es una exigencia ética, después de la tabla rasa que hizo el franquismo.
— ¿Compensa tanto trabajo?
— Sí es un gran disfrute intelectual.

(Fuente: http://tucomarca.wordpress.com/2010/05/06/federico-verdet-%C2%ABlos-moriscos-que-fueron-expulsados-eran-los-descendientes-de-la-poblacion-autoctona%C2%BB/)